Medio siglo atrás surgía en la localidad de Sangüesa un grupo que jugaría un papel crucial en la recuperación del folclore de la zona. Rocamador Dantza Taldea ha sido el responsable desde el año 1972 de poner a los sangüesinos y sangüesinas a bailar. Además, ha sido el principal motor a la hora de rescatar y crear partituras, trajes y bailes. Como, por ejemplo, la Jota Vieja de Sangüesa.

Amigos y miembros del grupo de danzas, en la comida popular en las Arcadas.

Amigos y miembros del grupo de danzas, en la comida popular en las Arcadas.

El grupo celebró ayer su aniversario en una jornada cargada de actividades, pequeñas sorpresas, y por supuesto, muchas danzas. Sin embargo, esta no fue la única celebración que organizó el grupo. Durante el verano Rocamador Dantza Taldea realizó varias actuaciones, todas con algún que otro guiño a su aniversario: “En agosto actuamos en Gabarderal, Liédena y Aibar, ya que varias personas de esos pueblos han sido o siguen siendo miembros del grupo y pensamos que había que acercar las danzas también a sus localidades”, explicaba Iker Aramendia, miembro de Rocamador Dantza Taldea.

Parte del grupo que actuó en Gabarderal el pasado agosto.

Parte del grupo que actuó en Gabarderal el pasado agosto.

Por otro lado, el grupo pudo volver a celebrar su clásico festival junto a más grupos de danzas en el día de la Merindad de las fiestas patronales de Sangüesa, celebradas en septiembre.

En cuanto a la jornada que tuvo lugar ayer en las Arcadas, los danzaris dejaron sus trajes guardados y disfrutaron de las actividades que habían preparado junto a antiguos danzaris del grupo, familiares y amigos. Iker Aramendia contaba que se trató de una ocasión con un toque más informal: “En las últimas actuaciones hemos bailado y desfilado con nuestros trajes, pero esta vez queríamos organizar algo más cercano, ya que esas son las dos características principales del grupo: folclore y buen ambiente, aclaraba el danzari.

Las personas que se acercaron ayer a las Arcadas cogieron fuerzas en el vermut y la comida popular a cargo del grupo de danzas, ya que más tarde organizaron una sobremesa llena de saltos y giros al ritmo de acordeón, txistus, flauta y salterio, todos ellos instrumentos folclóricos y tradicionales de las danzas. 

El momento emotivo llegó de la mano de la proyección 50 años en danza/50 urte dantzaz-dantza, realizada por el danzari y amigo del grupo Jose Ignacio Pimoulier. El pamplonés ha acompañado a Rocamador Dantza Taldea en diferentes ocasiones y le encargaron la tarea de seleccionar archivos fotográficos y de vídeo para mostrar la trayectoria del grupo. Un trabajo complicado pero que ha realizado con gusto, según cuenta Pimoulier: “Hay fotos actuales pero también muchas antiguas y es una buena forma de que tanto danzaris antiguos como nuevos vean la evolución de su grupo”, explicaba el danzari.

Tanto él como otros danzaris de Pamplona han querido homenajear a Juan Pedro Aramendia, impulsor de Rocamador Dantza Taldea y a Luis Mari Vital, txistulari que ha acompañado al grupo desde el inicio, con un detalle como agradecimiento por su esfuerzo e implicación durante todos estos años.

Aunque el grupo siga formado por miembros veteranos, los hay también más recientes. Vanessa Muñoz Estabolite y Ame Ríos Vivanco son dos sangüesinas miembros de una nueva generación de danzaris. Ellas comenzaron a bailar por diferentes circunstancias pero las dos coinciden en que el grupo de danzas les ha aportado mucho más de lo que esperaban: “Hay una idea errónea de las danzas, se asocia con algo antiguo y aburrido pero en realidad te aporta mucho, aprendes a valorar el folclore y te da la oportunidad de viajar, conocer gente y conocer otras culturas, te lo pasas muy bien”, explicaban las danzaris. 

Rocamador Dantza Taldea estuvo arropado por amigos y familiares y celebró un día cargado de emoción y buen ambiente. Han pasado 50 años desde que comenzó divulgando el folclore sangüesino, pero al grupo le sobran las fuerzas para seguir llenando las calles de ritmo y alegría.