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Martxel Rodríguez: "Se ha hecho un trabajo por la danza y ahora vemos los resultados"
A sus 30 años, Martxel Rodríguez recibió ayer un nuevo impulso en su destacable carrera como coreógrafo y bailarín. Entre otros motivos, el jurado del premio a la Promoción del Talento Artístico de Navarra valoró “su sólida formación y trayectoria en compañías de danza referentes en España y a nivel europeo y su capacidad, desde su juventud, para aplicar ese bagaje a la comunidad creativa de Navarra”. Como premio, el Departamento de Cultura programará y /o exhibirá un proyecto artístico o cultural del galardonado por un importe máximo de 10.000 euros. A esta segunda edición del galardón se presentaron otros once candidatos: Massil Allatxe, Joseba Ceberio, Sergio Eslava, Sofía Esparza, Bárbara R. Gragirena, Andrea Irurzun, Mirari Etxeberria, Erik Rodríguez, Andrés Sanz, Taupadak y Alicia Urtasun.
Personalmente, ¿qué supone recibir este reconocimiento?
Estoy muy contento de que me valoren en mi tierra. Además, me alegro un montón por el sector de la danza, para que se ponga una vez más en la palestra. Este Gobierno ha hecho un trabajo por visibilizar y apoyar a la danza, y ahora estamos viendo los resultados. Es una alegría muy grande para todo el sector. En general, está siendo una época muy rara y muy difícil por el covid, pero personalmente a nosotros (la compañía Led Silhouette) nos está yendo muy bien. Tenemos un montón de trabajo, es como recoger los frutos que llevamos tiempo sembrando.
¿Y este premio va a ser un impulso importante?
Precisamente en este momento, nuestra compañía se encuentra en sus inicios, pero ya nos sentimos un poco más consolidados. Y ahora ha llegado esto y ojalá nos dé un impulso más. Al final, lo que queremos es dignificar un poco el sector de la danza y poder trabajar en Navarra de lo nuestro. Acabamos de empezar con nuestro nuevo proyecto, Los perros, dirigido por el coreógrafo Marcos Morau (en el marco del programa DNA del Gobierno de Navarra), y este premio nos va a dar un empujón a todos los niveles. Casualmente, Marcos estará trabajando con nosotros la semana del 15 de junio (día en que se entregará el premio) y él podrá estar presente en la ceremonia. Eso es muy especial para mí, porque Marcos es un amigo y un maestro. Es muy bonito que coincida todo. En este momento ya empiezo a creer en las alineaciones interestelares...
Desde que empezamos en 2019 con la anterior residencia artística del DNA, ya empezamos a hacer actividades de mediación en Lesaka y vimos que teníamos posibilidades de captar nuevos públicos. Mucha gente tiene la costumbre de ir al teatro o a conciertos, pero la danza se les escapa. Hay una distancia mayor hacia la danza que hacia otras disciplinas, por eso una de nuestras estrategias es acercarla. Una vez, una señora mayor de Lesaka nos dijo: “Me encanta cómo dialogan vuestros brazos”. A mí esa frase me tocó, me pareció reveladora. A la gente le llegan tus movimientos, o no. Cada persona tiene su opinión y su manera de entender la danza.
Su compañía, Led Silhouette, está afincada en Lesaka desde 2019. ¿Ha sido un logro poder crear desde Navarra?
A priori, en el mundo de la danza nadie concibe que puedas desarrollar tu carrera en tu territorio. Llevábamos años creyéndonos ese mantra. Tampoco existía el apoyo que tenemos actualmente. Si querías dedicarte a la danza, o tenías que formarte fuera y volver, o ya directamente irte a vivir fuera. Hoy en día, vemos que en Navarra podemos tener una pequeña estructura y generar proyectos de danza interesantes. Y por ahora, parece que esos proyectos tienen su calado y su interés. Hay que hacer todo lo posible para que no se produzca una fuga de talentos, o que ocurra mucho menos. Nosotros hicimos una apuesta en 2019 en la que también hubo una alineación de los astros, ya que surgió la posibilidad de trabajar dentro del programa DNA. Creo que los artistas estamos respondiendo bien a esas ayudas y convocatorias y se está generando una comunidad interesante en el ámbito de la danza.
Martxel Rodríguez Etxabide Lesaka, 1990.Graduado en Física y máster en Gestión Cultural, comenzó su camino profesional en Dantzaz Konpainia. En 2014 viaja a Dinamarca para trabajar en la compañía Black Box Dance. En 2015 participa en el proyecto Oskara, de Kukai Dantza y Marcos Morau. Por este trabajo fue nominado a mejor intérprete masculino en los premios Max 2017.
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