Dokumentuaren akzioak
La revalorización del traje tradicional
II. Dantza tradizionalaren esker onak
PRENDAS increíbles, tejidos, que simplemente al tacto, denotan su calidad. En investigar la procedencia, los usos de las prendas en Euskadi es experto Ramón García, un guipuzcoano que comenzó a indagar en el traje tradicional cuando “en los años 70 se hacía un festival internacional de folclore en Donostia y venían grupos de todos los países con un vestuario maravillosos. Sin embargo, cuando salían los grupos de aquí tenían una pinta de pobriños tremenda”. Y ese fue el punto de partida para una labor que ha visto refrendada con la puesta en marcha del Centro del Traje de Errenteria.
El Centro del Traje de Errenteria recoge parte del trabajo realizado por Ramón García tras recuperar prendas antiguas.Foto: Gorka Estrada
Ese aspecto que lucían los dantzaris vascos era incomprensible para Ramón García. “Un pueblo que tiene un idioma propio, con siglos de vida es imposible que no tenga un vestuario mejor que este”, señala este investigador que ha ahondado en “bibliotecas” de donde comenzaron a salir “unos trajes” impresionantes. La labor de documentación para poner en valor el traje tradicional vasco le ha llevado a “conseguir fotografías del vestuario de finales del siglo XIX, principios del XX” y a “patear pueblos y baserris encontrando prendas antiguas” fechadas hasta 1920.
Pero su estudio no se quedó en esta época reciente sino que ha mirado mucho más atrás, al siglo XVI. “En la biblioteca de la Ópera de París hay una colección de unos 300 grabados. En este siglo hubo cantidad de reyes europeos que mandaron corresponsales a Euskal Herria porque se habían enterado de que las mujeres llevaban unos tocados muy raros en la cabeza. Gracias a eso hay una información tremenda de tocados corniformes y trajes”, reconoce García.
Se confiesa “enamorado del vestuario euskaldun” al que define “como colorido y con diseños maravillosos” que guarda las esencias del pasado y las características de cada pueblo y cada época. “No hay un traje típico de cada provincia. Puedes decir el más bonito, pero no el típico porque en cada pueblo había un traje diferente”, subraya este investigador que destaca las “diferencias” que se aprecian en las prendas en función de a qué territorio pertenezcan. “Dependía del dinero. En Navarra hay trajes maravillosos muy adornados porque es una provincia en la que ha habido muchísimo dinero, como en Bizkaia. En cambio, en Gipuzkoa y Araba somos un poquito más pobres”, apunta García para quien el vestuario de Iparralde “es gabacho, muy colorido, con cosas más extrañas en combinación de colores y prendas”.
Hoy en día, ese guardarropa no es habitual verlo en las calles más que en citas muy excepcionales. “Gracias a los grupos de danzas se saca a flote todo ese arsenal de vestuario que hay. En Gipuzkoa, quitando Santo Tomás, Olentzero y alguna romería, no se utiliza”, comenta García que reconoce que gracias a su implicación en el grupo de danzas de Errenteria Iraultza ha podido darle un poco más de vida al vestuario. “Solemos hacer exposiciones, me llaman para dar charlas sobre vestuario tradicional y en el Centro del Traje que montamos hace un año se pueden ver trajes originales”. Prendas accesibles al público que le acercan a la historia de Euskadi.
Precisamente, por ese valor que le da a las prendas tradicionales, le molesta mucho que las consideren un “disfraz”. “El traje tradicional no es un disfraz. Aquí se está viendo sobre todo en Santo Tomás, hombres vestidos de mujer y mujeres vestidas de hombre. Para eso está el Carnaval. Hacer burla a esos trajes es hacer burla a nuestro antepasados”, sentencia este hombre que siente “un respeto bárbaro” por el vestuario tradicional.
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