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Lucía Lacarra: «Quiero seguir trabajando porque bailar es mi vida»
Lucía Lacarra, bailarina
La primera vez que bailó como profesional se sintió tan lejos y tan sola que puso en su camerino una foto de sus padres y una estampa de la Virgen de Arritokieta. Escribió en una libreta la fecha, el teatro y la pieza que había bailado: abril de 1991, Gran Teatro Falla de Cádiz, 'Allegro Brillante', de George Balanchine. Hoy día, Lucía Lacarra (Zumaia, 1975) continúa con ese ritual y diario de actuaciones que mañana registrará una nueva entrada con su estreno personal en 'Carmen', coreografiada por el maestro Víctor Ullate. La relación de la reconocida bailarina con Quincena Musical viene de lejos, de cuando con apenas veinte años y de la mano de su gran Pigmalión, Roland Petit, presentó 'Coppélia'. Mañana, a las 20.00 horas, el Auditorio Kursaal acoge como gran evento de la inauguración de la 78ª edición del veterano festival, la actuación del Víctor Ullate Ballet con una 'Carmen' muy guipuzcoana.
Lucía Lacarra vuelve a casa y esta vez no se sentirá tan sola como en aquel debut profesional: entradas agotadas para la función de la zumaiarra y algunas localidades a la venta para el espectáculo del miércoles, protagonizado por Marlen Fuerte.
- ¿En qué consiste la versión de 'Carmen' de Víctor Ullate?
- La 'Carmen' de Víctor es muy actual y contemporánea, aunque sea un ballet creado con una cierta atemporalidad. Víctor se ha acercado mucho a un mundo más real, y con mucha fuerza además, de lo que han podido ser anteriores Cármenes.
- ¿Cuáles son las principales novedades de la obra?
- La principal novedad es que Carmen tiene una doble vida: durante el día, es una modelo y de noche, es una prostituta. Es una mujer del mundo de hoy que tiene su trabajo, pero, por las noches, tiene una segunda vida, forzada o no, de la que disfruta o no, pero que por unas razones en la vida que uno no sabe, se ha convertido en su vida y se ve que le pasa factura también. Es una mujer que no está feliz con su situación y que provoca el desastre como siempre ocurre con Carmen.
- Carmen es el prototipo de mujer independiente, ¿se identifica con el personaje?
- Sí, siempre he sido una mujer que me siento orgullosa de tener una profesión, de poder vivir una vida que me gusta y es la que siempre he querido vivir, y de poder mantenerme a mí misma y tener esa libertad que te da la independencia y el trabajo. En ese sentido, sí me puedo identificar con ella.
- Habiendo una novela y una ópera, ¿cómo ha preparado usted su rol?
- Yo había bailado 'Carmen' antes y tenía una idea bastante clara de quién es ella. Lo más importante es conocer su carácter y personalidad, porque el resto depende de cada versión coreográfica. Nunca intento basarme en una novela o en la ópera, en este caso. Me he dejado llevar por la coreografía y por la Carmen que Víctor quiere que yo sea.
- ¿Cómo ha sido el reencuentro con su maestro?
- Prácticamente, he aprendido el ballet cuando ya estaba creado. ¿El reencuentro? Yo trabajo bastante con Víctor. Siempre me encanta volver a encontrarme con él en el estudio y poder trabajar como en los viejos tiempos. Es una experiencia entrañable, es como volver a casa en cierto sentido.
- ¿Qué hay de Lucía Lacarra en la 'Carmen' de Víctor Ullate?
- En todos los ballets que bailo, hay algo o mucho de mí y en este, tanto como en los otros. Siempre he dicho que un artista debe crear emociones, pero uno no se puede inventar las emociones: lo único que puede hacer es emplear sus propias emociones y vivencias, y dentro de su forma de ser y de su carácter, intentar encontrar similitudes o ponerse en la situación del personaje que está interpretando. Intento reaccionar y pensar como lo haría si fuera ella, si viviera su vida, si estuviera en esas situaciones y momentos, y pienso que simplemente así puedes conseguir algo real.
- Josué Ullate es su jovencísimo don José.
-Trabajar con Josué está siendo una experiencia maravillosa. Es un don José fantástico, porque el rol le va como un guante. Pese a ser joven, es un bailarín con muchísima fuerza escénica y una presencia muy madura. Muchas veces, la edad no tiene nada que ver: yo misma hacía roles muy maduros cuando aún era joven. La verdad es que Josué y yo tenemos una conexión muy buena.
