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Lamiako vuelve a escenificar su historia con mitos, bailes y fuego
La Maskarada, “que recoge la identidad del barrio” como afirman sus organizadores, se celebra mañana
“La Maskarada es un ejemplo de que la gente está orgullosa de su barrio y todo el mundo agradece a los encargados de este espectáculo el esfuerzo que supone organizarlo”, destacó ayer la concejala de Cultura de Leioa, Estibaliz Bilbao. “Representamos la identidad del barrio en forma de fiesta”, enfatizaron los organizadores, Arkaitz Correa y Arene Albizu. “Para poder comprender el mensaje que transmite la Lamiako Maskarada, hay que comenzar diferenciando Carnaval o Aratuste y Maskarada. El factor común reside en su paganismo. A diferencia de los carnavales, que se celebran al comienzo de la Cuaresma y necesitan de un chivo expiatorio que es arrojado a la hoguera, la Maskarada no necesita un sacrificio y se puede realizar en cualquier época del año siendo fechas más propicias los solsticios, equinoccios y fiestas de mayo”, explicó Correa. Asimismo, la Maskarada se celebra en viernes, ya que a juzgar por la etimología de la palabra ostirala, este día estuvo consagrado a la divinidad y también relacionado con la luna o Illazki. Es el día en que preferentemente se reúnen los brujos o aztiak y las brujas o sorgiñak para celebrar akelarres. A la luz de la luna y en las encrucijadas de los caminos, se queman objetos mágicos pertenecientes a personas embrujadas. El viernes es también el día en que el marido de Mari, Sugaar, iba a peinar a su mujer. Así que “se alinean todos los astros para que representemos ese día la Maskarada”, admitió Arkaitz. Así que la atmósfera de este evento es mágica ya incluso desde antes de que empiece...
Mañana tendrá lugar la edición trigésimo octava de este teatro de lamias, gigantes, deidades y abades... De hecho, entrarán en escena personajes de la mitología vasca como Mari, madre de todos los genios; Sugaar, jefe de las lamias; el fuerte Basajaun; Aker, familiar con varias personas a sus órdenes; Galtzagorri, mal espíritu para los cristianos; Leltxu, pájaro que escupe fuego; Inguma, genio de la noche... “En febrero empiezan los ensayos propiamente dichos, pero en realidad, estamos todo el año pensando en la Maskarada, qué vestuario es necesario cambiar, qué subvenciones hay que solicitar, qué facturas hacer...”, admitió Correa, que también señaló que en la actuación aparecen alrededor de una treintena de personas, pero que en esta cita estelar para Lamiako están implicadas unas sesenta en total.
La leyenda El corazón de la Lamiako Maskarada es la leyenda inscrita en la genética del barrio y que se basa en la obra El canto de la Lamia, de Antonio Trueba. Según esta historia, Prudentzia, una joven que vivía en el monte Berriz, tuvo la desgracia de que su marido Martín se cayó de un castaño y murió. Al cabo de dos meses, nació su hijo: Inaxio. Con sacrificio, le sacó adelante e intentó que siguiera la tradición de sus padres: trabajar la tierra. Pero cuando Inaxio tuvo edad de hacerse cargo de las heredades, las rechazó, vendió el caserío y se hizo a la mar, su gran ilusión. Prudentzia se quedó triste al pie del castaño donde yacía Martín, mirando al horizonte, hasta que desapareció la nave de su hijo. Una tarde, en el pináculo de Berriz, divisó una vela blanca que llegó a las junqueras de Ondiz y pensó que Inaxio regresaba. Pero no. Como pudo intentó llegar a su casa pero murió en las junqueras. En aquel momento se escuchó el canto de las lamias y se dice que Prudentzia se convirtió en una de ellas.
Esta historia se representa en la tercera parte de la Maskarada (22.30 horas), en la que se puede ver también un espectacular akelarre. El primer acto arranca a las 17.30 horas con un recorrido por el barrio con los vecinos y media hora después, empieza la segunda parte, con la presentación de los personajes.
Un detalle de la Maskarada de Lamiako.Foto: DEIA
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