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Miel Otxin a la hoguera
El grupo de danzas Duguna realizó una representación del carnaval de Lanz por el casco viejo
Entre varias pacas de paja unos jóvenes del Duguna Dantza Taldea ultiman los preparativos de la representación del carnaval de Lanz que llevarían a cabo ayer por la tarde en las calles del casco viejo. Algo de viento hace que las telas floridas con las que confeccionan los disfraces revoloteen junto con la paja suelta del suelo.
Aritz Ibáñez, componente de Duguna, explica que casi todos los años este grupo de dantzaris celebra los carnavales evocando las tradiciones de alguna zona de la geografía vasconavarra. "Este año -señala- repetimos con los carnavales de Lanz, que ya hicimos en el año 91". Fueron cerca de 150 personas las que tomaron parte ayer en este espectáculo callejero, que paseó por Navarrería, Mercaderes, Chapitela y otros rincones emblemáticos a los personajes más famosos de la tradición de Lanz.
Los protagonistas
Ziripot, ese torpe y voluminoso ser confeccionado con sacos rellenos de paja, se paseó junto con sus compañeros, los txatxos, zaldikos y arotzak en una kalejira dominada por el calor del ambiente festivo. Pero sin duda, el protagonista de la tarde de ayer fue Miel Otxin.
Cuentan las viejas historias norteñas que Miel Otxin fue un malvado bandido que asoló el pueblo de Lanz. La tradición ha tomado la figura de este gigante de brazos en cruz para simbolizar las maldades y desgracias de las que los lugareños se quieren vengar. Para ello, tras pasear a Miel Otxin, se le ajusticia y se le quema en una hoguera, para que así pague por todos los males ocurridos hasta la fecha. Según explico Ibáñez, "la tradición del juicio se perdió después de la guerra, y nosotros hemos querido recuperarla".
El grupo de danzas Duguna quiso poner a la tarde de ayer un tono entre reivindicativo y humorístico, por lo que celebraron un juicio bastante peculiar a Miel Otxin. Un grupo de romanos lo acusó de haber ocupado con excavadoras la plaza del Castillo, varios iraquíes lo culparon de haber escondido bombas en su país y una embarazada lo señaló como el responsable de su estado. "Las primeras quejas son de carácter actual, la última, sin embargo, se ha hecho para darle un toque más tradicional", señaló Ibáñez.
Otros personajes que tomaron parte en la fiesta fueron un juez, un cura y varios monaguillos, que custodiaron el ajusticiamiento de Miel Otxin, quien, tras el teatro, fue quemado en la hoguera como manda la tradición.
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