La danza de la tierra, con txistu, gaita y tamboril , es la que más aprecian los baztandarras. El rock y los ritmos pop no consiguen imponerse a los bailes autóctonos

En esta tierra y en una verdad que es de las de Perogrullo, resultarían impensables unas fiestas sin los bailes autóctonos, que siguen teniendo su espacio, el día del patrón después de la misa mayor, y todos los días antes de la parada de las verbenas para ir a cenar. La demostración está recogida en el programa oficial de actos: a las 9 de la noche, en la plaza del Pintor Javier Ciga, y una hora después en la plaza de los Fueros, la música y la danza populares son los dueños y señores.

Los txistularis y atabalaris son en estas fechas Agustín Eraso, Hasier Biela, Jexux Bailón, Jaime Biguria y las nuevas y jóvenes incorporaciones de Xabier Urtasun, Iñigo Moreno y otros, además de Amadeo Arretxea, igantziarra-baztandarra que es profesor de txistu y también dantzari cuando se tercia. En Elizondo, y en todos los pueblos del valle, cuando el txistu empieza el toque del haunitz urtez de saludo en el Billantziko , los jóvenes y menos jóvenes salen rápido a la plaza a buscar posición en la hilera de dantzaris.

Y otro tanto ocurre con la gaita que, además de que no hay diana sin ella, en la última década sobre todo se ha hecho insustituible (igual que el clarinete que muchas veces toca el arizkundarra Javier Larralde) en las mazurcas, polkas, y otras danzas típicas desde hace más de un siglo. El grupo Baztango Gaitariak, en numerosas ocasiones a lo largo del año, y estos días con un refuerzo pamplonica, mantienen el son dulce y estridente a un tiempo, de la gaita en nuestras fiestas.

A los músicos les viene de casta

Los padres José Antonio Zulaika y Arregi (Padre Donostia, 1886-1956) e Hilario Olazaran Salanueva (Hilario de Estella, 1894-1973) se habrían sentido orgullosos al comprobar que el folclore y el txistu que estudiaron y cultivaron con tanto cariño como conocimiento siguen siendo las señas de identidad de esta nuestra tierra. A Agustín Eraso (sobrino de Juan), Hasier Viela (¿nieto o bisnieto? de Francisco), Jaime Viguria (hijo de Manolo, sobrino de Juantxo), Patxi Larralde (hijo de Javier, sobrino de Mauricio) les viene de casta su inclinación por la música, el txistu y el tamboril, y con otros chavales que ahora empiezan a salir a las calles, mantienen lo mejor de nuestro folklore. En un tiempo ya no quedaban más que Mauricio Elizalde, Javier Larralde y Félix Iriarte y tenían que multiplicarse para ir a tocar de pueblo en pueblo, y parecía que ésto se acababa sin remedio. No ha sido así y hay que celebrarlo, para alegría de todos los baztandarras. >l.m.s.