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La Turquía clásica se funde con Occidente en el Victoria Eugenia
El concierto es una colaboración de la orquesta Concerto Köln y la Ensemble Sarband. Dos derviches giradores mostrarán la belleza plástica del 'sema'
Andoni Alonso, jefe de prensa de la Quincena Musical, tuvo buenas palabras para reconocer esta iniciativa, que les cautivó por «la originalidad del proyecto». Este concierto se presenta como «una oportunidad para dar a conocer la cultura de otros países, que presentan además unas composiciones nada habituales», añadió Alonso.
Recién llegados a San Sebastián, Lorenzo Alpert, fagotista de Concerto Köln, y Vladimir Ivanoff, director musical de Ensemble Sarband, además de percusionista, valoraron ayer los frutos de esta colaboración conjunta antes del concierto que ofrecerán esta tarde en el Teatro Victoria Eugenia. «La orquesta Köln es autónoma, no tiene director, y cada integrante trabaja para difundir algún proyecto. Nuestra contrabajista contactó con Vladimir, de forma particular, y de ahí surgió esta colaboración conjunta que comenzó hace ya catorce años», explicaba Lorenzo. «Este proyecto se basa en la recuperación de la música turca, que empezó a desarrollarse a finales del siglo XVII y que fue ampliándose a principios del XVIII. Los europeos fueron perdiendo el miedo a la invasión otomana, por lo que esta música empezó a interesarles. Trataron de imitarla, creando un estilo propio, que en algunos aspectos, recuerda a la música turca tradicional, es lo que se conoce como alla turca, algo así como una interpretación a la europea de su visión clásica. Los presos turcos, que proliferaban por el viejo continente tras las invasiones, fueron incorporándose a las orquestas, aportando sus sonidos e incluyéndolos como algo propio. La percusión es un elemento fundamental en ambos casos», apuntó Vladimir. «El programa tiene cierta connotación política, por lo que tras el 11-S, pensamos en cancelarla ante las malas creencias del Islam. Sin embargo, la gente mostró su curiosidad por conocer el otro Islam, en un contacto normal con los turcos», añadió.
Dos derviches intervendrán en escena con sus curiosos y vistosos bailes, una tradición que se remonta a cientos de años y que tiene su significado. «Los derviches son una comunidad, un grupo religioso que se reúne en casas privadas para festejar sus ritos. Cada uno de ellos, con sus movimientos, toman contacto con Dios. Cuando comienzan a girar, una mano señala el cielo, mientras que la otra, apunta a la tierra, es una práctica que pone a cielo y tierra en el mismo lugar. Gracias a esta técnica, los giradores consiguen captar la energía de Dios y repartirla entre las personas», apuntó Vladimir.
La fuerza tiene un gran protagonismo en escena. «La garra de los músicos turcos se deja patente en los primeros compases del concierto. De esta manera, se consigue quitar el miedo a los asistentes. Sin embargo, es un espectáculo muy tierno, que como el nombre del concierto, suena como un sueño y que nos evoca a lugares inexplorados», manifestó Lorenzo.
Los músicos contarán con unos aliados que a buen seguro harán las delicias de los oídos más exigentes, puesto que en muchos de los momentos, tocarán instrumentos propios de la época que aún se conservan en buen estado. La música y la belleza plástica del sema se dan la mano en esta colaboración que aterriza hoy en el Victoria Eugenia.
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