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Laguardia rinde la bandera a San Juan y se deja llevar por la fiesta
la localidad recibe muchos visitantes atraídos por el amplio programa lúdico
La festividad de San Juan no se celebra todos los días y, por ello, en Laguardia decidieron celebrarlo por todo lo alto. En primer lugar, guardando las formas y, en segundo, disfrutando intensamente del día más largo del año. No una, sino dos veces por ser la festividad grande, el Regidor Síndico hizo tremolar la bandera con gran maestría en el interior de la parroquia de San Juan y posteriormente la rindió ante el altar.
La mañana de Laguardia había comenzado de forma intensa con música por las calles a cargo de la agrupación musical, los dulzaineros y las peñas Los Zaborricos y Biasteriak, que fueron animando a la gente a salir a la calle, mientras la villa se llenaba de visitantes atraídos por el intenso programa festivo y por el renombre de las tradiciones del lugar.
A las doce del mediodía los dulzaineros y los danzadores con el cachimorro, primero, y después la banda municipal, acudieron a recoger a la puerta de su casa a la alcaldesa, María Jesús Amelibia, que fue acompañada hasta la Casa Consistorial. Posteriormente la misma comitiva se dirigió al domicilio del Regidor Síndico, Goyo López, para acompañarle también hasta el Ayuntamiento.
Al igual que el día anterior, las autoridades e invitados formaron un semicírculo en la plaza y los danzadores fueron recogiendo ramos de flores para ir repartiéndolos a las autoridades mientras ejecutaban sus pasos con maestría.
Una vez que se disfrutó de esta estival tradición, todos se dirigieron en procesión hasta la iglesia parroquial de San Juan Bautista para cumplir con la tradición el concejal Goyo López llevando la bandera de la villa.
Allí, en la primera capilla, y a los sones de la dulzaina y el tambor, se procedió a uno de los actos más esperados de esta festividad. El Regidor realizó el tremolar y rendido de la bandera. Después, la comitiva salió al exterior donde se llevó a cabo la procesión por las calles de la villa. Y como no podía ser de otra manera tras el paseo el pueblo acudió a la misa solemne cantada por la Coral de Laguardia.
más actividades Finalizada la celebración religiosa, se cerraron varias calles y se lanzó el chupinazo con el que comenzó el encierro de "cuatro cabras", como decían algunas personas, al ver lo flacas que estaban las vaquillas. El encierro, entre la plaza de toros ubicada en el patio de la Escuela y el Ayuntamiento, se llevó a cabo sin problemas y con rapidez.
Tras los vermús de rigor, la comida y, a las seis de la tarde se volvió a repetir la recogida de la alcaldesa y del Regidor de sus domicilios para repetir el mismo acto que se había celebrado el día anterior y por la mañana. El resto de la tarde tuvo un tono muy taurino. A las seis y media hubo un concurso de recortadores en la plaza de toros, a las ocho y cuarto el txikitoro para los más jóvenes y, a continuación, un nuevo encierro de reses bravas por las calles de la villa.
La programación del día grande de San Juan culminó con dos sesiones de verbena, con la orquesta Passarela, en cuyos intermedios se celebraron un bingo popular organizado por la Peña Biasteriak y un toro de fuego de madrugada.
Los danzadores recogen a la alcaldesa en su casa.Fotos: pablo josé pérez
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