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La Muestra Coreográfica, con cuatro piezas, llega el domingo a Gazteszena
La iniciativa para impulsar la creación en la danza alcanza su décima edición
La muestra se organiza cada año desde 1997, a
partir de los proyectos de creación coreográfica subvencionados el año
anterior en la convocatoria de ayudas para la promoción de la danza del
departamento de Cultura.
Esta iniciativa pretende ser una oportunidad para que jóvenes coreógrafos y bailarines de Euskadi, con un nivel de formación contrastado, se enfrenten al reto de crear, producir y mostrar ante el público una pieza corta de danza; también busca ayudar a aquellos que intentan introducirse poco a poco en proyectos de mayor envergadura a nivel profesional; y, en tercer lugar, impulsar a profesionales que desean crear y mostrar creaciones de formato corto o bien desean experimentar con ideas que precisan aún de rodaje y del contraste con el público. Porque la ayuda no sólo consiste en una aportación económica para sacar adelante el espectáculo sino que les permite que su obra circule por distintos escenarios vascos.
La mayoría de los participantes provienen del mundo de la danza aunque cada vez con mayor frecuencia aumenta la interdisciplinariedad de las propuestas: teatro, música y artes visuales.
Si fue en Babel, no lo sé, de Cecilia de Madrazo y Tonatiuh Diaz, es un proyecto sobre el conflicto en la comunicación humana. «Esta situación surge porque cada uno quiere mostrar al otro la visión del mundo de la cual es propietario y así se inicia un enfrentamiento por demostrar la certeza que cada cual cree tener», explican sus creadores. Por su parte, Yo soy una cosa que dura segundos, de Olatz de Andrés, plantea la relación entre el tiempo y la danza. La pieza es una colaboración con Jordá Ferrè, y nace por un interés de indagar en el concepto del tiempo y su vinculación con el movimiento. «Trabajamos la manera mecánica de poder congelar instantes o afectar la percepción del tiempo», comenta Olatz de Andrés.
Connection, de Marian Gerrikabeitia y Robert Jackson, investiga los territorios comunes entre dos personas que pueden nacer de la danza. «El movimiento de cada uno es capaz de llevarnos a lugares y tiempos que en un principio no existían». Por último, Delicias de la civilización, de Leire Ituarte, sobre los patrones de conducta humana y los códigos marcados en las relaciones . Muestra las luchas por el poder desde inofensivos duelos hasta las guerras. En el descanso se procederá a la proyección de un vídeo sobre la Muestra Coreográfica con motivo de su décimo aniversario.
Esta iniciativa pretende ser una oportunidad para que jóvenes coreógrafos y bailarines de Euskadi, con un nivel de formación contrastado, se enfrenten al reto de crear, producir y mostrar ante el público una pieza corta de danza; también busca ayudar a aquellos que intentan introducirse poco a poco en proyectos de mayor envergadura a nivel profesional; y, en tercer lugar, impulsar a profesionales que desean crear y mostrar creaciones de formato corto o bien desean experimentar con ideas que precisan aún de rodaje y del contraste con el público. Porque la ayuda no sólo consiste en una aportación económica para sacar adelante el espectáculo sino que les permite que su obra circule por distintos escenarios vascos.
La mayoría de los participantes provienen del mundo de la danza aunque cada vez con mayor frecuencia aumenta la interdisciplinariedad de las propuestas: teatro, música y artes visuales.
Si fue en Babel, no lo sé, de Cecilia de Madrazo y Tonatiuh Diaz, es un proyecto sobre el conflicto en la comunicación humana. «Esta situación surge porque cada uno quiere mostrar al otro la visión del mundo de la cual es propietario y así se inicia un enfrentamiento por demostrar la certeza que cada cual cree tener», explican sus creadores. Por su parte, Yo soy una cosa que dura segundos, de Olatz de Andrés, plantea la relación entre el tiempo y la danza. La pieza es una colaboración con Jordá Ferrè, y nace por un interés de indagar en el concepto del tiempo y su vinculación con el movimiento. «Trabajamos la manera mecánica de poder congelar instantes o afectar la percepción del tiempo», comenta Olatz de Andrés.
Connection, de Marian Gerrikabeitia y Robert Jackson, investiga los territorios comunes entre dos personas que pueden nacer de la danza. «El movimiento de cada uno es capaz de llevarnos a lugares y tiempos que en un principio no existían». Por último, Delicias de la civilización, de Leire Ituarte, sobre los patrones de conducta humana y los códigos marcados en las relaciones . Muestra las luchas por el poder desde inofensivos duelos hasta las guerras. En el descanso se procederá a la proyección de un vídeo sobre la Muestra Coreográfica con motivo de su décimo aniversario.
LOS DATOS
Título: X Muestra Coreográfica
Programa: Connection, de Marian Gerrikabeitia y Robert Jackson; Si fue en Babel, no lo sé, de Cecilia de Madrazo y Tonatiuh Díaz; Delicias de la civilización, de Leire Ituarte; y Yo soy una cosa que dura segundos, de Olatz de Andrés Zubillaga. En el intermedio se proyectará un vídeo resumen de los 10 años de la muestra.
Lugar: Egia Kultur Etxea. Gazteszena.
Día: El próximo domingo
Hora: 20.00 horas.
Precio: 7 euros
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