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La trágica historia de 'La Sylphide' llega al Kursaal de la mano del Boston Ballet
La obra, que se representará hoy y mañana con dos repartos diferentes, fue estrenada en París en 1832 fusiona danza e interpretación La compañía estadounidense cierra en Donostia su gira por España
Pasión, venganza y tragedia se mezclan en esta obra que relata la
venganza que la bruja Madge lanza contra James, un joven escocés que se
enamora de una sílfide justo cuando está a punto de casarse con su
prometida, Effie. La primera versión de este ballet, creada por Maria
Taglioni, es la base de este espectáculo que el Boston Ballet estrenó
hace dos años. Tras actuar en Madrid, Canarias, Santander y Palma de
Mallorca -en donde contó con la presencia de la reina Sofía entre el
público- el Boston Ballet cierra hoy y mañana (20.00 horas) en el
Auditorio Kursaal su gira española.
El director artístico del Boston Ballet, Mikko Nissinen; la
directora adjunta, Trinidad Vivas; y los bailarines Carlos Molina,
Erica Cornejo y Lorna Feijoo coincidieron ayer en mostrar su
safisfacción por superar el reto que representa interpretar a la
sílfide en esta obra.
«Es una obra muy fuerte, pero tienes que lucir etérea, como si no
fuera tan difícil» de realizar, señaló la bailarina Lorna Feijoo, que
interpretará a La sílfide en la representación de mañana. Erica
Cornejo, que hará ese mismo papel hoy, destacó que se trata de «un rol
con mucha ténica, de saltos muy rápidos. Tienes que aparentar que no
haces nada, salvo levitar». La bailarina argentina recalcó que «es uno
de los roles más bonitos del papel clásico porque demanda mucha
técnica, pero con expresión», matizó.
«Romántico y triste»
El bailarín Carlos Molina, que interpretará a James en la
representación de mañana, hizo especial hincapié en señalar que el
papel «te ofrece una parte técnica pero tambien necesita una
interpretación» y en este sentido, señaló que «es muy fácil sólo bailar
o sólo interpretar, pero la fusión de ambas resulta más difícil». El
suyo es «un papel romántico y un poco triste, con un final trágico».
Nissinen aseguró que la compañía combina en su repertorio los
clásicos y las obras contemporáneas y añadió que sus miembros pueden
bailar muchos estilos. El director artístico del Boston Ballet se
mostró «muy orgulloso» de esta agrupación y, en este sentido, indicó
que aunque «los principales son maravillosos, también el resto de los
bailarines tienen unos niveles muy fuertes».
De hecho, son varios los bailarines que se han aprendido los
papeles principales de cada obra representada, en previsión de que una
lesión haga necesaria la sustitución del protagonista. El Boston Ballet
fue fundado en 1963 y cuenta con 58 bailarines de diversas
nacionalidades en su primera plantilla, así como de diez noveles en la
segunda. Su residencia es el Wang Theatre de Boston, en donde más de
2.000 niños realizan estudios de danza y ballet en un centro educativo
propiedad de la compañía.
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