Dokumentuaren akzioak
Lady Capuleto a la bilbaína
Entrevista Oihane Herrero
Pronto supo que tirar aparatos al aire y recogerlos no era lo suyo, así que cambió la gimnasia rítmica por el ballet. Tras recibir sus primeras clases en la academia vizcaína de Ion Beitia, Oihane Herrero completó su formación en la Escuela de John Cranko en Stuttgart (1995-1997). Y precisamente allí, en la capital del estado alemán de Baden-Württemberg, la bilbaína ha desarrollado toda su carrera dentro del Ballet de Stuttgart: desde su debut como meritoria (1997-2000), su promoción a demi-solista (2000-2006) y su ascenso a solista (desde 2006). Orgullosa por actuar en su país, Herrero ha interpretado dos papeles dentro del Romeo y Julieta que ha presentado la compañía germana en Teatro Real de Madrid. Aún le queda un sueño profesional por cumplir: bailar en su Bilbao natal.
¿Qué tiene el Romeo y Julieta de Cranko que enamora al público?
Romeo y Julieta es la historia de amor de dos jóvenes que, a pesar de que sus familias están enemistadas, se unen, pero debido a muchos obstaculos la historia termina trágicamente. La diferencia de R&J de Cranko con otras versiones es que él crea un equilibrio entre el cuerpo de baile y los bailarines principales, tanto en la parte técnica como en la artística. El cuerpo de baile es usado al máximo para crear la atmósfera justa de forma que la historia entre R&J sea comprendida al máximo. Es una producción llena de vida y mucha sensibilidad debido a la construcción coreográfica de Cranko.
¿Qué papel interpreta en la obra y cómo fue el proceso de elaboración del rol?
En el espectáculo en Madrid interpreto dos papeles diferentes: el de una de las tres gitanas y el de Lady Capuleto, madre de Julieta. El rol de gitana me encanta, es muy divertido, ya que aún coreografiado tiene mucha libertad expresiva personal. Por otro lado, el papel de Lady Capuleto es más complicado, aunque no en la técnica, ya que es un papel de carácter. Es una mujer con mucha clase que no pierde la compostura y hay un momento muy dramático, que es lo que más me gusta. He visto muchas veces interpretar a Marcia Haydée este papel y es lo que me ha ayudado a entenderlo exactamente. Aún así no me ha resultado fácil, ya que, al principio, me sentía un poco joven aún para interpretarlo.
¿Es diferente bailar en Madrid, cerca de su Bilbao?
Claro que es diferente. No por el hecho de que se quiera bailar mejor, ya que creo que siempre intentamos dar lo mejor de nosotros en cada actuación, sino por el orgullo de saber que estás bailando en y para tu país. No diría nervios, pero sí una excitación más grande cuando sabes que entre el público hay gente a la que quieres y te quiere. Todavía no he bailado en Bilbao, es una de mis ilusiones más grandes: poder bailar en mi ciudad natal. Además algunos de mis familiares y amigos aún no han tenido la oportunidad de verme bailar.
¿Cómo es Oihane Herrero como bailarina y qué tipo de roles le atraen?
Al principio de mi carrera me atraían más los ballets clásicos. Ahora, después de unos años, me llaman y disfruto más bailando neoclásico y contemporáneo. Me siento más libre. Me gustan los roles dramáticos y con personalidad.
Toda su carrera profesional la ha desarrollado en la misma compañía: Ballet de Stuttgart. ¿Podría definir las características de esta compañía?
El Ballet de Stuttgart es una compañía de unos 70 bailarines aproximadamente. Es una compañía joven y con mucho talento, tanto físico como artístico, por lo cual muchos bailarines jóvenes tienen oportunidad de bailar papeles solistas. Tenemos un repertorio muy variado, tanto clásico como neoclásico y coreografías más modernas. Cada temporada tenemos la oportunidad de trabajar con distintos coreógrafos invitados.
¿Cómo fueron sus inicios en la danza?
Empecé con gimnasia rítmica cuando tenía seis años, pero lo de tirar aparatos al aire y volver a cogerlos, como que no era lo mío. Así que lo dejé. Dos años más tarde, tenía una amiga que iba a clases de ballet y un día por curiosidad fui a mirar y me gustó tanto que puedo decir que hasta hoy ha durado. En mi familia
nadie ha bailado antes a no ser en alguna verbena de fiestas (ríe), pero siempre ha habido mucha música en mi casa, ya que mi madre era profesora de música y tocaba mucho el piano y el acordeón en sus ratos libres .
