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La fotografía hecha arte

José Mari Tellería y Lake Oiarbide presentan en el Aterpe de la Portería una veintena de fotografías sobre el grupo de danzas Aurtzaka La muestra queda definida en dos palabras, encuadre y movimiento

Egilea
Juantxo Unanua
Komunikabidea
Diario Vasco
Tokia
Beasain
Mota
Albistea
Data
2004/07/19

En esta ocasión la veintena de fotografías que cuelgan del acreditado local de exposiciones que Txomin Ferreira regenta en el barrio de la Portería gozan de un enorme poder de atracción. Al margen del tamaño de presentación de algunos de sus trabajos, que a quien los contempla le llegan a introducir más fácilmente en el mágico mundo de la danza, la tradición y el patrimonio, en opinión de sus autores, en esta colección existen dos factores de vital importancia que quedan resumidos en dos palabras: movimiento y encuadre o viceversa.



Ubicar cada danza



«El problema o la dificultad, al margen del propio aspecto técnico, estribaba en ese ubicar cada danza en un fondo muy concreto. En este aspecto, nos sirvieron de gran ayuda las indicaciones realizadas por el dantzari Mikel Sarriegi. Además, en cada mo- mento teníamos que tener muy en cuenta la luz que llegaba en ese preciso instante, porque ésta en el transcurso de las horas llega a variar mucho», señalan los dos fotógrafos,



Esta colección de fotografías que acoge el Aterpe de la Portería hasta el 6 de agosto se ha presentado al hilo de la conmemoración de las bodas de plata del grupo de danzas Aurtzaka.



«Hemos disfrutado mucho con este reportaje, desarrollado en el núcleo histórico de Igartza», señalan los autores del trabajo en su carta de presentación de la exposición, al tiempo que remarcan que «los fondos son reales, no existiendo alteración digital en ninguna de las fotografías».



Marco extraordinario



Pero la materialización final del reportaje, en el marco elegido para cada danza, dentro del abanico de posibilidades que ofrece el conjunto monumental de Igartza, «llevaba un trabajo previo --señalan José Mari y Lake- sobre todo de información, de conocimiento de las características peculiares de cada danza».



Los dos populares fotógrafos van describiendo algunos de los trabajos fotográficos expuestos, las más impresionantes para algunos a las que no falta detalle. Hay una foto que de entrada en la primera fase expositora llevada a cabo en los escaparates de Fotoetxe llamó la atención. «Es la de los dantzaris en formación, caminando junto a la ferrería de Igar-tza. Da la sensación de que pasan a la vera de un castillo en ruinas, van con la espada. Eera un tema que pedía ubicarlo junto a la ferrería y al mismo tiempo buscando el río, influye en este encuadre el que los dantzaris vayan con herramienta (la espada)», indica José Mari.



Y, es que en esta muestra son varias las fotos realizadas teniendo de alguna manera como protagonista a la herramienta en sus más diversas variantes, utilizadas como complemento de la danza, como pueden ser además de las espadas, las makilas y los arcos, en una serie de encuadres plenos de movimiento.



Al margen de la foto descrita resulta tarea harto difícil destacar unos trabajos fotográficos concretos sobre el resto, porque todos ellos están impregnados de esa K de Kalitateta.



La foto que simula la romería con las chicas del grupo de danzas Aurtzaka bailando al borde del río, con el arbolado y la luz que penetra en ese encuadre, los brillos surgidos obligan a que la fotografía destaque. El patio del palacio de Igartza sirve de marco a otros trabajos fotográficos con la pareja bailando en el centro del mismo, nuevamente el encuadre y el movimiento aportan a esta fotografía todo su valor.

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