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La Escuela Municipal de Música y Danza inaugura el lunes instalaciones bajo la plaza Blas de Otero
Las nuevas dependencias junto al pasadizo de Egia mejorarán notablemente las condiciones de aulas y vestuarios, y permitirán a la institución crecer hasta los 500 alumnos en dos o tres años
Por si había poca oferta cultura en Tabakalera, ahora se une la danza. Es la penúltima transformación que se ha llevado a cabo en los alrededores de la antigua fábrica de tabacos de Egia. En la plaza que da acceso al centro cultural y bajo la plaza Blas de Otero (aún en construcción) se han habilitado 1.000 m2 que van a dar mucho juego a la Escuela Municipal de Música y Danza. Esta última disciplina estaba desperdigada en dos ubicaciones, con unas dependencias inadecuadas y con dificultades para crecer. La transformaciones urbanísticas que se han llevado a cabo en este extremo del pasadizo de Egia van a permitir que la danza tenga a partir del próximo curso entidad propia en la escuela.
La construcción se ha dilatado a lo largo de dos años porque hubo que adjudicar la obra dos veces lo que provocó un sobrecoste del 50% respecto al presupuesto inicial. La reforma del pasadizo de Egia, la eliminación del muro perimetral alrededor de la antigua fábrica de tabacos, la reurbanización de la plaza Nestor Basterretxea y la reforma de la plaza Blas de Otero ofrecieron la oportunidad de obtener un valioso espacio que la escuela municipal aprovechó para darle una nueva vida a la disciplina de danza. Se trata de una superficie de 1.038 m2, ubicada bajo las escaleras-graderío existentes frente a la fachada norte de Tabakalera, que linda con el antiguo depósito de la grúa de Atotxa. Este espacio bajo la plaza Blas de Otero ha permitido habilitar cuatro aulas de danza de 100 m2 y una más de calentamiento de 75 m2 con «techos de cinco metros de altura, algo muy importante para esta disciplina», explica Mate.
Uno de los grandes cambios que experimentarán los alumnos será la amplitud y las buenas condiciones de zonas comunes. «Era necesario disponer, además de los vestuarios para chicos y para chicas, de otro en el que padres y madres puedan cambiar a niños y niñas». Las nuevas instalaciones cuentan con un aula de calentamiento en la que los alumnos podrán prepararse hasta el momento de empezar sus clases. Las cuatro aulas de danza disponen de luz natural y vistas a Tabakalera gracias a unos ventanales terminados en unos paneles de rejilla. Los suelos son de linóleo con una capa de amortiguación en la base para prevenir lesiones en los alumnos.
El pasillo central es de gran anchura y está iluminado con luces led en el techo. La concejala de Cultura, Miren Azkarate, tiene claro que las nuevas dependencias «son mucho más dignas y permiten ofrecer clases en condiciones mucho mejores que las de antes». Además, explicó que la liberación de espacios que se producirá en la actual escuela podría permitir construir a futuro «un pequeño auditorio» que agradecerán los alumnos de la Escuela de Música.
Todo está ya listo para que el próximo lunes la instalación sea inaugurada oficialmente. De momento, las aulas se utilizan estos días para hacer pruebas a los monitores que aspiran a entrar en la bolsa de trabajo y este verano no faltará actividad con algún cursillo, aunque el estreno de verdad será el 7 de septiembre cuando comience el próximo curso. La Escuela tiene hoy 350 alumnos en cuatro disciplinas -danza creativa, contemporánea, clásica y euskal dantza-, pero las nuevas instalaciones le permiten a Mikel Mate ser ambicioso: «Hasta ahora no podíamos crecer, pero con esta ampliación aspiramos a tener 500 alumnos en dos o tres años». Y si la cosa va bien ya se bosqueja por dónde se podría producir el siguiente desarrollo: al otro lado de la pared están los 3.000 m2 de las antiguas dependencias de la grúa a las que el director de la Escuela accede por una puerta de cuando en cuando para alimentar sus sueños.
Los alumnos, sus familias y los profesores de la Escuela de Música y Danza ya han comenzado a curiosear por las nuevas instalaciones a las que se accede desde la plaza Nestor Basterretxea, ese nuevo espacio urbanístico creado entre Tabakalera y la plaza Blas de Otero. Aunque aún faltan algunos retoques (en breve se colocarán las pantallas de televisión que tendrá cada una de las aulas), los espacios ya han empezado a cobrar vida y en verano se impartirán algunos cursillos, según explica el director, Mikel Mate.
La danza era hasta ahora la hermana 'pequeña' de la escuela, con limitaciones y condicionantes evidentes. Unos cursos se daban en la casa de cultura de Egia y otros en la sede de la escuela municipal ubicada en la plaza Campo de Atocha. La distancia entre unas y otras dependencias generaba problemas a las familias con alumnos en los dos centros. Las características de las aulas no eran las mejores para esta disciplina (techos de solo tres metros de altura) y los vestuarios tampoco reunían las condiciones que requiere la danza. La transformación urbanística de los espacios alrededor de Tabakalera se presentaba como una oportunidad para solventar estos problemas y hoy es el momento de recoger la cosecha.
El nuevo local de 1.038 m2 permitirá reunificar las instalaciones de la Escuela de Danza
Las cuatro nuevas aulas de danza tienen luz natural y techos de cinco metros de altura
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