Los debarras disfrutaron de su fiesta

El tercer domingo de mayo siempre es especial en Deba. Cada año, llueva o haga sol, los vecinos salen a la calle para disfrutar de su día. Ayer el tiempo acompañó y nadie quiso perderse las actividades tradicionales preparadas para esta jornada. Niños y mayores quisieron participar y desde primera hora estuvieron muy activos para pasarlo en grande.

El Día del Debarra arrancó con la Diana. Las melodías de los gaiteros de Lizarra hicieron que muchos se levantaran de la cama y se preparan para salir a la calle. Otros ya estaban listos para disfrutar con los astados. Primero a correr en el cierro y luego a disfrutar con la sokamuturra. Los jóvenes no quisieron perderse este inicio de las fiestas, a pesar de que unos cuantos estuvieron de marcha hasta altas horas de la noche.

La ermita de San Roke se convierte este domingo en uno de los centros de peregrinación de los debarras. Con la compañía del sol, ayer muchos vecinos recorrieron el trayecto hasta el lugar. Tras la misa, los dantzaris de Gure Kai realizaron su tradicional Ezpata-dantza. Los presentes siguieron con atención los movimientos y no dudaron en aplaudir una vez terminado el espectáculo. Y luego, entre risas y conversaciones, llegó la hora del 'hamaiketako'. Las sociedades obsequiaron a los asistentes con chorizo y caldo, con los que coger fuerzas para volver y seguir con la fiesta.

El municipio recibió ayer dos invitados de excepción. Las comparsas de gigantes de Arrasate e Irun se unieron a la de Deba para convertirse en el foco de atención al mediodía. Recorrieron las calles, bailando, acompañados de muchos vecinos en un desfile entretenido, con los niños correteando de un lado para otro y con mucha alegría. Huían y jugaban con los cabezudos.

El buen ambiente no paró

Los dantzaris de Gure Kai, ya de vuelta en el centro de la localidad tras su paso por la ermita, cogieron el testigo. En una plaza repleta de gente bailaron el Aurresku. Los aplausos se volvieron a escuchar tras el buen hacer de los artistas, quienes demostraron una gran habilidad en los movimientos. A continuación, se desplegó una gran ikurriña por el derecho a decidir, un acto organizado por Gure Esku Dago.

El gran ambiente continuó por la tarde. Todavía había ganas de fiesta y el ambiente se mantuvo durante unas cuantas horas más. Los gigantes regresaron antes del toque final del Día del Debarra. Acudieron a la Plaza Zaharra y siguieron con sus bailes. Su alarde contó con la presencia de muchos vecinos, nuevamente con los niños como grandes seguidores y que tenían ganas de seguir pasándolo bien.

El Día del Debarra puso el punto final con música. El grupo Garilak 26 se encargó de poner las melodías con una verbena que se prolongó hasta casi agotar las fuerzas. Poco a poco la gente se fue retirando a casa, pero no cabe duda de que esta jornada contó con un gran ambiente.