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Los Max de la danza tienen acento guipuzcoano
Lucía Lacarra e Iratxe Ansa se llevan los premios de mejor intérprete y mejor coreografía en una edición en la que Sandra Ferrús gana autoría revelación
Lucía Lacarra con su premio, ayer en Menorca. Premios Max
Una edición más, los Premios Max de Artes Escénicas destinados a la danza tuvieron este lunes acento guipuzcoano. Hasta dos bailarinas del territorio subieron a recoger sus respectivos reconocimientos al escenario, primero la zumaiarra Lucía Lacarra, mejor intérprete, y después la errenteriarra Iratxe Ansa, mejor coreografía. No son los únicos galardones que viajan desde Menorca hasta Gipuzkoa, ya que l a valenciana afincada en Donostia Sandra Ferrús se alzó con la mejor autoría revelación.
La XXV edición de los Premios Max celebrados este lunes en Maó (Menorca) volvieron a demostrar la buena salud de la danza guipuzcoana con dos protagonistas que también lo fueron el pasado año. Nominada por segundo año consecutivo en la categoría de mejor intérprete femenina de danza, la zumaiarra Lucía Lacarra se alzó por primera vez con el galardón por la pieza In the Still of The Nigh t. "Es el premio en el que más emocionada he estado de todos los que he conseguido", ha explicado por teléfono a este periódico en medio de una escala en el aeropuerto de Barcelona rumbo a Alemania, donde reside y trabaja junto a su pareja artística y sentimental, Matthew Golding. " Ha sido la primera vez que recibía un premio en España, con mi hija viendo la gala por la televisión. No quería hacerme ilusiones, pero en cuanto vi el sobre me subió la adrenalina y cuando tenía que subirme al escenario pensaba que no iba a poder decir nada", comenta.
La zumaiarra finalmente sí que pudo decir u nas palabras que quiso dedicar a su pareja, la mente detrás no solo de esta pieza, también de la anterior, Fordlandia, por la que estuvo nominada en la misma modalidad. "Él es el que tiene las ideas maravillosas y yo solo sueño con él. Me encanta producir y jamás pensé que iba a poder entrar en este mundo", explica en referencia a los Premios Max, unos galardones que, durante años, no seguía al no poder acceder a ellos como bailarina de diferentes compañías europeas.
"He sido reconocida de muchas maneras, pero esto ha sido otra cosa. E s un premio más innovador, basado en la creación y la originalidad y yo antes solo estaba centrada en el ballet. Aún así, he intentado siempre no estar catalogada", cuenta esta bailarina que ha cogido el relevo de Iratxe Ansa, ganadora el pasado año en la categoría y también premiada en la edición celebrada este lunes. "Haber estado nominada con ella el pasado año fue todo un honor y que hayamos ganado las dos este ha sido muy bonito", añade Lacarra, quien podrá representar In the Still of the Night en casa el 3 de junio del próximo año: "En mayo pudimos interpretar Fordlandia en el Kursaal y fue una experiencia maravillosa. Poder ofrecer el espectáculo a la gente que te sigue es genial. Poder seguir trabajando y que te sigan llamando hace más ilusión que cualquier premio".
Segunda manzana para Ansa
Quien no pudo subirse al escenario del teatro mallorquín fue Iratxe Ansa. La de Errenteria se encuentra trabajando en Alemania junto a su marido Igor Bacovich, por lo que mandó un audio en el que quiso mostrar su emoción por un premio dedicado a la coreografía de CreAcción. "Cuando gané el de intérprete el año pasado fue muy emocionante por lo que suponía y porque fue en el Teatro Arriaga de Bilbao, pero ahora se ha premiado la parte creativa, que es a lo que me dirijo. Los Max pueden decirte que lo estás haciendo bien, pero lo más difícil es creérmelo yo misma", apunta vía telefónica desde el país germano.
Para Ansa, el galardón es "un reconocimiento a mucho esfuerzo y dedicación estando muchísimo tiempo fuera". "Hemos creído en ella desde el principio, así que, aunque seguro que el resto de nominadas también se lo merecían, lo vi, en cierta manera, como algo justo", indica la ya dos veces ganadora de los premios de artes escénicas más importantes del Estado, algo que valora enormemente. " Les doy importancia porque los valora gente que sigue mi trabajo. Yo soy artísticamente muy ambiciosa y, al final, lo que se están haciendo es juzgarte a ti. No es un premio que se dé al tuntún", añade.
Al igual que su compañera guipuzcoana ganadora, Ansa también está feliz por la victoria de Lucía Lacarra. "Me alegro por todo el mundo, pero cuando premian a alguien que es de donde eres es diferente y hace especial ilusión", cuenta esta bailarina que tuvo que salir con 14 años de Errenteria para cumplir su sueño. "En España solo hay dos compañías de doce meses, mientras que aquí –por Alemania– hay una en todos los pueblos. Es una pena porque hay mucho talento, pero no queda otra que salir fuera en busca de trabajo", asegura, al tiempo que opina que copiar el modelo europeo no solo sería positivo para la danza, sino para la gente "que casi no sabe ni lo que es esto". El premio, por lo tanto, puede servir como un altavoz para ello y regresar a Gipuzkoa a mostrarlo.
Tercer premio guipuzcoano
Los dos premios de danza no fueron los únicos Max para Gipuzkoa, ya que Sandra Ferrús obtuvo su manzana en la categoría de autoría revelación por La panadera. La valenciana afincada en Donostia también estaba nominada a la mejor actriz en una gala en la que Juan Diego Botto y su Una noche sin luna fue el claro vencedor con los premios de mejor intérprete masculino y mejor espectáculo teatral.
En cuanto a los otros nombres vascos, Ana Garay fue la única representante en conseguir el premio, lo hizo en a mejor diseño de vestuario por Rebelión, ya que ni Ignacio del Moral ni las producciones de Dimegaz y Anita Maravillas consiguieron el galardón en sus respectivas modalidades.
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