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Los Errebombillos de Elorrio vuelven a abrir fuego en su histórica fiesta
Es el único alarde de armas popular que se mantiene en Bizkaia y quizá por eso arrastra toda una mitología consigo. Elorrioko Errebonbilloak, los Errebombillos de Elorrio, han vuelto a desfilar este domingo, el primero de octubre, por la histórica villa con su peculiar indumentaria y su no menos llamativo protocolo. Con sus bicornios, corbatones blancos y su frac, la quincena de componentes de esta milicia popular simbólica han disparado sus armas siguiendo una tradición que se remonta al siglo XVI.
¿Qué dice el mito? Que esta fiesta tiene su origen en una conmemoración espontánea de la batalla de Lepanto (1571). Siempre según esta versión legendaria de la historia, un grupo de vecinos –cinco hermanos del caserío Amandarro, por más señas–, que regresaban triunfantes de la que Cervantes definió como «la más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros», dieron varias salvas al aire con sus armas cuando avistaron la localidad. Fueron disparos de alegría y para anunciar su llegada, que se produjo mientras se celebraba la procesión de la Virgen del Rosario. Esta leyenda se ha mantenido con fuerza durante mucho tiempo y no hay más que repasar la prensa que recogía esta fiesta a finales del XIX y principios del siglo XXpara darse cuenta de que se tomó por verdad histórica.
De la defensa a la fiesta
Pero en realidad la tradición de los Errebombillos, Errebonbilloak, se corresponde con la costumbre que existía en Bizkaia por la que cada población debía mantener a sus vecinos o a un número determinado de ellos preparados y convenientemente armados para acudir en defensa del Señorío. Era usual que estas compañías realizaran una revista anual en sus respectivas localidades. Este sería el origen auténtico del alarde de los Errebombillos de Elorrio, de los que existe constancia documental desde 1575, aunque es probable que el desfile se viniera celebrando de algún modo desde tiempo antes.
Tal y como se lleva a cabo en la actualidad, el alarde de armas consiste en el pasacalles de una compañía formada exclusivamente por 15 errebombillos y encabezada por un capitán. Cabe recordar que en 2003 la compañía incorporó por primera vez a dos mujeres –Saioa Gómez y Nekane Guridi– sin que la innovación supusiera más noticia que la celebración de su normalidad. Hoy, cuatro chicas han formado parte de la compañía.
Este domingo, como es costumbre, la fiesta ha comenzado a partir de las 5 de la mañana, con un primer pasacalles en el que los participantes –con cuatro chicas en la compañía– han realizado una serie de paradas con sus correspondientes salvas de fusilería siguiendo las órdenes de su capitán, que se dan en euskera desde la edición de 1979: Presta! (preparad), Karga! (cargad), Desta! (apuntad), Zai–jo! (fuego), Aurkez! (presenten armas). Tras los demás actos del día –un partido del circuito de paleta goma de chicas, la actuación del Coro de la Basílica durante la misa y la del grupo Jaizale Durangaldeko Txistulariak–, los Errebombillos han vuelto a desfilar y a descargar sus armas, concluyendo la fiesta con danzas en una muy concurrida Herriko Plaza.
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