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La danza que alegra la fiesta
"LA tradición local es parte de una tradición colectiva, no existe por
sí misma. Tampoco las danzas vascas se pueden entender fuera o al
margen del resto de danzas europeas. En todos los pueblos, y en todo
tiempo, ha habido personas con una disposición especial para la música,
la danza, la poesía o el canto", explica el antropólogo y folclorista
Juan Antonio Urbeltz.
Según las circunstancias podemos saber
cuándo se ha introducido una danza en la tradición de un pueblo, pero
lo normal es que evolucionen sobre modelos anteriores, o que lo hagan
sobre los modelos que están vigentes.
"Aunque presumo que la
sencillez de algunas morfologías un baile de palos entre dos filas
enfrentadas, por ejemplo, no permite modificaciones en exceso. Luego
está la inercia de la tradición, la antigüedad cuando no primitivismo
de algunos instrumentos musicales, la función ceremonial o ritual de
muchas danzas, sus trajes,... Todo hace suponer que, en su evolución,
las danzas siempre son distintas sin dejar de ser las mismas", añade
Urbeltz.
Las fiestas y tradiciones del territorio guipuzcoano,
presentan en cada barrio, zona o municipio características específicas
del lugar que las distinguen de otros. Muchas veces se trata de
variantes de la misma coreografía. Por ejemplo, la Soka dantza tiene
por lo menos 40 variantes diferentes, tantas como pueblos en las que se
ofrece: Abaltzisketa, Andoain, Antzuola, Arama, Aretxabaleta, Arrasate,
Azpeitia, Beasain, Bergara, Berastegi, Villabona, Amasa, Deba, Itziar,
Lastur, Donostia, Añorga, Zubieta, Eibar, Elgeta, Elgoibar, Errenteria,
Ibarra, Irura, Lasarte-Oria, Lazkao, Legazpi, Legorreta, Lizartza,
Oiartzun, Olaberria, Oñati, Ordizia, Tolosa, Usurbil, Zegama, Zarautz y
Zumarraga.
HEREDEROS DEL NEOLÍTICO Pocos cambios "Dejando
de lado las decenas de milenios que abarca la Prehistoria en la que
debieron darse formas de danza asociadas a determinados ritos, la
cultura coreográfica que tenemos hoy día, quiero decir la cultura
tradicional o folclore de los vascos, por ejemplo, es heredera directa
de los procesos culturales iniciados en el período Neolítico (-10.000
a. de C.)", añade el experto folclorista y coreógrafo. Por lo tanto, la
evolución que han sufrido los diferentes pasos a lo largo de los
últimos años son mínimos en comparación con los anteriores que se
dieron durante largos siglos.
Numerosos bailes tanto festivos como
carnavalescos de Gipuzkoa introducen en la coreografía elementos como
espadas y palos que, además de adornar, también marcan el ritmo en
algunos casos. RITOS MEDICINALES De danzas con armas a bailes de broquele
El antropólogo y folclorista Juan Antonio Urbeltz se remonta a la época
romana para explicarlas: "Estas danzas con armas, sobre las que
escriben determinados eruditos latinos como Plutarco o Dionisio de
Halicarnaso, son parte de la primera Roma y están relacionadas con las
epidemias de malaria que asolaban la ciudad. Las danzas de escudos eran
bailadas por los sacerdotes Salios, y aunque eran danzas armadas, no
tenían relación alguna con la guerra". El escudo que sirvió de modelo
no procede de la función guerrera, según Urbeltz: "Fue un regalo que la
ninfa Egeria envió desde el cielo al rey romano Numa Pompilio. Por
tanto, podemos decir que los actuales bailes de broqueles es lo que
queda de aquellos viejos ritos medicinales".
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