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Los dantzaris encenderán las fiestas de Agurain

Egilea
Fernando Sánchez Aranaz
Komunikabidea
Diario Noticias de Alava
Mota
Albistea
Data
2009/09/28

Albert Marinus fue un estudioso del folklore, nacido en Namur (Bélgica) en 1886, que falleció en 1979. Afirmaba que "nada hay inmutable en la tradición", lo cual debería abrir una reflexión entorno al significado de ese concepto que tan manipulado ha sido a su favor y en su contra. La tradición es el hilo que une el pasado con el futuro, expresándose en el presente, en cada presente, de una manera diferente pero que comunica lo mismo. Es lo que hace que, a través del tiempo, seamos los de siempre, aunque parezcamos distintos. Decía pues Albert Marinus que nada hay inmutable en la tradición y centrándose en el mundo de las danzas aseveraba que "no es posible decir que una danza haya llegado hasta nosotros sin haber sufrido cambios a lo largo del tiempo". Para él eso era una prueba de que la tradición, como fenómeno social, se encuentra en constante cambio, por lo tanto el folklore se ha ido adaptando a las nuevas circunstancias y a los cambios sociales.

El eximio folklorista vasco Gaizka Barandiaran, sacerdote jesuita, fallecido el año 2006, decía que la danza nació del círculo, que en su origen los danzantes se ordenaban en filas, que se acompañaban con cantos y palmadas, mas tarde llegaron los instrumentos empezando por los de percusión, y que la danza era algo individual, aunque se ejecutase en grupo. Luego vino la danza por parejas.

En los más remotos tiempos, en los que aún no se había inventado la literatura y en los que la música era poco más que ruidos acompasados, ya existía la danza. En el principio los hombres y las mujeres no disponían más que de su cuerpo para expresar sus sentimientos. Por eso la danza es el arte primordial. No se conoce ningún pueblo en el universo que, de una manera u otra, no se exprese a través de la danza, que ilustra siempre sus ceremonias, sus fiestas y sus celebraciones de todo tipo.

Para la danza hacen falta cuerpos y no cuerpos ajenos, sino los propios de los componentes de la comunidad que danza. La danza es consustancial al pueblo y el pueblo es el cuerpo de la danza. Antiguamente la casa de cada uno y la calle, la plaza, eran las escuelas de danza.

No sorprende a nadie la afirmación de que hoy las cosas han cambiado, pero puesto que se admite que la danza es imprescindible para que el pueblo se reconozca a sí mismo, hay que arbitrar las fórmulas para dar continuidad a todo este saber tradicional, pero es preciso admitir que cualquier medida institucional, como por ejemplo introducir la danza en la escuela, sería inútil si no existiese una participación ciudadana. Ése es el mérito de Jeiki dan-tza Taldea, crear ese sustrato social que posibilite que una actividad cultural, en este caso la danza, esté incardinada en su pueblo y, nunca mejor dicho, le dote de cuerpo. Por eso el Ayuntamiento de Agurain ha decidido que sean sus representantes quienes prendan la mecha del cohete que dará inicio a las fiestas de este año 2009.

En Agurain se ha bailado siempre, pero Jeiki Dantza Taldea vio la luz como grupo en abril de 1997, siendo su presidenta entonces Maitane Ruiz de Arbulo. El impulso inicial se fue apagando hasta que el grupo llegó casi a desaparecer, pero el entusiasmo de unos cuantos y, sobre todo, unas cuantas aguraindarras, hizo posible el resurgimiento. En 2004 volvieron a empezar con tan sólo ocho componentes, y hoy los integrantes de Jeiki Dantza Taldea son 132, distribuidos, por edades, en cinco categorías, desde los más pequeños de apenas tres años, a los adultos.

La actual presidenta de Jeiki Dantza Taldea, Nerea Barquilla, comenta que "en esto de la danza, como en tantas otras cosas, las mujeres parecen tener una sensibilidad mayor que los hombres, lo que se refleja en el hecho de que los chicos sean una minoría" en el grupo. Por ello, ejerciendo como portavoz, expresa su deseo de que "el txupinazo, además de un llamamiento a la fiesta, constituya una llamada para que los chicos se animen a mover el esqueleto al ritmo de las danzas vascas".

Al ritmo de los tiempos Jeiki es una asociación privada, aunque está subvencionada por el Ayuntamiento de Agurain. El Consistorio también colabora poniendo a disposición del grupo de danzas a los músicos de la banda y la escuela de música municipal, así como los locales de ensayo.

Jeiki ha actuado, además de en las ocasiones festivas de Agurain, en fiestas de los pueblos alaveses, en Nanclares de Oka, en el Dantzari Eguna de Araba, en Zalduondo y en el Arabako Dantzari Eguna de 2008. También lo ha hecho en Irun, participando en el Dantzari Eguna de Euskal Herria, y en Dulantzi, en el Dantzari Lautada.

Conjuga danza tradicional y danza moderna, porque no sólo es bueno preservar las tradiciones, sino también dar un espacio a la creación, dando continuidad a nuestra identidad como pueblo. Las danzas vascas, cuando las recopiló Iztueta en el siglo XVIII, no eran las mismas que fueron en el siglo XV, ni pueden ser las mismas las del siglo XXI, al margen del interés de la investigación histórica y etnográfica, porque no son los mismos nuestros modos de vida, nuestras motivaciones ni nuestras expectativas que las de nuestros antepasados. Por eso no es de extrañar que, sin olvidar las danzas tradicionales, Jeiki Dantza Taldea se haya decidido a explorar el mundo de la danza contemporánea, con un recio sabor autóctono en este caso.

Jóvenes integrantes de Jeiki Dantza Taldea de Agurain, que este año prenderá el txupinazo de las fiestas.

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