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La japonesa Ikuyu Kuroda busca romper moldes con su danza extrema

Protagoniza hoy y mañana la primera de las obras previstas en el Victoria Eugenia

Egilea
R. H.
Komunikabidea
Diario Vasco
Tokia
San Sebastián
Mota
Albistea
Data
2008/07/08
Shoku parte de una pregunta que desde niña se hacía Ikuyo Kuroda: «Yo siempre me preguntaba qué hay dentro de mí y ya de mayor esa pregunta no se me olvidó, más bien crecía, así que desde esa interrogante surge esta pieza». Kuroda entra más al fondo de su obsesión: «La piel nos protege, pero al mismo tiempo nos excluye de los demás, así que por qué no incluir a los otros en nosotros».
Su creación la ha titulado Tacto y pone su mirada sobre lo «interno y lo externo, separados sólo por una lámina de piel». Explica su creadora que «quizás no podamos traspasar otras cosas a las otras personas, pero mediante el contacto con la piel sí podemos hacerlo con la energía, que se puede mover sin fronteras de unas personas a otras».
La compañía Batik la creó en 2002, pero ya han actuado tanto e Japón como en Corea, Rusia o Inglaterra. Su actuación en Donostia forma parte de una gira por España, en la que han realizado funciones en Zaragoza y Madrid.
Dice que su propuesta suele ser «polémica» y que «no deja a nadie indiferente porque es muy extrema». En ella nos habla del «secreto que nadie toca, lo innatural es sentirse internamente como 'yo' y externamente como 'no yo'». Por eso su danza es «subversiva». El erotismo, expresado sin medias tintas, también está presente en Tacto,
Su compañía está compuesta sólo por mujeres y su danza ha sido definida como «evocadora de rabia, caos y miedo en una mezcla impredicible», a la vez que capaz de mostrar «la realidad de la mujer japonesa sin complejos, enfrentándose directamente y sin tapujos a los prejuicios existentes en su país».
La forma de su baile la define la propia Kuroda como «una mezcla de ballet y danza Butoh, cuyo principal representante es el coreógrafo Kazuo Ohno. Se trata de un movimiento de los años sesenta que intentó transformar la disciplina en Japón.
Kuroda empezó en el mundo de la danza muy joven, a los seis años. A esa edad entró a formar parte de la compañía de ballet de Tani Momoko. Su marcha a Londres, al Laban Center, hace que verdaderamente nazca en ella el interés por la danza contemporánea. Las creaciones de Kuroda se basan en la combinación de un ballet clásico totalmente reconstruido, que usado de forma irreverente compone formas libres que llegan más allá del propio movimiento y el arte contemporáneo. Con Tacto ataca directamente la imagen plana de la mujer en la cultura japonesa, algo que se repite en su trabajo.

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