"La técnica es muy importante, pero no sirve de nada si las cosas no se hacen con arte"

Alicia Alonso

¿Por qué se ha decidido a recuperar este 'Don Quijote'?



Porque me parece un ballet muy bello y que tiene un tema muy ligado a nosotros. Además, es estupendo poder representarlo en España en una fecha tan marcada como la que se celebra este año. El Quijote es un personaje maravilloso que representa la defensa de lo justo y lo correcto en la vida.



Pero, quizá, hoy en día no abundan los quijotes.



Yo creo que sí hay quijotes; de hecho, por eso estamos vivos. Si no hubiese tantos quijotes, ni siquiera existiríamos, porque son de ese tipo de gente que hace que sigamos adelante. Y están por todo el mundo.



Respecto a esta coreografía, ¿qué matices ha plasmado en esta nueva versión?



Principalmente se destaca más al personaje del Quijote. Se le da más protagonismo. En otros montajes apenas si aparece, pero aquí sí y la obra se afronta como un ballet antiguo, con el estilo de un gran clásico. Además, en este caso se desarrollan hasta veinte personajes que forman parte del sueño y la fantasía del Quijote y el ambiente es más español. La escena es muy clara y el público podrá seguir el ballet con mucha facilidad porque está basado en la esencia de la obra.



Y con una importante presencia del folclore, como casi siempre en la trayectoria del Ballet Nacional de Cuba.



Desde luego. Se ha combinado muy bien la técnica del ballet con el estilo folklórico, con ese aire, ese ambiente y esa alegría. El montaje es muy simpático y tiene escenas muy graciosas. Como en la vida, el sentido del humor es muy importante en esta obra.



¿Qué tal conviven la danza clásica, las aportaciones contemporáneas y el folclore?



No hay que olvidar que el ballet clásico se basa en el folclore, a partir del cual trabaja y depura una técnica propia. Por eso combinan muy bien. Además, quien conozca la técnica clásica sabrá dar cualquier paso. Luego, el estilo lo pone cada artista, a través de los brazos, de lo que crea con el movimiento del cuerpo, de lo que proyecta en el escenario. Hay que ser muy conscientes de que la técnica es muy importante, pero también de que ésta no vale de nada si las cosas no se hacen con arte. La técnica sólo es la facilidad para poder hablarle al público.



En este sentido, ¿qué les diría a los puristas que rechazan la fusión de géneros y tendencias?



Les diría que todo depende de cómo se haga. La fusión es muy difícil, pero, si se logra, el resultado es muy bello. Además, el ballet condensa en sí mismo todos los movimientos y todas las formas.



¿Es Don Quijote una de sus coreografías más ambiciosas?



No lo creo, pero sí ha sido muy difícil, ya que tenía que plasmar un personaje al que muchas compañías habían usado casi de mero elemento decorativo y que a nosotros, los cubanos, nos inspira mucho respeto y admiración.



Después de su extensa experiencia en el mundo de la danza, ¿qué le queda por hacer? ¿Tiene asuntos en el tintero que aún no ha podido modelar para el escenario?



Me quedan muchos más espectáculos por hacer. El mundo sigue girando y seguimos viviendo y pensando. Mi último ballet se titula Verbum y gira en torno al genoma humano del habla, uno de los últimos descubrimientos de la ciencia. Todavía me queda mucho que decir y, mientras la máquina funcione, el arte caminará junto a ella.



¿Qué temas le inspiran para crear nuevas coreografías?



La vida en sí. Hay demasiadas cosas bellas alrededor como para no hablar de ellas. Todas las obras tienen algo que decir, nunca están vacías. Son formas de hablar. No existe el arte vacío porque si lo ha hecho un ser humano, es su voz la que alberga esa obra.



Usted también es profesora, ¿cómo ve a las nuevas generaciones, a los jóvenes aspirantes a bailarines?



Son muy buenos. Lo que ocurre es que a todos nos influye el mundo que nos rodea y en la actualidad domina la rapidez en todo; de ahí que un artista quiera llegar a lo máximo muy pronto. Impera un fuerte sentido de velocidad, pero trabajan y se dedican mucho. Son maravillosos y tienen muchísimo talento.



¿Cómo les transmite su visión de la danza, lo que significa para usted?



Para mí la danza es la forma más maravillosa de comunicarme con los seres humanos, porque a través de ella puedo expresarles mis sentimientos; puedo darles algo que se quede en forma de imaginación y de memoria. La danza es mi vida.



¿Qué momento vive la danza en la actualidad?



Atraviesa un momento magnífico. Hoy en día no hay un solo espectáculo en el que no haya danza. Y es que es algo esencial al ser humano. . La danza es una forma física y emocional de comunicarse.



Y, como cualquier forma de arte, tiene una dimensión social.



La danza es una de las artes más necesarias y representa la paz y la unidad que tanto nos hace falta.



Historia viva

Primera Ballerina Assoluta y directora del Ballet Nacional de Cuba, Alicia Alonso es una de las personalidades más relevantes de la historia de la danza. Nació en La Habana, donde inició sus estudios en 1931 y desde donde partiría a Estados Unidos para continuar su formación en la School of American Ballet. Su actividad profesional comenzó en 1938 en Broadway y en 1940 se incorporó al Ballet Theatre of New York como intérprete suprema de las grandes obras del repertorio romántico y clásico. En esta etapa trabajó junto a Fokine, Balanchine, Nijinska o Robbins. En 1948 decidió fundar el Ballet Alicia Alonso, hoy Ballet Nacional de Cuba. Desde entonces, compaginó esta nueva formación con sus participación en otros conjuntos, ya que en su país nadie la apoyó hasta 1959, cuando el Gobierno Revolucionario le ofreció su apoyo. Sus versiones de los grandes clásicos son célebres y se han bailado por diversas compañías. Asimismo, Alonso es una eminente figura de la vida cultural, de ahí sus condecoraciones y su investidura como doctora honoris causa en numerosas universidades del mundo.