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Laida Azkona explora la memoria individual y colectiva en 'Mu-To'

La bailarina, que inicia su camino en solitario, estrena mañana en el Civivox Iturrama

Egilea
Ana Oliveira Lizarribar
Komunikabidea
Noticias de Navarra
Tokia
Pamplona
Mota
Albistea
Data
2011/11/25
Lotura
Noticias de Navarra

La bailarina navarra Laida Azkona estrenará mañana, a las 19.30 horas en el civivox Iturrama, su nuevo espectáculo, Mu-To (Excavar un túnel hasta China), una propuesta en la que la danza contemporánea se mezcla con el texto, la música y las proyecciones audiovisuales en una exploración del papel de la memoria individual y colectiva en la configuración personal.

Mu-To es un espectáculo, pero también un trayecto, el que ha recorrido la propia Laida hasta llegar a esta última versión de un trabajo que tuvo dos etapas anteriores que se han representado como performances en varias ciudades. La primera fue un trabajo en solitario sobre una pieza en proceso que la bailarina creó a petición de Ángel Carreño, del civivox Iturrama. "Entonces estaba a punto de irme a Brasil una temporada y me centré en la idea del viaje y del cambio de contextos", dice Azkona, que estrenó esta primera fase en abril de 2010. En la segunda, representada en Vitoria, Barcelona, Madrid y Recife, se unió al proyecto la artista Verónica Eguaras, "y las dos desarrollamos la parte más conceptual, la investigación teórica, centrándonos no tanto en el viaje físico, sino en el interior", cuenta la bailarina, que junto a Eguaras reunió abundante documentación sobre el funcionamiento de la memoria. Y aquí cita a dos autores que luego le han servido para generar la tercera fase, ya como producción más que como muestra. Uno de ellos es Susan Sontag, cuyo texto Proyecto para un viaje a China esconde muchas de las reflexiones que a Laida le interesan; y el otro es Chris Marker, el documentalista francés cuyo trabajo "habla todo el tiempo sobre el modo en que nos relacionamos con el pasado, teniendo en cuenta que él cree que es una reinvención", explica Azkona, que ha generado el Mu-To definitivo a partir de esa idea de la recreación de los recuerdos "y el filtro que usamos para retener unas cosas y borrar otras".

En este sentido, el espectáculo "plantea un juego", es decir, "si yo no puedo tener una visión veraz de mi pasado, me lo invento", de manera que "me pongo sobre el escenario desde el presente y me muevo hacia el pasado o ¿quizá es el futuro?" Eso no tiene tanta importancia, indica esta creadora que inicia ahora una nueva etapa en solitario, desprendiéndose poco a poco de Hierba Roja, la compañía que gestó junto a Jean-Marc Serrano, con el que la pudimos ver en Coches Rojos, miedo y cafeteras y en Hasiera. (El principio de la incertidumbre), entre otros montajes.

a jugar En esta propuesta, la última de la serie, Laida Azkona aborda también el modo en que "la memoria individual está influida directamente por la memoria colectiva". En ese sentido, el espectáculo presenta a una persona que está reiventándose y que se relaciona con los recuerdos colectivos "a partir de los que están impresos en mí", convirtiéndose en distintos personajes emblemáticos del siglo XX.

Además, ahondando en la idea de los recuerdos compartidos, Azkona propone un juego al público, lanzándole pistas para que averigüe a qué personaje está dando vida en cada momento, aunque prefiere no desvelar mucho más para no romper el factor sorpresa. En ese sentido, durante la función también se pone a funcionar la memoria de los asistentes.

En este trabajo, la bailarina pamplonesa afronta varios retos, de entre los que destaca la dirección y la interpretación. Y es que, este es el proyecto en el que "interpreto más que nunca", desde un texto muy rockero a otros que pertenecen a "películas de toda la vida". Para ayudarla con las palabras, Azkona ha contado con Tanya Beyeler, que también le ha asistido en los temas de dirección, fundamentalmente cuando está sobre el escenario y no puede encargarse de todo. Y para el resto de aspectos del espectáculo, ha contado con un equipo en el que destaca Pablo Gisbert, que junto a Tanya conforma la compañía El Conde de Torrefiel. Asimismo, Mariana Miranda ha creado una serie de audiovisuales que tratan de ser "un reflejo de cómo recordamos", de ahí las imágenes un tanto distorsionadas, y Jordi Verdú se ha encargado de la música. Entre todos, y partiendo de las improvisaciones iniciales de Laida, han generado un montaje que transita "entre la autobiografía y la ficción, entre lo documental y lo escénicamente construido", donde "recuperarás lo posible y provocarás lo imposible".

Laida Azkona, durante uno de los ensayos en Pamplona.

Laida Azkona, durante uno de los ensayos en Pamplona. (Patxi Cascante)

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