Manos y pensamiento, tradición y modernidad, se unen en los Encuentros

Antes, esta noche de sábado a partir de las 21.00 horas, se recuperará el espíritu de los Encuentros de 1972 en un lugar que fue escenario emblemático de aquel evento de vanguardia, el frontón Labrit.

Allí llevará el grupo Gandeia su propuesta, enmarcada en el itinerario de la bienal Todos venimos de muy lejos. Ocho dantzaris de Baztan y de Ibarra, la voz de la soprano navarra Raquel Andueza y la música de una singular formación a base de piano (Amaia Cordoba), violines (Yorrick Troman, Inés de Madrazo, Liesbeth Baelus) y txistu-tamboril (Ion Irazoki) protagonizarán este concierto-espectáculo que unirá música popular y tradicional junto a las apuestas más vanguardistas en una misma propuesta de música y danza.

De épocas ancestrales a la vanguardia

Gandeia invita a adentrarse en un viaje desde las épocas ancestrales hasta las composiciones más contemporáneas, pasando por la transmisión del legado popular y tradicional de nuestra cultura, recogido con mimo en el pasado y moldeado de una manera respetuosa en el presente.

Su espectáculo, en el que según ha adelantado este viernes el txistulari Ion Irazoki “no faltará la pelota, habrá algo de pelota-música”, parte de los orígenes del movimiento y de las manifestaciones vocales y percusivas para continuar con la formación completa, presentando obras de diferentes épocas traídas a la nuestra, así como otras de nueva composición y estrenos absolutos, de Gandeia y otros autores como el navarro Koldo Pastor, de quien se interpretarán Alaba aita y Alabatua, dos composiciones que ha creado expresamente para el grupo Gandeia.

Irazoki destacó el valor del espacio en el que se desarrollará la actuación ya que, aunque “tiene sus problemas acústicos”, el Labrit es “un sitio muy señalado para toda Navarra” y con una significación especial que han aprovechado para crear alguna pieza “concebida a partir del frontón” de Pamplona que será estrenada este sábado.

Artistas de Gandeia, el grupo que llenará este sábado por la noche el frontón Labrit de música y danza. Cedida

El txistulari define Gandeia como un espectáculo resultado de “un cúmulo de coincidencias” felices, como las incorporaciones de la voz de Raquel Andueza, con la que reconoce que hacía tiempo soñaban trabajar, y de los violines de Yorrick Troman, concertino de la Orquesta Sinfónica de Navarra (OSN). “¿Qué es Gandeia? Nosotros también nos lo preguntamos”, dice Ion Irazoki aludiendo al hecho de que son “la única formación musical de estas características, con piano, violín y txistu, una unión poco habitual, que da como resultado un sonido muy agudo pero que funciona muy bien, sobre todo porque nos lo pasamos muy bien” interpretando.

El de este sábado por la noche en el Labrit es para el grupo “el mayor concierto”, con ocho dantzaris y voz, y esperan que el público lo disfrute tanto como lo harán ellos como intérpretes.

El txistulari Ion Irazoki, miembro del grupo Gandeia, retratado tras la rueda de prensa de este viernes por la mañana en Baluarte. Iban Aguinaga

‘Pensar con las manos’

En el marco del itinerario En el principio fueron las manos, los Encuentros de Pamplona - Iruñeko Topaketak 2024 ha hecho una apuesta por unir pensamiento y quehacer artesanal, o quehacer con las manos, que se ha concretado en dos sesiones de proyecciones y diálogos a cargo de los artistas visuales Asier Mendizabal, Patricia Esquivias, Lisa Tan y Johanna Gustafsson Fürst.

La segunda sesión de esta propuesta ha tenido lugar este viernes 11 de octubre por la mañana en la Sala Corona de Baluarte, donde se ha presentado el diálogo las aportaciones que Asier Mendizabal y Johanna Gustaffson Fürst comparten en el departamento de escultura de KKH, Royal Institute of art de Estocolmo, y en proyectos como Manual, una serie de publicaciones derivada de su proceso de reflexión sobre la escultura, la pedagogía del arte, y el aprendizaje de gestos técnicos.

