"La medalla es un reconocimiento por haber conseguido que la danza llegue a todo el mundo"

Donostia. ¿Qué supone recibir la Medalla al Mérito Ciudadano?

Es el reconocimiento a una labor de muchos años. Y, sobre todo, a que la asociación de una manera o de otra ha conseguido que la danza llegue a todo el mundo. Antes la danza era un poco la desconocida, esto demuestra que ha llegado a todo el pueblo. Y se ve porque los cursillos se llenan. Para que la danza llegue a los niños, ha tenido que llegar a los padres también. Implica a mucha gente. Quiero agradecer a las instituciones y los apoyos recibidos por la concesión de la medalla, porque es un honor para nosotros.

¿Los asociados están entusiasmados?

Sí, están contentos porque como he dicho es un reconocimiento de muchos años. Es una labor sin ánimo de lucro que origina mucho trabajo que se hace fuera de horas. Todas las directivas han trabajado mucho y son directivas que duran tres años, porque, al final, terminas un poco cansado. Si sólo te dedicas a eso, pues muy bien. Pero, no es sólo eso. Es eso y, además, el trabajo, y ser profesor de ballet es duro también. Se suele hacer a deshoras, porque es cuando la gente sale de trabajar y los niños salen del colegio.

¿Con qué motivación nació la asociación?

Con el motivo de hacer un grupo en el que se pudieran reunir todos los profesores para poder hacer cursillos. Y, a su vez, obtener subvenciones de las instituciones para la asociación para organizar becas, para que los alumnos puedan hacer sus cursos en Madrid o donde fuera.

¿Cómo ha ido evolucionando la asociación?

Desde 1982, que fue la época en la que unos pocos empezaron, se han ido incorporando todos los profesores de Gipuzkoa. Se hacen cursillos para profesores, para alumnos... Todo vinculado con la danza y su pedagogía.

En su progreso han llegado a organizar el Mes de la Danza.

El Mes de la Danza es el mes de abril y se empieza, normalmente, con una muestra de escuelas en Lasarte-Oria o donde nos dejen. Nuestra asociación no tiene ánimo de lucro, dinero no tenemos, y si cobran en un teatro pues igual no vamos y buscamos otro sitio. Tras la muestra de escuelas se hace Dantza Kalean, se hace la Barandilla de La Concha y se termina con una gran gala en el teatro Victoria Eugenia, que también está subvencionada.

¿Cree que en nuestra sociedad se considera la danza un arte menor?

Más que menor creo que es desconocida, porque tampoco se traían muchos espectáculos de danza clásica. Sí se traían algunos, por ejemplo, cuando se celebraban en la plaza de la Constitución los Festivales de España y todas esas cosas. Lo que pasa es que no llegaba al público como llega ahora. Hoy en día está mucho más popularizado, de lo cual me alegro.

¿La danza clásica ha perdido peso en favor de la contemporánea?

Yo pienso que no y quiero que no sea así. Para ser un buen bailarín de cualquier cosa tienes que tener una base de clásico bien sólida. De ahí cada uno deriva a lo que le gusta, evidentemente. Pero a un bailarín que tiene base de clásico se le nota enseguida, sea de lo que sea, hasta de flamenco.

¿La gente sigue interesándose por el ballet?

Muchísimo. Hay una demanda terrible para los cursos de clásico. Todos los que hacen cursos de jazz o contemporáneo, siempre hacen también el curso de clásico. A danza contemporánea y jazz no accedes desde que eres pequeño, como a la danza clásica. Es una evolución.

¿Hay alumnos que bailan por mantenerse sanos?

Por supuesto. Hay mucha gente que hace ballet para mantenerse sana. Es una disciplina muy dura. Y es una disciplina que forma al niño tanto en educación, como en disciplina. Cuando se es adulto, personas que nunca han hecho ballet pero que siempre han tenido interés, empiezan a hacer porque les llena. Además de ser un ejercicio compuestísimo, porque se trabaja absolutamente todo, les enriquece de una manera o de otra. Hay muchos que comienzan siendo adultos y se sienten fenomenal. Hay quien piensa que como no se inició en ello de pequeño ya no puede iniciarse en la danza. Pero no es así para nada.

¿Qué es lo más duro de la danza?

Todo lo que se haga requiere una cierta disciplina y una frecuencia. Esto no es como hacer cada día 100 abdominales o 28 máquinas. Aquí se hace algo y se va progresando y progresando. Y cada vez se hará algo más difícil. La técnica es lo que permitirá lograr cosas más difíciles. En la barra de clásico lo que se hace es aprender la técnica que luego se traslada al bailar. Pero siempre hay que tener esa técnica.

¿Cómo ve estado de la danza en el territorio? ¿Se ha ido perdiendo el hábito?

Para nada. Yo creo que está muy vigente, muy vivo. El hecho de que se traigan espectáculos de danza y comedias musicales permite generar afición entre la gente. Yo creo que ahora hay mucha más afición que antes.

¿Son suficientes los espectáculos que se traen?

Yo personalmente pienso que si se trajesen más sería mejor, pero hay que tener en cuenta todo lo que cuesta un espectáculo de danza. Es muy caro, por lo que al espectador le tienes que cobrar también. Entonces, se entra en una rueda. Pero hay que decir que se traen muy buenas actuaciones, que hay que apreciarlas. También hay que valorar que en Egia, en El Antiguo o en la Sala Club del Victoria Eugenia se organizan espectáculos que son de pequeño formato, pero son buenos. Para una ciudad como Donostia hay suficiente. ¿Que se podría traer alguno más trimestralmente? Sí, claro, pero estamos en crisis.

María Eugenia Maisueche en su estudio de la calle Idiakez. (Joaquín Aramburu)