La lluvia también bailó en el Día de la Danza

Después de que el verano se asomara a Pamplona durante varios días, el cielo se abrió ayer en el momento menos oportuno. La lluvia no quiso perderse la celebración del Día Internacional de la Danza y se coló en medio del espectáculo al aire libre que se había organizado en la confluencia de las avenidas Carlos III y Roncesvalles. Deslució la actuación, pero no logró suspenderla.

La función empezó a las seis de la tarde. Estaba organizada, como otros años, por Haizea, la Asociación por la Danza en Navarra creada en 2005, y que agrupa a once formaciones. Su presidente, Vicente Martín, fue dando paso a los distintos grupos que, en total, sumaban dos centenares de bailarines de edades dispares.

El público se arremolinaba en torno a las vallas que delimitaban el escenario, esperando a que comenzara. Rompieron el hielo las más pequeñas en la barra clásica, con sus moños, sus tutús y las miradas de sus obnubilados padres sobre sus cabezas. Siguieron después otros ejercicios, también con niños, de la Escuela Paula Gutiérrez y de la del Gobierno de Navarra. Llegó el turno de la barra clásica para los mayores,ya adolescentes. Y entonces, llovió. Al principio, en forma de goterones. El baile seguía. Después, con más fuerza. Inquietud. Al final cayó el chaparrón, que dispersó rápidamente a bailarinas y público, y obligó a suspender el showdurante veinte minutos. "Hemos tenido que parar, porque ya no se podía seguir", explicó Marisa Vera, de la Escuela de Danza del Gobierno de Navarra. "Ha habido incluso que desenchufar y tapar el equipo de música", explicó. "Es una pena, pero ya habían anunciado el riesgo de que lloviera, así que no nos ha cogido de imprevisto", terminó.

La capoeira se suspendió

El espectáculo se retomó, con algún problemilla.Algunas de las chicas, totalmente empapadas, no se incorporaron de nuevo al baile. Otras fueron saliendo poco a poco, a cuentagotas. Mientras, en los alrededores del escenario, se cambiaban zapatillas, calcetines húmedos y se peinaban las melenas alborotadas por la humedad. El cristal de la farmacia de al lado hizo las veces de espejo para que las chicas se adecentaran o ensayaran algunos pasos.

La segunda parte del espectáculo se pudo llevar adelante, con alguna variación en el programa establecido. Hubo para todos los gustos: claqué, hip-hop, Bollywood fusión, danza-jazz, fusion style. Eran alumnos de las escuelas Ravel, Diana Casas y Andrés Beraza.

Hubo momentos en que volvió a chispear, y el público no pudo desentenderse del paraguas, a ratos abierto, a ratos cerrado. Los grandes perjudicados fueron los pupilos de Aritz García, experto en Capoeira y fundador de Ascana (Asociación Capoeira Navarra). La actuación, que iba a cerrar el día, tuvo que ser suspendida. "El suelo está mojado y es peligroso para ellos. Además, no se les pueden mojar los instrumentos que llevan", argumentó Vicente Martín.

Los movimientos en la barra clásica de decenas de niñas y adolescentes protagonizaron el arranque de la actuación. JESÚS GARZARON