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La nueva cantera vasca de la danza
Sueñan con verse algún día sobre un escenario. Quieren que el ballet sea para ellos y para ellas su medio de vida. Y el concurso de Jóvenes Bailarines de Bilbao, una iniciativa de la Asociación Bilbao Ballet Elkartea (ABBE), les puede brindar esta oportunidad de oro.
Esta tarde, a partir de las 19.30 horas, catorce participantes, procedentes de Madrid, Burgos, Valladolid, Iruñea, Gasteiz, Donostia y Bilbao, intentarán hacerse con los galardones de la sexta edición del Premio Bilbao para Jóvenes Bailarines, que se celebrará en el Palacio Euskalduna. Los responsables de la organización están convencidos de que este tipo de competiciones sirven para que la danza siga fructificando en nuevos y buenos talentos.
El concurso, que está abierto a estudiantes de danza clásica, neoclásica, contemporánea y española, cuenta con un jurado profesional compuesto por Christina Lindegaard, La Canela (bailaora y profesora de flamenco), Perfecto Uriel (director de la Casa de la Danza de Logroño), Rosa García del Castillo (vicepresidenta de ABBE) e Iratxe de Arantzibia (miembro del Consejo Internacional de la Danza de la Unesco, periodista y Crítica de danza). Se concederán tres galardones, un primer premio de 1.000 euros; el segundo galardonado recibirá 600 euros y el tercero, 300 euros. Además, el jurado podrá distinguir alguna actuación con una mención especial reconocida por un diploma acreditativo.
"un sueño hecho realidad" Pero lo más importante de todo es que el ganador o ganadora podrá participar en la próxima gala de los Vascos y la Danza que la Asociación de Bilbao Ballet Elkartea organiza todos los años con el objetivo de dar la posibilidad a las grandes estrellas de la danza de bailar en su tierra. "Un sueño hecho realidad", confiesa Sara Echévarri. Esta joven bailarina ganó el primer Premio Bilbao para Jóvenes Bailarines, en 2006, y hoy va a participar como invitada en la Gala, bailando un Aurresku, la pieza Córdoba (montada para ella por Lola Greco, Premio Nacional de Danza 2009) y un dúo con el bailaor Jorge Simón Pastor.
Sara tenía solo 13 años cuando se subió al escenario y encandiló al jurado. "Siempre me ha gustado bailar y cuando me enteré del concurso y que se bailaba en el Arriaga no me lo pensé. Se lo comenté a mi madre, que tiene una academia de flamenco donde yo me he formado y me presenté", explica Sara Echévarri.
Sobre el escenario presentó una nueva pieza de raíz flamenca, arte que domina con precisión, con la que consiguió alzarse con el primer premio. "La compensación económica también me hacía ilusión, imagínate solo tenía 13 años, pero el premio contemplaba la participación en la gala de los Vascos y la Danza. Para una niña, bailar con Igor Yebra y con Itziar Mendizabal, dos grandes figuras del ballet, era casi impensable. Pero lo conseguí. Fue una experiencia que recordaré toda mi vida", confiesa.
El premio le sirvió como empujón a su carrera. El concurso está sacando a la luz los talentos de la nueva cantera de la danza vasca. Así, la gasteiztarra Aiara Iturrioz, que ganó en 2007, se encuentra en estos momentos terminando su formación en la Escuela John Cranko de Stuttgart y va a debutar como profesional en el Ballet de la ciudad alemana la próxima temporada. En esta prestigiosa compañía están otras dos primeras figuras vascas, Alicia Amatriain (Primera Bailarina) y Oihane Herrero (Primera Solista).
La especialidad de Aiara Iturrioz es el clásico, la categoría de danza que suele contar con un mayor número de concursantes inscritos, quizá porque son los que tienen que luchar más para abrirse paso en los escenarios. En el Estado, no hay compañías fuertes en esta modalidad, aun teniendo infraestructuras, que las pudieran acoger. La mayoría de los bailarines vascos reclaman también una compañía de ballet vasca. Recientemente, el coreógrafo y bailarín Jon Ugarriza, que estrenó Kai, basada en la música de Mikel Laboa, en la última Gala de los Vascos y la Danza, se quejaba de la poca ayuda que el ballet tiene del Gobierno vasco y de que ha tenido que renunciar a interesantes proyectos por no recibir ningún apoyo de Lakua.
La joven durangarra Maider González (Contemporáneo) se alzó con el premio el año pasado. En la actualidad, continúa su formación en danza en la Escuela de Víctor Ullate, en Madrid. Todas son conscientes de que si quieren triunfar en este difícil mundo tienen que abandonar sus casas muy jóvenes. "Yo tenía 15 años cuando me fui a Madrid a seguir con mi preparación. Es muy duro tener que dejar a tu familia, a tus amigos, a tu ciudad... Pero es la única manera de poder seguir adelante con tus estudios", explica Sara Echévarri. Sara es consciente de los sacrificios que conlleva el dedicarse a la danza, "pero sé que si quiero llegar a algún sitio, me tengo que sacrificar". Un camino que ya han recorrido otros bailarines vascos, que ahora se suben a los principales escenarios del mundo, como Igor Yebra, Lucía Lacarra o Alicia Amatriain.
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