Han pasado más de veinte años desde que un grupo de txistularis, componentes de Jo ala Jo kultur taldea decidió aprender a tocar la gaita para que las plazas del valle volvieran a escuchar la melodía de este instrumento tan arraigado en Navarra, y retomaran los bailes típicos derivados de sus notas. Poco después nacía Baztango Gaitariak. El año que viene cumplirán veinte años ininterrumpidos tocando la gaita en varias localidades de Baztan. Veinte años en los que poco a poco la gaita ha vuelto a tener sitio en las fiestas, en los bailes, en el folklore baztandarra.
Además de amenizar los festejos, Baztango Gaitariak lleva años formando nuevos gaiteros para asegurar la continuidad de la gaita, y poder seguir disfrutando de ella. Paralelamente, durante los últimos años ha estado trabajando en recabar la historia de la gaita y de su presencia en Baztan, recuperando canciones y recopilándolas. Un arduo trabajo que han recogido en un disco-libro publicado recientemente, ‘Espartinen Ahaireak’.
El disco-libro fue presentado en la Biblioteca Pública de Baztan, lugar donde comenzaron a ensayar los futuros gaiteros, antes de que la biblioteca ocupara dicho lugar, cuando el lugar era la Plaza de Abastos.
Se trata de una publicación que ha visto la luz hace poco, gracias a la ayuda de Nafarroako Dantzarien Biltzarra, el Ayuntamiento de Baztan y el Gobierno de Navarra, además de varios mecenas que también han apoyado el proyecto.
Las piezas que se presentan en el álbum proceden de diversos repertorios de danza practicados fundamentalmente por gaiteros navarros y txistularis de la Vasconia peninsular, y también, en menor medida, por acordeonistas, principalmente de la comarca de Baztan-Bidasoa.
A pesar de las diversas épocas de creación, en su gran mayoría, presentan en el Valle de Baztan, ya en torno a los años 30 del siglo XX, un nexo común con unos movimientos coreográficos determinados, específicos, que dotaron de contenido coreográfico a dichas piezas musicales de danza, las cuales, comenzaron a ser interpretadas por el requinto (clarinete afinado en Mi-b) y el tambor. Según la información recabada por Baztango Gaitariak, esta fusión coreográfico-melódica es reconocida popularmente, no con la denominación “baile de requinto”, sino con el nombre de Gaita. La mayoría de esta melodías son anteriores a su fusión con la coreografía que da forma a la Gaita o Gaita-Dantza, que data de antes de 1931, cuya fecha concreta “no podemos precisar, por prudencia diremos que no antes de 1927”.
Otras melodías que se incluyen en el álbum, tales como las jotas, las porrusaldas y las biribilketak, también se asocian a partir de 1974 con la Gaita-Dantza, por la estructura de suite de danzas que conforman, siendo interpretadas, encadenándose en el orden mencionado, tras la Gaita-Dantza, formándose como ciclo de la Gaita-Dantza, ciclo bailado hasta la actualidad.
La mayor parte del contenido de disco publicado “ha cumplido al menos un período histórico determinado (aproximadamente entre 1927-1962), una función mitigadora de las danzas englobadas, categorizadas y conocidas como danzas a lo agarrado, principalmente como antídoto contra el vals”.
En el álbum también se incluyen otras piezas que no guardan vínculo alguno con la Gaita-Dantza. Se trata de piezas Elizondoko jota, Amaiurko porrusalda y Bertizaranako mutildantza, danzas antaño muy populares, pero que, sin haber sido totalmente relegadas al olvido, no son muy practicadas en la actualidad.
LA GAITA EN BAZTAN
El disco-libro, además de las melodías, engloba un extenso trabajo en el que se muestra la presencia histórica del instrumento de la gaita en Valle de Baztan. Gracias a muchas horas de investigación, han podido corroborar que la presencia de la gaita-dulzaina y el gaitero en Baztan se remonta a finales del siglo XIX.
La referencia más antigua que han encontrado data de 1898, en los libros de cuentas del pueblo de Lekaroz. Con fecha del 26 de agosto de 1898, está anotado el pago de 80 reales de vellón a los gaiteros.
Desde entonces, durante varias décadas la gaita estuvo presente en el valle, aunque en el franquismo desapareció, para volver en 1984 con la irrupción de Iruñeko Gaiteroak.
Se puede decir que la gaita ha resucitado y desde hace dos décadas, gracias al trabajo de Baztango Gaitariak el presente y el futuro están asegurados.