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Lucía Lacarra: «Que vean que una niña de Zumaia, con tantas dificultades para llegar lejos, lo ha conseguido»
La bailarina Lucía Lacarra se sumó por primera vez al espectáculo de la barandilla de La Concha porque «me hace ilusión haber hecho esta barra con ellos para que vean que yo, una niña de Zumaia que tenía tantas dificultades para llegar lejos, lo he hecho. Y ellos, con mucho trabajo también pueden. La motivación tiene que ser siempre lo que nos haga luchar y alcanzar nuestros objetivos». Lacarra indicó que «el que tiene la voluntad de hacer una barra al aire libre en un domingo tan frío como éste tiene la voluntad de trabajar y de luchar. Ésta es una profesión, no sólo complicada, sino también sacrificada y dura, pero a la vez, maravillosa. Y cuando ama este trabajo con esta vocación y esta voluntad nada le parece lo suficientemente difícil».
También señaló que «después de dos años de parón, volver aquí es superimportante, tanto a nivel general como para todas estas personas para las que esto era un evento anual y que se desplazaban de tantos puntos para verlo. Y también para estos alumnos de danza que durante muchos años han esperado con ansiedad este momento y que después de estos difíciles tiempos pandémicos en los que o no han podido acudir a clase o que aún hoy en día lo hacen con limitaciones y mascarillas. Ha sido todo muy difícil y el poder encontrarse todos otra vez les va a dar esa motivación de que las cosas vuelven a normalizarse y que podrán tener estos eventos que les darán ganas de bailar», señaló.
Enmarcó el espectáculo de La Concha en el conjunto de iniciativas programadas durante este mes para «aumentar la visibilidad de la danza y sacarla fuera de los estudios y teatros para llevársela a la gente para que pierda ese estigma de que hay que entender para ir a verla. Y no es así. La danza es un arte que no tiene por qué ser comprendido para ser amado. Por supuesto, se trata de aumentar las ganas de ir a un teatro a ver danza o de apuntarse a una escuela a aprenderla. El hecho de ver cómo miles de bailarines de todas las edades están en una barandilla, haciendo una barra, da ganas de apuntarse a una escuela. Eso es maravilloso porque te hace disfrutar y practicar un ejercicio».
En cuanto a la situación del sector, tras estos dos atípicos años, indicó que «la danza siempre ha sido la hermana pobre de las artes, así que el sector se está recuperando poco a poco, tanto aquí como a nivel internacional. Está tardando un poco más en hacerlo. Éste es el primer año en el que todas las compañías han empezado a trabajar con un calendario más o menos normal, aún con muchas dificultades, como tests y espectáculos cancelados por positivos generales. Todavía es complicado y no está al 100%, así que sigue siendo difícil pero la recuperación se está notando poco a poco».
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