Incertidumbre. Los vecinos de Pamplona se han levantado con incertidumbre. Tras una tarde de sábado pasada por agua en la que se cancelaron varios actos, entre ellos la salida de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos y el concierto de La Pamplonesa, el programa previsto para hoy a la mañana estaba un poco en el aire.
Sin embargo, pese a que los cielos se encontraban grises y encapotados, la fiesta no se ha detenido y el Casco Viejo de Pamplona se ha llenado de vecinos con ganas de disfrutar de un buen espectáculo.
A las 11.00 horas los nervios ya eran visibles, principalmente en la estación de autobuses. Los padres, pero sobre todo los txikis, estaban ansiosos por el inicio de la kalejira de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos.
Tras la cancelación del acto de la tarde anterior, el recorrido se ha tenido que modificar y en vez de salir del palacio de Ezpeleta, donde tendrían que haber pasado la noche, han partido de la estación de autobuses. A la hora marcada, los ocho gigantes de Pamplona, acompañados de los cinco cabezudos, los seis kilikis y los seis zaldikos han puesto rumbo a la calle Dos de mayo.
Mientras tanto, más allá de la plaza del Ayuntamiento, en el puente de Curtidores, a las 11.30 horas, bien puntuales, se encontraba dispuesto el grupo Duguna. Los dantzaris municipales, arropados por una gran multitud de personas, ya estaban listos para ofrecer una espectacular ezpata-dantza llena de intrincados pasos donde las espadas de madera y los cascabeles que se han colocado en las piernas han sido los claros protagonistas.
Justo antes de comenzar la marcha, Shanti Díaz, con elegancia y energía, ha ondeado durante más de un minuto una gran bandera de Pamplona. Tras ello, los tambores han comenzado a sonar y los bobos se han encargado de despejar el camino para los dantzaris.
A continuación ha comenzado la fiesta. Los bailarines han emepzado con un baile lleno de cruces, giros y brincos mientras desfilaban por la cuesta de Santo Domingo. A la altura de la hornacita de San Fermín, los cuatro ezpata-txikis junto con el capitán de la banda han ofrecido a la figura de San Fermín un bonito baile. Tras ello, en tropel, han continuado con la kalejira hasta llegar a la basílica de San Fermín de Aldapa.
Allí se han encontrado con la comparsa que ha llegado acompañada de cientos de personas tras haber ofrecido un divertido espectáculo por las calles de la ciudad.
Mientras finalizaba la misa en honor a San Fermín, los dantzaris han aprovechado la ocasión para reponer fuerzas degustando unas ricas pastas y vasos de moscatel. A las 12.00 horas la entrada de la basílica estaba ya abarrotada de vecinos que se habían acercado para acompañar a San Fermín en la procesión.
Las calles se encontraban llenas de gente con ganas de disfrutar de la fiesta. Las terrazas de los bares estaban repletas de vecinos que no quisieron perder la ocasión de juntarse con sus cuadrillas para tomar el vermú y porque no, comerse unas cuantas croquetas o fritos de pimientos.
La Comparsa de Gigantes y Cabezudos, los dantzaris municipales de Duguna y la banda de música La Pamplonesa han arropado a San Fermín en su recorrido por las calles del Casco Viejo. Para terminar en la puerta de la basílica, Duguna ha hecho un arco con sus espadas de madera al santo antes de guardarlo.
Una vez finalizada la procesión, la comparsa y los dantzaris se han separado y cada uno se dirigió a su siguiente destino. Los gigantes y cabezudos pusieron rumbo a la estación de autobuses donde permanecerán hasta la festividad de San Saturnino el próximo 29 de noviembre.
Pese a que la lluvia ha comenzado a caer poco después de las 13.00 horas, los actos no se han detenido y Duguna ofreció un increíble baile en la plaza Consistorial. A las 13.15 horas, la plaza ya estaba abarrotada de ciudadanos que resguardados bajo sus paraguas esperaban impacientes al grupo de dantzas. A la hora prevista los cascabeles han empezado a resonar por toda la plaza y tras entrar a tropel por la calle Calceteros los ezpata-dantzaris han dado un increíble espectáculo lleno de giros y saltos. Para terminar, el capitán se ha subido encima de 16 espadas y se ha vuelto a ondear la bandera de Pamplona.
La fiesta ha continuado en el Casco Antiguo, los vecinos todavía no querían irse a casa y han alargado todo lo que han podido la última jornada de los Sanfermines txikito.