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La japonesa Ikuyu Kuroda busca romper moldes con su danza extrema
Protagoniza hoy y mañana la primera de las obras previstas en el Victoria Eugenia
Shoku parte de una pregunta que desde niña se hacía
Ikuyo Kuroda: «Yo siempre me preguntaba qué hay dentro de mí y ya de
mayor esa pregunta no se me olvidó, más bien crecía, así que desde esa
interrogante surge esta pieza». Kuroda entra más al fondo de su
obsesión: «La piel nos protege, pero al mismo tiempo nos excluye de los
demás, así que por qué no incluir a los otros en nosotros».
Su creación la ha titulado Tacto y pone
su mirada sobre lo «interno y lo externo, separados sólo por una lámina
de piel». Explica su creadora que «quizás no podamos traspasar otras
cosas a las otras personas, pero mediante el contacto con la piel sí
podemos hacerlo con la energía, que se puede mover sin fronteras de
unas personas a otras».
La compañía Batik la creó en 2002, pero ya han actuado
tanto e Japón como en Corea, Rusia o Inglaterra. Su actuación en
Donostia forma parte de una gira por España, en la que han realizado
funciones en Zaragoza y Madrid.
Dice que su propuesta suele ser «polémica» y que «no
deja a nadie indiferente porque es muy extrema». En ella nos habla del
«secreto que nadie toca, lo innatural es sentirse internamente como
'yo' y externamente como 'no yo'». Por eso su danza es «subversiva». El
erotismo, expresado sin medias tintas, también está presente en Tacto,
Su compañía está compuesta sólo por mujeres y su danza
ha sido definida como «evocadora de rabia, caos y miedo en una mezcla
impredicible», a la vez que capaz de mostrar «la realidad de la mujer
japonesa sin complejos, enfrentándose directamente y sin tapujos a los
prejuicios existentes en su país».
La forma de su baile la define la propia Kuroda como
«una mezcla de ballet y danza Butoh, cuyo principal representante es el
coreógrafo Kazuo Ohno. Se trata de un movimiento de los años sesenta
que intentó transformar la disciplina en Japón.
Kuroda empezó en el mundo de la danza muy joven, a los
seis años. A esa edad entró a formar parte de la compañía de ballet de
Tani Momoko. Su marcha a Londres, al Laban Center, hace que
verdaderamente nazca en ella el interés por la danza contemporánea. Las
creaciones de Kuroda se basan en la combinación de un ballet clásico
totalmente reconstruido, que usado de forma irreverente compone formas
libres que llegan más allá del propio movimiento y el arte
contemporáneo. Con Tacto ataca directamente la imagen plana de la mujer en la cultura japonesa, algo que se repite en su trabajo.
LA OBRA
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