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Matxalen Bilbao explora los trazos escritos con el cuerpo

Egilea
Amaia Ereñaga
Komunikabidea
Gara
Tokia
Donostia
Mota
Albistea
Data
2007/04/20

«Estamos currando como bestias -reconoce con sinceridad-. Porque para hacer algo con calidad, da igual el lenguaje que sea, tienes que trabajar. Y yo no creo en las musas». Matxalen Bilbao lleva alrededor de dos meses y medio de ensayos en la sala La Fundición, donde prepara «Haiku 4», la nueva «locura» en la que se ha embarcado. Esta coreógrafa es uno de los nombres que, junto al de Asier Zabaleta o Blanca Arrieta, suenan invariablemente cuando se habla de danza contemporánea vasca. Un sector que sigue siendo la «hermana pobre» de las artes escénicas, pese a que existen unos profesionales como ellos, con un lenguaje propio y trabajos competitivos.

La danza depende de las subvenciones. Veamos, por ejemplo, el caso de «Haiku 4»: es un montaje de cuatro intérpretes -Bego Krego, Marisa Martín, Pilar Andrés y la propia Matxalen- y elementos como música original de Raúl Lomas -expresamente creada durante el montaje-. Sin embargo, cuando se le pregunta a la coreógrafa bilbaína si esto derivará en una compañía estable o un equipo con continuidad, responde tajante que «no se puede sustentar. Porque la política de subvenciones del Gobierno Vasco, que bastante agradecidos estamos, evidentemente cubre la producción, pero no permite una continuidad de una compañía durante, pongamos, dos años; es decir, que digan `apostamos por esta gente'. En Euskadi, hoy por hoy, es muy difícil tener una compañía y trabajar como personas normales. Tenemos el dinero para la producción, pero en dos meses queda fundido». Luego, sin circuitos reales en los que trabajar, todo puede parecer baldío. Pero no. «Estamos enamorados de nuestra profesión -agrega- y hemos llegado a un punto en el que parece que o paras o tienes que seguir».

En «Haiku 4» -que toma su nombre de los poemas haikus japoneses- Matxalen Bilbao explora el movimiento y su relación con la escritura. «He trasladado el concepto de escritura al del movimiento, en el sentido de que el cuerpo, cuando escribe, tiene una determinada tensión, un determinado tono muscular. Uno de los conceptos más importantes es el de la singularidad, que nadie escribe igual que otro y en danza también pasa lo mismo. Hemos pasado unos años en los que en el clásico teníamos que ser clónicos, pero ahora en el contemporáneo contempla la diversidad. Lo que estoy haciendo en `Haiku 4' es descubrir esa singularidad». Trazos de escritura «corpóreos», apoyados con proyecciones audiovisuales... Es cuestión, como espectador, de dejarse llevar por la belleza. Tras su estreno en La Fundición, «Haiku 4» podrá verse en la Feria de Teatro de Donostia y Maitaldia de Biarritz.

La musa de la danza africana contemporánea y desnudos goyescos, en la fundición

Este fin de semana, con el estreno en Euskal Herria de «Schichimi Togarashi» -la obra de nombre impronunciable e imagen promocional casi goyesca, aunque en versión masculina-, de Juan Domínguez y Amalia Fernández, arranca la programación exclusivamente dedicada a la danza ha programado la sala La Fundición, que celebra su veinte aniversario durante este año. Estrenos, la visita de uno de los grandes nombres de la danza contemporánea africana actual -Julie Dossavi, que estará en Bilbo con motivo del Día Internacional de la Danza- y propuestas rompedoras como la de los mallorquines Au Mets, completan el cartel.

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