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La desgracia de 'Lucifer' protagoniza la actuación de Mandalain Ballet Biarritz
El Malandain Ballet Biarritz ha institucionalizado su
cita en el Victoria Eugenia durante la época navideña. Esta tarde y
mañana, la compañía gala ofrece un triple programa, cuyo eje principal
es su último estreno, 'Lucifer' (2011), completado por las obras 'Amor
brujo' (2008) y 'Bolero' (2001). Basado en el libro de Enoc -considerado
como apócrifo por gran parte de las iglesias católicas-, 'Lucifer'
consta de dos actos, en los que se suceden las escenas de la coronación
del portador de la luz, el encuentro con la humanidad, el juicio, la
caída al abismo... El bailarín madrileño Daniel Vizcayo dará vida al
pérfido ángel, mientras que la mujer con la que se encuentra en la
Tierra será encarnada por Miyuki Kanei, interpretando el resto de los
componentes del Malandain Ballet Biarritz al coro de arcángeles. El mito
del ángel caído por su soberbia al considerarse Dios tendrá como
epílogo al hombre que burló la ley sagrada y fue expulsado del paraíso,
en un claro símil entre la suerte de Lucifer y de Adán por rebelarse
contra el Demiurgo.
La idea original y el argumento de la obra partieron de
Guillaume Connesson, compositor de la música. Sobre esa base, Thierry
Malandain construyó una coreografía con una tendencia a la abstracción,
pese al peso del personaje. «Lucifer tiene una cara cristiana y otra
pagana. Hay algo en común entre el castigo a Prometeo, Lucifer y Adán.
Todos ellos son castigados y expulsados a la Tierra, por querer acceder
al conocimiento», asegura. El simbolismo se ha traducido mediante el
vestuario y la escenografía. «Los ángeles llevan chaquetas plateadas, la
corona de esmeraldas de Lucifer se convierte en una americana de ese
tono y las chaquetas negras reflejan el infierno. El ballet funciona con
una diagonal de espejos que representa la caída; además, constantemente
están presentes el antes y el después. Termina como comienza, una forma
de representar el bien y el mal», explica.
Amor y libertad
La segunda parte del espectáculo, cuya duración total
ronda los cien minutos, está compuesta por 'Amor brujo' y 'Bolero',
ambas ya presentadas ante el público donostiarra. Con música de Manuel
de Falla, el 'Amor brujo' trata del triángulo sentimental entre
Candelas, Carmelo y el espíritu del antiguo prometido de la primera. Uno
de los momentos más destacados es la 'danza ritual del fuego' que, en
la versión de Malandain, se sintetiza en los pañuelos violetas del
elenco masculino, que baila sobre un tapiz de pétalos de rosas grises.
Finaliza la actuación con la celebérrima obra de Maurice Ravel, pieza
para doce bailarines encerrados en una caja, cuyo anhelo es la libertad.
Sobre la selección de las obras que conforman la velada,
desvela: «Para ser sincero, no siempre pesan las razones artísticas.
Como un pintor no hace un cuadro por temporada, yo estoy limitado por el
presupuesto. En su día, 'Amor brujo' y 'Lucifer' fueron encargos,
aunque 'Bolero' sí fue una decisión mía. 'Lucifer' se creó con la
Orquesta de Pau, sin embargo, aquí no hay música en directo por
cuestiones económicas». De paso revela un plan futuro. «Estoy trabajando
con la Orquesta Sinfónica de Euskadi».
Por su parte, Dominique Cordemans, ayudante de Malandain,
resaltó las actividades que está realizado la compañía francesa en
colaboración con el Victoria Eugenia, la Asociación de Profesionales de
Danza de Gipuzkoa y el grupo errenteriarra Kukai, que han cristalizado
en talleres, cursillos, master class y ensayos abiertos.
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