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Mauro Bigonzetti bailarín
"Estoy convencido de que todo bailarín profesional es, en el fondo, un coreógrafo"
Además de su trabajo como coreógrafo residente en
Aterballetto, Mauro trabaja para reconocidos ballets y teatros.
Recientemente ha hecho una coreografía para The New York City Ballet y
está preparando una obra de larga duración con música de Monteverde y
con el Staaft Ballett de Berlín, que tiene 90 bailarines.
Interpretan dos ballets diferentes, pero sin intermedios, ¿por qué?
El primero dura unos 20 minutos,y se titula Pression, que es como un preludio del siguiente, que 70 minutos. Lo que une estos dos trabajos es que el Pression es uno de mis primeros trabajos, e Incanto dall' Orlando Furioso es uno de los últimos. Teníamos dos extremos, y nos atraía la idea de juntarlos.
¿Qué supone para usted verlos en escena?
Es como ver en una hora y media quince años de mi vida.
'Incanto dall'Orlando furioso' se basa en una obra del escritor Ludovico Ariosto, ¿cómo ha concebido la coreografía?
La obra de Ariosto es una de las más importantes de la literatura italiana junto con La Divina Comedia
de Dante. Es comparable al Quijote de Cervantes. Ambas son obras muy
largas, así que hemos hecho una obra libremente inspirada, porque no
era mi intención y no es posible interpretar una obra tan larga en un
tiempo tan limitado.
¿Cómo es esa versión? ¿Hasta qué punto se inspira en la obra de Ariosto?
Yo
la defino como una obra leída de forma libre y moderna, contemporánea.
Lo que más me ha llamado la atención es el tema del sueño, el hombre
que necesita perderse en los sueños y en los deseos, por ejemplo, en el
deseo de volar. También el instinto, la borrachera de perder la razón y
recuperar el sentimiento. Es un trabajo que habla de las pasiones, del
sentimiento y de la irracionalidad de la mente humana, de los sueños,
de los deseos, de amor, de la religión... Es una obra muy
contemporánea. Tenía el deseo de contar una historia desde la libertad.
Ahora, sobre todo, cuenta historias, pero en otro tiempo las ha bailado...
Estoy convencido de que todo bailarín es en el fondo un coreógrafo. En italiano se distingue entre ballerino y danzatore. Yo me defino como danzatore, un bailarín mucho más fino, no de los que salen en los medios televisivos. Un danzatore
es mucho más profesional, y siempre tiene algo de coreógrafo porque
necesita crear. Lo mismo pasa con el coreógrafo, que guarda dentro de
sí una parte de bailarín.
¿Le ha resultado fácil abrir camino a sus creaciones?
Ha
sido complicado, pero no a nivel artístico. Nunca he dejado de ser
bailarín para ser coreógrafo ni he llegado a ello rápidamente. Ha sido
todo un proceso en el que he llegado a tener una carrera profesional
exitosa.
El Ballet Aterballetto es la única compañía italiana que no está asociada a ninguna ópera, ¿qué repercusiones tiene esto?
Desde
un punto de vista económico muy malas. Desde un punto de vista
artístico o creativo, es muy bueno, porque no tenemos unos vínculos
políticos. Nos definimos como independientes. No estamos identificados
con la política cultural del país, aunque en Italia no existe política
cultural. Nosotros nos sentimos libres, independientes de todo lo que
se puede definir como el mercado. Las demás compañías, como La Scala de
Milán o la Ópera di Roma trabajan de forma más limitada, con el mismo
público y con cierto tipo de repertorio. Nosotros estrenamos nuestras
obras en ciudades distintas, con un público más variado y el contenido
es siempre cambiante. La experiencia artística es muy diferente.
Ésta es su segunda visita a Bilbao, ¿cómo recuerdan la interpretación de 'Romeo y Julieta'?
Fue una experiencia buenísima. El público estaba como loco.
"Somos una compañía independiente, aunque en Italia no hay ningún tipo de política cultural"
"He creado una versión libre de la obra de Ariosto, un trabajo que habla de las pasiones"
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