En una rueda de prensa celebrada antes de la sesión, Mendizabal ha explicado que existe “algo en la idea de las manos que siempre se asocia al arte de una forma demasiado simple y directa”, y que han buscado complicar esta relación mostrando ejemplos donde “hay una confluencia” entre ambos conceptos, de manera que “no parezca que hay un divorcio entre pensar y hacer”.

La labor del bordado

“El título del ciclo, Pensar con las manos, se deriva del título y la tesis del libro homónimo de Denis De Rougemont que dice que siempre se divide a la gente entre los que hacen y los que dicen, la acción y la palabra, entendiendo que en la modernidad es la acción lo que debería de primar o lo que prima, y lo que dice Denis De Rougemont es que lo que hay que hacer es pensar con las manos”, ha comentado Asier Mendizabal.

Su intención y la del resto de artistas visuales que han colaborado en este itinerario de los Encuentros ha sido abordar mediante diálogos y proyecciones audiovisuales esta tesis “desde diferentes ejemplos, como la labor del bordado entendido como un trabajo colectivo que se sostiene en la conversación y en el legar, en el transmitir un conocimiento oralmente entre generaciones”.

Los artistas visuales Patricia Esquivias y Asier Mendizabal. Iban Aguinaga

Al respecto de este quehacer textil con las manos, Patricia Esquivias ha llevado a estas sesiones de los Encuentros un cortometraje que es parte de una investigación sobre cómo llega un tipo de bordado a un pueblo de Toledo a principios del siglo XX. “La película retrata la realidad actual de este pueblo y cómo la sabiduría de estas mujeres supuso poder sacar adelante a sus familias durante por lo menos 50 años”, ha comentado este viernes la artista visual, para quien esta historia “es importante porque es una manera más de contar la historia de España y de hablar de absolutamente todo” lo que la conforma o la afecta.

“Además, este corto evidencia lo que significa estar cerca de una comunidad que tiene un saber que implica unos valores que es bastante difícil encontrar hoy en día, por lo que exige la técnica del bordado en cuanto a tiempo de dedicación y perfección. Por ejemplo, si te equivocas en el punto moruno y no te das cuenta tienes que deshacer todo lo que has hecho y volver a empezar... Una de las mujeres me decía que en el bordado de un mantel fue anotando las horas, y anotó hasta 500 y dejó de contar...”.

El cambio que ha traído la digitalización

“Nadie gasta hoy ya 500 horas en nada, no hay nada que nos mantenga en un estado de atención más allá de los veinte minutos”, reflexiona Asier Mendizabal, apuntando que con la irrupción de las tecnologías y el avance imparable de la digitalización se ha “acortado el tiempo de compromiso” con las cosas, las actividades o los quehaceres.

“Ahí sí hay un cambio, hay un problema de atención”, considera el artista visual.

En la sesión de Pensar con las manos que ha tenido lugar este viernes por la mañana se ha proyectado una selección de momentos audiovisuales de la historia más reciente (desde los años 60 a hoy) donde las manos aparecen como personaje de los audiovisuales.

“El cine es el primer arte que separa con el plano corto la mano como si fuera un personaje”, ha comentado al hilo de esta proyección Asier Mendizabal.

El artista cree que es “una pequeña trampa esa idea de que lo digital nos separa absolutamente del hacer”. “Los dedos manos son. Además, hay una realidad material que sostiene toda esta digitalización. Y como artistas trabajamos también con toda esa realidad material. Así que habría que revisar esa idea de que vamos a perder algo esencial en la falta de contacto con la herramienta y el material. En cada momento los artistas hemos trabajado con las condiciones materiales que configuraban nuestro presente, y lo que configura nuestro presente ahora es esto. Se trata de generar nuevos relatos con respecto a esas nuevas posibilidades”, opina.