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Hemen zaude: Hasiera Hemeroteka "Me quiero retirar en mi mejor momento y dejar un recuerdo lindo en el escenario"

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"Me quiero retirar en mi mejor momento y dejar un recuerdo lindo en el escenario"

Julio Bocca

Egilea
Ruth Pérez de Anucita
Komunikabidea
Noticias de Álava
Tokia
Vitoria
Mota
Elkarrizketa
Data
2007/10/15

Ha sido bailarín clásico, tuvo su fase de musicales, también contemporáneo... ¿Cómo le gustaría ser recordado?

Como un bailarín (ríe). Un bailarín que empezó su carrera como bailarín clásico y que trató de incorporar técnicas nuevas, seguir creciendo, haciendo cosas nuevas, diferentes, no quedarse con lo cómodo, sino arriesgar siempre. Creo que eso es muy importante para un artista. Yo podía haber seguido haciendo Don Quijote o El lago de los cisnes , podía haber hecho mi carrera tranquilamente. Sin embargo, quise hacer más cosas, algo que siempre fuera un desafío. Sobre todo, como siempre digo, por lo menos en Argentina, me gustaría que se recuerde sobre todo la danza, para que no se pierda, que la danza siga viva, que la gente que viene atrás mantenga esa cosa de tener un respeto por lo que se hace, de seguir manteniéndola popular, de tratar de hacer cosas buenas y diferentes. Los que vienen atrás tienen que superar lo que uno hizo, ese es el desafío. Yo tenía que superar, quizá no lo hice, pero al menos llegué a un mismo nivel . Tenía que superar a Baryshnikov, Nureyev y a otras personalidades muy marcadas del mundo de la danza. Ese desafío es bueno, es un incentivo para el artista.

¿De quién se siente heredero? ¿A quién siente su sucesor?

Trabajar con Barysknikov fue lindo y corto. He tenido la suerte de tenerlo en el estudio y es maravilloso. En cuanto al sucesor, siempre digo que no hay sucesores. Somos artistas y cada uno va dando diferentes cosas. Creo que no depende sólo de tener talento, sino también de tener en tu cabeza cómo quieres llevar tu carrera, de quién te rodeas. Depende de un montón de cosas para que haya otra figura.

Ha sufrido lesiones y operaciones. ¿Merece la pena el sacrificio, el dolor?

Amo estar arriba, en el escenario, el resto es nada, parte del trabajo. Pero también por eso me quiero retirar en el mejor momento y dejar ese recuerdo lindo encima del escenario.

En esta larga despedida, que se inició hace dos años, ¿no se ha arrepentido de su decisión de dejarlo a los 40?

A finales del año pasado pensaba que este año, cuando estuviera más cerca... Pero cada día que pasa, me siento más seguro de la decisión que tomé, más confiado. Estoy muy lleno, estoy bien. Quiero terminar esta etapa. Sigo amando estar encima del escenario, pero lo de antes y lo de después no lo aguanto. Las clases, los ensayos, la promoción, aunque siempre lo he hecho porque sé que es una forma de que la danza se mantenga. Estoy tan lleno... El año pasado, el American Ballet hicimos una gran fiesta, veinte minutos de aplausos, los antiguos compañeros... Estaban todos llorando, y yo estaba con una sonrisa... feliz. En Buenos Aires ocurrió lo mismo. No termino triste, porque sé que todo lo que hice lo hice a mi manera, como yo quería, con mucho respeto hacia mí y hacia la carrera. Cierro una etapa linda y empiezo otra.

Dice adiós el próximo 22 de diciembre en Buenos Aires. ¿Qué hará después?

Nada. Quiero dedicarme un tiempo a mí, a estar en casa, sin horarios, sin obligaciones, sin compromisos. Levantarme a la mañana y ver qué quiero hacer en ese momento. Por supuesto, el Ballet Argentino va a seguir trabajando, la escuela, la Fundación. Pero primero necesito un tiempo de no hacer nada. Me gusta más la dirección y calculo que voy a ir por ese lado. Por supuesto haré producciones con la Fundación, llevaré espectáculos. Pero después de que la nada me diga: bueno, ya.

Hay quien piensa que el esfuerzo que invirtió en impulsar el Ballet Argentino limitó el desarrollo de su carrera individual. Ahora que toca hacer balance, ¿coincide en esta percepción?

No, al contrario. Uno de los temas que hago el 22 de diciembre va a ser A mi manera . Porque lo hice a mi manera. Pude hacer todas las grandes producciones, los grandes clásicos, hacer coreografías, trabajar con las grandes compañías, pero creo que la elección de dar posibilidad a otra gente y de tener una compañía me permitió hacer cosas nuevas, que quizás en las grandes compañías es más difícil. Para mí fue otra forma de manejar mi carrera, no tenía que hacer como hicieron todas las grandes figuras... No siento que haya decaído. Creo que llegué a lo más alto, estoy orgulloso de lo que hice en mi carrera y de cómo lo hice y si tuviera que volver a hacerlo, lo haría exactamente igual.

¿No le atrae la idea de crear coreografías?

Para nada. No lo siento. Creo que hay que tener un don especial para eso y yo justamente no lo tengo. Como ya dije, me gusta más la dirección, transmitir la experiencia de cada uno, tratar de sacar lo mejor de cada bailarín, dar la posibilidad de que cada bailarín pueda trabajar con diferentes coreógrafos... Si tuviera que crear algo, tomaría algo de todos los coreógrafos con los que he trabajado y con todo, haría una coreografía.

Su última actuación va a ser al aire libre. Siempre se ha esforzado por popularizar la danza. ¿Cree que llega a más gente que cuando empezó?

En Argentina, sí. Se ha conseguido mucho más, que sea popular. Siempre hacemos funciones al aire libre donde se congregan 50.000 ó 100.000 personas. Vengo de hacer una temporada larguísima en Buenos Aires. Durante un mes se agotaron las entradas... La gente responde, también les llega mucha más información y eso ayuda mucho a que se mantenga más popular.

¿Y fuera de Argentina también lo percibe?

Sí, aunque considero que años atrás, en mi época, había muchos más festivales en todo Europa de los que hay ahora, sobre todo festivales donde llegaban las grandes compañías, se hacían cosas de más calidad. Creo que se ha perdido un poco eso, quizá por los costos. Los festivales siguen estando, pero no con la calidad que había antes. El American Ballet viajaba mucho más, la Ópera de París, el Royal... Como bailarín invitado, creo que fui de los últimos que tuve la suerte de trabajar con la Ópera de París o el Royal habitualmente. Ahora es muy difícil entrar en cada compañía. No es fácil que te inviten, porque defienden más lo interno.


Julio Bocca.Foto: iker azurmend

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