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Lekeitio celebra el día de San Pedro sobre la kaxarranka
La comitiva que acompañó al dantzari contó por primera vez con mujeres
La jornada comenzó bajo un cielo encapotado que no amilanó a las decenas de lekeitiarras que salieron a la calle desde las primeras horas de la mañana con la música de la banda local. Tras la pequeña bienvenida dispensada a los miembros de la ejecutiva y al presidente de la cofradía, se dirigieron a la imponente basílica de la Asunción para asistir a la misa mayor presidida por el obispo de Bilbao, Mario Iceta. Tras su conclusión, dio inicio la procesión en honor al santo que salió hacia el puerto, donde en frente de la imagen ubicada en una de las calles y siguiendo las viejas costumbres, los porteadores de la figura la inclinaron hasta cuatro veces para bendecir las aguas. Tras cumplir con la tradición la comitiva volvió hacia la iglesia.
Antes de que comenzara la kaxarranka, la cuadrilla formada por Iker, Beñat, Xabier y un amigo finlandés que se encontraba por primera vez en Lekeitio, tomaban unos tragos en la plaza de la villa marinera. Aunque llegaron a presenciar el kilin-kalan, no estaban muy seguros de llegar a ver la kaxarranka que empezaba acto después, ya que preferían “ver los bailes que harán las mujeres en la plaza”, las dantzaris del grupo Etorkizuna Dantza Taldea, más concretamente. La mayoría de la gente, no obstante, sí que se acercó de nuevo hasta la figura del santo para ver de cerca el primero de los tres bailes que acometió Asier Uskola sobre la kaxarranka. Vestido de frac, camisa y pantalón blancos, pañuelo rojo al cuello y un clavel rojo en la solapa, portaba una chistera en la mano derecha y banderín rojo en la izquierda con las insignias de San Pedro.
Esta ceremonia se conoce al menos desde el siglo XV y su origen reside en que, antiguamente, los cofrades elegían anualmente dos mayordomos para que mirasen, cuidasen y repartiesen las ganancias del año. Los bienes y documentos de la cofradía se guardaban en un arca y el día 30 de junio setrasladaba dicha arca desde la casa del mayordomo saliente hasta la casa del mayordomo entrante, todo ello con una gran ceremoniosidad. Este año, por primera vez, las mujeres fueron parte de la comitiva llevando los remos, en este caso representadas por las remeras Iratxe, Eider y Arantza. “Hoy es un día grande en Lekeitio”, afirmaban.
La kaxarranka completó su recorrido con otros dos bailes más, delante de la cofradía, donde la comitiva hizo un descanso para coger fuerzas, y el último de ellos en la plaza, delante de la Casa Consistorial. Entre el numeroso público que asistió al espectáculo estuvieron el grupo de amigas formado por Marisol, Mirari, Miren Tere y Lourdes que recordaban cómo su madre no les dejaba bañarse en la playa “hasta que San Pedro bendecía las aguas”, tal día como el que Lekeitio volvió a vivir ayer.
Asier Uskola volvió a bailar sobre el arcón de madera para cumplir con la tradición (A. Erdaide)
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