Sobre el año 1900 abrió las puertas en la calle Somera de Bilbao la tienda Meltxora, una de las referencias en Bizkaia de los trajes tradicionales. Fueron Meltxora Motxobe y Claudio Eguren los responsables de comenzar esta aventura que todavía continúa hoy en día en la calle Carnicería Vieja del Casco Viejo y en Sopela. “Ambos vinieron a trabajar a Bilbao de la zona rural: mi aitite del barrio Angiozar de Bergara y mi amama de Kortezubi”, cuenta María Pilar Lekube, actual responsable de los establecimientos.
Los primeros pasos que dieron estuvieron muy relacionados con el comercio ya que comenzaron “de dependientes en tiendas diferentes. Se conocieron y decidieron montar una tienda. Al principio fue amama Meltxora la que estuvo al frente, ya que mi aitite decidió conservar su trabajo para ver cómo funcionaba Meltxora”. Esa mercería que también hacía prendas tradicionales fue creciendo y ampliando miras, teniendo en cuenta cómo era la población a principios del siglo XX. “Vendían toquillas y algunos kaikus”, recuerda Lekube mencionando la alta presencia del “luto y medio luto por una cuestión social” en las vestimentas de las mujeres.
Aún así, sí existían trajes de colores. “Eran de tela de vichy: verde y blanco, rosa y blanco, rojo y blanco y azul y blanco. Acompañados de delantal negro”, detalla la nieta de los fundadores quien reconoce que hubo épocas “difíciles por la dictadura y la represión” a la hora de lucir los trajes tradicionales aunque “sobre todo en los caseríos la gente sí vestía con trajes de medios lutos”. Este periodo comenzaba como pronto un año después del fallecimiento “de un marido, hijo o familiar cercano” y podría prolongarse “durante mucho tiempo”; de hecho, “las amamas eran muy austeras en este aspecto”.
Evolución
Con más de un siglo de historia, en Meltxora han visto cómo cambiaban los trajes tradicionales. “Hemos investigado en libros antiguos para saber cómo eran esos vestidos, pero hemos innovado también”, comenta Lekube. Uno de los principales cambios se ha dado en las camisas blancas ya que estas “se llevaban interiormente y encima otra camisa de color. Sobre todo, las mujeres. Los hombres solían llevar camisas de cuadros”. También el “corpiño, que era una prenda interior”, se ha exteriorizado y se coloca encima de las camisas.
Fiel a la tradición, María Pilar Lekube reconoce la querencia por faldas que más se demandan: “Las que tienen muchos trozos de tela”. “Tienen su origen en los caseríos porque eran pobres y ahí se aprovechan los trozos de diferentes faldas para hacer parches. Se usaban para labrar y cuando estaban trabajando se levantaban un poco la falda ya que debajo tenían una saya un poco más vieja”, cuenta esta experta que no recomienda este tipo de faldas para “bodas”. “Nosotros aconsejamos a los dantzaris de cuál puede ser la prenda más adecuada para un baile pero la decisión es de ellos”, concluye la nieta de los fundadores que tiene asegurada “la cuarta generación con mi hijo”.
Los premios
Octava edición. La entrega de los Dantza Tradizionalaren Esker Onak será el 13 de junio en la Sala BBK de Bilbao.
Galardonados. En esta cita se reconocerá la trayectoria de Txomin Unzalu, Bego Rodríguez Sánchez, los Errebonbilloak, la tienda de ropa Meltxora, Laguntasuna Dantza Taldea por su 75 aniversario, el grupo de danzas de Elciego, los 60 años de Itxas Argia Dantza Taldea, Berantzagi Dantza Taldea y Etorki Dantza Taldea, y el Coro de Arratia, por sus 73 años cantando las coplas de Santa Águeda.