La lluvia obliga a suspender la romería a la Virgen de Yécora

El resto de actos se celebra según las previsiones. La imagen se trasladó a la iglesia en furgoneta y la danza de Las Cadenas se bailó en el interior

Como estaba previsto, a las once y media de la mañana se llevó a cabo la recepción de autoridades: Diputado General, diputado de Administración Local, presidente de la Cuadrilla de Rioja Alavesa, representantes de otras localidades... Mientras, la lluvia continuaba cayendo como lo había hecho toda la noche. Así que el alcalde, Iñaki Ibáñez, decidió que no se podía celebrar la romería. En compensación, el grupo de invitados decidió otra romería : descender la calle bajo el chaparrón a la búsqueda de un café calentito en el hogar del jubilado.

Mientras eso sucedía, al Ayuntamiento iban llegando primero los dantzaris y, después, los vecinos de la localidad en medio de bromas por el agua. "¡No te fíes, no compres más papel !", le decían a uno que llegaba hablando por el teléfono móvil. En el interior de la Casa Consistorial, la responsable del grupo de danzas impartía instrucciones cambiando la programación para adaptarse a las inclemencias meteorológicas. Poco a poco, la iglesia se llenó de feligreses y a la doce y media en punto llegaba la furgoneta que transportaba a la imagen de la Virgen, que rápidamente era trasladada al interior por cuatro personas, mientras un quinto la protegía con un paraguas.

improvisaciones Ahora sí, aunque la tradición marca que la danza de Las Cadenas se baila en la puerta de la parroquia, los ocho dantzaris la escenificaron en el interior. Fue un espectáculo magnífico y entrañable, seguido con atención por una verdadera multitud de personas que abarrotaban la iglesia. Tras la misa, cantada por el coro local, todos se dirigieron al frontón, donde el Ayuntamiento había previsto una exhibición de danzas y un lunch.

Allí, los jóvenes interpretaron cinco piezas, acompañados por los gaiteros. Muchos de los asistentes no pudieron resistir la tentación y, en la danza final, se unieron al grupo.

Después, todos a las mesas. Chorizo, jamón y otros embutidos, regados con vino de Rioja Alavesa para los mayores y mosto para los más jóvenes, desaparecieron con rapidez, cerrando de esta forma la jornada festiva matutina. Por la tarde, los pequeños tuvieron juegos hinchables y una chocolatada y, los mayores, dos sesiones de bailables con los sones de la orquesta Estándar, que cerró una de las fiestas grandes.