Mamuxarroak y muttuak en Unanu

A los pies de San Donato, nueve jóvenes renovaron este enigmático y fustigador carnaval, cuyo origen se pierde en el tiempo

El carnaval es transgresor y anónimo. Por ello, los personajes de Unanu cubren su rostro con las enigmáticas kattolak, caretas de chapa cuyo origen se pierde en los tiempos. "Ni los más mayores del pueblo saben de cuándo son", observó Javi Mozo, uno de los jóvenes que renovaron ayer este rito ancestral. Los otros eran Aitor Mozo, Gorka Imaz, Rubén Mozo, Asier Agirre, Joseba Imaz, Aitor Andueza, Mikel Mayo y Xabi Lizarraga. Los mamuxarro completan su atuendo con camisas y pulgueros blancos, faja y cinturones con cascabeles y esquilas, panpaxilak, en la cintura y cruzando en el pecho. En la cabeza, sombrero con cintas de colores que se quitan cuando pasan a la acción.

El muttu es el contrapunto femenino del mamuxarro, un personaje estrafalario vestido de mujer y sin cascabeles, de ahí su nombre. Por ello, su presencia no viene anunciada de las panpaxilak, sorprendiendo a sus víctimas. Asimismo, avisan a los mamuxarro hacia dónde huye la gente. Durante casi dos horas fueron dueños y señores de esta pequeña localidad de Ergoiena de poco más de 100 habitantes. Las jóvenes, las personas con cámara en mano y los txikis eran sus víctimas preferidas, obligando a saltar para esquivar el urritza.

Ayer era el Mamuxarro txikien eguna, la antesala del día grande, el Mamuxarro handien eguna mañana. No obstante, estas celebraciones apenas se distinguen en la actualidad por falta de jóvenes.

Frente al ayuno y la abstinencia de la Cuaresma, el carnaval supone alegría, juegos y transgresiones en un mundo al revés. Por ello, es tiempo de comer y beber. Ayer no faltó qué llevarse a la boca con un buen auzate con queso y txistorra acompañados de vino.

Muttuak y mamuxarroak ocultan su rostro tras las 'kattolak'. (N.M.)