De la escuela de Ion Beitia han salido bailarines como Mónica Zamora (Birmingham Royal Ballet), Asier Uriagereka (Ballets de Monte-Carlo) y usted, ¿cuál fue la enseñanza más importante de Beitia?
La disciplina y la constancia en el trabajo es una de las enseñanzas más importantes que le debo a Ion Beitia. Es muy importan te elegir a un buen profesor en muchos aspectos, ya que, al ser tan jóvenes, el período de aprendizaje es muy sensible; una mala enseñanza puede destrozar tanto física como psicológicamente a un talento para la danza. Sobre todo, con Asier Uriagereka pasé muchos ratos en la escuela, ya que Mónica Zamora ya estaba en Londres. Fue una gran motivación, cuando ves estudiantes de tu misma escuela que consiguen llegar lejos. Tengo muy buenos recuerdos de aquella época. Creo que lo que más nos ha dado Ion, a parte de una buena base técnica, es el afán por mejorar y la constancia en el trabajo. Y como me decía él: “una de cal y otra de arena“.
De ahí partió para la Escuela de John Cranko en Stuttgart, ¿cómo fue la decisión?
Entré en la escuela John Cranko en 1995. Tomé la decisión porque ya no me quedaba nada que hacer en España: había terminado con mis exámenes en Madrid y Ion ya me lo había dado todo. Como otros de mis compañeros, decidí salir al extranjero.Ya habia oído hablar antes del Ballet de Stuttgart y, cómo no, de Marcia Haydée, así que mandé un video a la escuela y me cogieron. ¿Por qué Stuttgart? No sé exactamente, ya que,
en aquel entonces, no tenía mucha idea de compañías, a no ser las más conocidas, pero sólo sé que hice lo correcto. Los tres primeros meses no fueron fáciles, ya que nunca había salido por tanto tiempo fuera de casa, pero, en la escuela, en aquel entonces, había muchos españoles, así que todo se hizo más fácil,
menos aprender alemán, claro.
¿Cuál es la enseñanza que más valora de su etapa en la Escuela que compartió junto a otros españoles?
Valoro haber tenido una enseñanza más completa, ya que, en España, muchas escuelas no disponen del apoyo y de las ayudas del gobierno y de otros benefactores. Estando en la escuela de Stuttgart, tuve la oportunidad de bailar en el escenario más a menudo, de trabajar con la compañía y de ver actuaciones de ésta, lo que me enseñó mucho sobre lo que me esperaba en un futuro. Estuve en la escuela con Iker Murillo (Ballet de Zurich), Mikel Irurzun (Ballet Biarritz) y Jorge Nozal (NDT), sobre todo con este último tengo una
buena amistad, aunque ya no trabajemos juntos.
En el año 97, entra como meritoria al Ballet de Stuttgart, y en 2006 asciende a solista, ¿cómo ha sido toda esta trayectoria?
Fácil no fue y no creo que sea fácil para muchos bailarines, ya que, por mucho talento que se tenga, es una profesión que requiere mucho trabajo. Pero, a parte del estrés debido a un par de lesiones, ha sido muy satisfactorio.
También ha habido coreógrafos que han creado papeles exclusivamente para usted.
Es un período de trabajo muy interesante, a medida que pasan los ensayos se llega a conocer más al coreógrafo y a saber qué es lo que espera de ti. Si tengo que nombrar un rol especial, diría el de la condesa en Lulu de Christian Spuck, que es un rol muy intenso y dramático.
En el Ballet de Stuttgart, también está Alicia Amatriain y recientemente se ha añadido Sonia Santiago.
Antes éramos más españoles, pero sí, ahora nos hemos quedado casi solitas. Mi relación con Alicia es buena y además la respeto mucho como bailarina. Es muy tenaz en el trabajo y es una bailarina muy versátil.
¿Cree que es profeta en su tierra?
Aún no he bailado en Bilbao, que es un gran sueño mío. He elegido esta profesión porque me apasionaba y nunca he esperado un reconocimiento de los demás. Al fin y al cabo, no deja de ser una profesión como cualquier otra.
¿Cómo ve la situación de la danza en España?
La verdad es que no estoy muy informada. A veces me entero de cosas aquí y allá, pero no sé mucho la verdad. Pienso que, en España, no se apoya mucho a la danza, ya que se la considera la hermana pobre de las artes escénicas.
¿Satisfecha con su carrera profesional?
Me siento satisfecha y orgullosa de mi carrera, ya que nunca imaginé llegar donde ahora estoy. Creo que estoy en un punto intermedio, ya que todavía me quedan fuerzas y, obviamente, mi experiencia interpretativa es más madura que cuando empecé mi carrera.
Dokumentuaren akzioak