- La función del miércoles será protagonizada por Marlen Fuerte, ¿cómo es su Carmen?
- Marlen es una bailarina fantástica, que tiene unas cualidades, un trabajo y una fuerza que le hacen estar divina en el personaje. Víctor ha creado el rol para ella. Marlen tiene la personalidad ideal para el papel y todo lo necesario escénicamente para ser una Carmen divina.
- Técnicamente, ¿cuáles son los retos o dificultades del papel?
- Todo rol nuevo supone un reto y éste ha sido un proceso maravilloso para mí. Es un rol muy difícil, sobre todo, porque estás en escena prácticamente durante todo el ballet; es muy cansado y tiene muchísimas dificultades técnicas coreográficamente hablando, pero disfruto tanto haciendo un rol tan interesante y que tiene tantos matices, que está siendo como una aventura. Hacía mucho que no disfrutaba tanto de bailar un ballet.
- Ésta no es su primera 'Carmen', también bailó la versión de Roland Petit.
- La 'Carmen' de Roland y la de Víctor son dos mundos diferentes. Roland creó su 'Carmen' para su mujer, Zizi Jeanmaire, hace muchísimos años y, hoy día, sigue siendo un ballet maravilloso. Tengo que decir que a nivel artista, para bailarlo, disfruto mucho más con la 'Carmen' de Víctor, porque hay muchísimos más matices. Es un ballet más largo, de hora y media, hay mucha más coreografía, mucha más interacción y estás más dentro de la historia. En la 'Carmen' de Roland, hacías tus solos y pasos a dos, pero no estabas involucrada en toda la historia desde el principio hasta el final. En comparación, se ve que son de dos épocas diferentes. Como artista, la versión de Víctor es súper interesante y motivante para bailar.
- La última vez que bailó en San Sebastián fue en 2013 con la Compañía Nacional de Danza, ¿con qué sentimientos afronta la actuación de mañana?
- Me hace muchísima ilusión volver a bailar en Donostia, además, en esta ocasión es muy especial para mí porque es un estreno: un ballet nuevo en el que van a verme por primera vez y, además, en casa. Desde el principio de mi carrera, siempre me ha hecho mucha ilusión bailar un registro diferente cada vez que vuelvo a Donostia, y también poder dar una pequeña muestra de cómo voy madurando, cambiando como artista y poder compartirlo con el público de casa.
- Con 20 años, protagonizó 'Coppélia' dentro de la programación de Quincena Musical, ¿cómo es su relación con el festival?
- Mi relación con la Quincena y con Donostia es, por supuesto, maravillosa. Tengo recuerdos extraordinarios de todas las veces que he bailado en Donostia: cuando hice 'Coppélia', cuando hice 'Duke Ellington', las galas, la última vez que bailé con la Compañía Nacional de Danza... Cada vez ha sido una experiencia que recuerdo con muchísimo cariño y que siempre estoy esperando volver a repetir.
- A diferencia de esta ocasión, en muchas actuaciones en casa se ha decantado por roles líricos.
- No, no estoy de acuerdo con que siempre he hecho roles líricos. Por ejemplo, en el Jazzaldia bailé 'Duke Ellington'. Como artista, lo que me interesa es poder hacer muchas cosas diferentes: que no se me encasille en un estilo. Siempre he intentado aprender, progresar, encontrar cosas nuevas que me interesan y que me motivan. Para el público es interesante ver facetas diferentes de una bailarina.
- Más de un cuarto de siglo como profesional encima de un escenario y todos los premios imaginables, ¿qué retos le quedan?
- Nunca he analizado esta profesión como un reto. Más que retos, han sido ballets nuevos que quería bailar o coreógrafos nuevos con los que quería trabajar. Cada uno individualmente ha sido un reto, porque te marcas un objetivo y haces autocrítica porque quieres sacar lo mejor de ti misma. Lo que hago y espero seguir haciendo durante mucho tiempo, es disfrutar de mi trabajo, en el estudio, en escena o donde sea. Mientras me sienta bien, capaz y satisfecha con lo que hago, pienso seguir trabajando porque, para mí, esto es mi vida. Aunque empiece a cambiar de estilos o deje algunas cosas de lado, mientras pueda hacerlo con buen nivel y calidad, seguiré.
Lucía Lacarra, en Madrid el sábado en un descanso de los ensayos del montaje de 'Carmen' que llega mañana al Kursaal. /
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