A diez días de la celebración del carnaval la zona rural alavesa se echa a la calle para festejar su tradicional carnaval rural. Este sábado (22 de febrero) es el turno de las localidades de Ilarduia, Egino y Andoin, tres pueblos pertenecientes al municipio de Asparrena, cuyo personaje principal es el Hombre de Paja que, cada año, se somete a un juicio popular que acaba con su quema en medio de la plaza del pueblo.

Una fiesta de invierno, organizada por la Asociación Ilegan, en la que tomarán parte más de 60 vecinos y vecinas de los citados concejos, que llenarán las calles de sonido de cencerros, fuego, ceniza y colorido, para anunciar el despertar de la naturaleza. El inicio de un ciclo y el final de otro, representado en el mítico personaje que, culpable de todos los males acaecidos durante el año en el municipio, es conducido de pueblo en pueblo para terminar siendo pasto de las llamas.

Los actos darán comienzo con la reunión de los porreros en la alubiada popular de la sociedad de Ilarduia tras la que, en torno a las 16.00 horas y desde la fuente del carnaval, comenzarán la tradicional ronda visitando casas y recogiendo viandas. Bailes como la Ipurdantza o San Petrike y la Asparrenako Martxa de Pinttu acompañarán a la comitiva en su peregrinar hacia el siguiente pueblo: Egino, donde el reo es trasladado de un burro a un carro.

Las Puntillas con sus sardas, los Colores con sus karrakas, el cenicero, el hojalatero, el novio y la novia, la autoridad, el cura, el monaguillo, el oso, el quincallero, la vieja, el personaje sangriento o los bueyes... conforman el elenco de personajes que dan color a este carnaval que cuenta con un juicio justo para una condena segura.

Torrijas, chocolate y Sorgin-Dantza preceden a la subida a Andoin donde, a la caída de la noche, mientras el Hombre de Paja arde en la hoguera, el resto baila celebrando su muerte a ritmo del txula-lai, valls, jota, fandango o arin-arin.