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Los 'joares' retumban en Malerreka
62 joaldunak se reunieron ayer en la Plaza. Tras ellos se hicieron con el protagonismo los mozorros y el ruido de las motosierras
Tras almorzar de forma contundente, comenzaron a vestirse
con sus típicos atuendos, camisa blanca para los de Zubieta y de
cuadros para el resto; pantalón azul mahón, zapinas y abarcas, y las
pieles, que a los de Zubieta sólo les cubren los riñones, mientras que
los de Ituren y Aurtitz llevan una segunda pelliza sobre los hombros. No
faltó el pañuelo, de cuadros para los zubitarras y floreado para el
resto; el ttuntturro o gorro cónico forrado con cintas de colores y
coronado con plumas de gallo, «muy difíciles de encontrar, por eso hay
quien lleva plumas de faisán o de pavo real», y el hisopo realizado con
crin de caballo, en la mano.
Para ese momento de vestirse, que se repite en el sabai
de la Casa Consistorial de Ituren, en la sociedad de Aurtitz y en el
estalpe del Herriko Ostatua de Zubieta, necesitan ayuda, sobre todo a la
hora de sujetar bien los 'joares' con las cuerdas. «Tienen que estar
fuertemente atados, porque si se nos mueven te pueden hacer daño»,
explicaban mientras les colocaban un pie en la cintura a la vez que
tiraban fuerte de las cuerdas, para hacer más fuerza.
Tiempo seco, más sonido
Ya vestidos llegó el momento de hacer sonar sus 'joares',
sus cencerros, que ayer retumbaron por todo el Valle. «Es por el tiempo
seco, porque hoy no llueve, por eso suena mucho más», explicaban en
Ituren, cuando iban a comenzar una vuelta por la localidad, antes de
salir a recibir a sus vecinos hasta el lugar de encuentro, el barrio de
Latsaga hasta donde se acercan también los joaldunak de Aurtitz.
Justo antes de ese momento, cuando se iban acercando a
Latsaga, parecía que el sonido de los 'joares' llegaba de diferentes
puntos, por el eco que se había formado.
Desde ese punto, 62 joaldunak (28 de Ituren, 20 de
Zubieta y 14 de Aurtitz), hicieron sonar a la vez sus cencerros hasta
que el ruido fue ensordecedor. En total eran 124 cencerros cuyo sonido
anunciaba a los presentes que ya se iban acercando a la plaza de Ituren.
No dejaban de mover el hisopo que llevaban en la mano, para de esa
manera fecundar la tierra, ahuyentar los malos espíritus y con los
fuertes sonidos, realizar un intento de despertar a la todavía lejana
primavera.
Mozorros
Ya en Ituren, los mozorros, esa especie de seres del
Carnaval rural cubiertos con máscaras de animales y con pieles en el
cuerpo, o cubiertos con pañuelos y vestidos con batas de casa, no
respetaron a los joaldunak e invadieron la plaza de la localidad con sus
carrozas imposibles, sus máscaras, sus pieles y sobre todo, con ruido,
mucho ruido que procedía de las motosierras (sin cadena) con las que
intentaban asustar a los presentes.
Mozorros y joaldunak compartieron unos momentos en la
plaza, hasta que los primeros se retiraron para dejar que el sonido de
los 'joares' fuera de nuevo el protagonista, pero una vez que los
joaldunak realizaron las dos vueltas de rigor por la plaza, llegaron las
imágenes esperpénticas protagonizadas por seres que por un día parecen
más animales que hombres y el ruido de las motosierras fue ensordecedor.
La cita se repite hoy en Zubieta.
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