Edukira salto egin | Salto egin nabigazioara

Tresna pertsonalak
Hemen zaude: Hasiera Hemeroteka "Si lo tuviera que resumir en una frase diría que la danza me sigue sorprendiendo"

Dokumentuaren akzioak

"Si lo tuviera que resumir en una frase diría que la danza me sigue sorprendiendo"

Asier Uriagereka, bailarín principal de Les Ballets de Monte-Carlo

Egilea
Itxaso Millán
Komunikabidea
Noticias de Gipuzkoa
Tokia
Donostia
Mota
Elkarrizketa
Data
2008/11/19

¿Qué peculiaridades tiene la obra El Sueño ?

Es una pieza muy conocida dramáticamente, de la que se han hecho muchas versiones distintas. Esta tiene de particular que representa los tres mundos, el de los humanos, el de las hadas y el de los actores y cada uno con unas características de danza distintas y muy personalizadas . Los humanos interpretan danza neoclásica, los actores se hacen cargo de la parte actuada y hablan y las hadas pertenecen a un mundo más fantástico y modernista y su forma de expresarse es más contemporánea. En la obra los tres mundos se mezclan entre sí y las hadas intentan jugar con los problemas de los humanos, hacen un lío y al final todo se resuelve y queda en un sueño.

¿Cómo se refleja todo ello en el plano escenográfico?

La escenografía es muy simple pero muy atractiva. Está hecha por Pignon-Ernest, que es un artista plástico francés muy reconocido. El mundo de los humanos se representa con formas geométricas cuadradas, el mundo de las hadas son todo formas redondas. Además, hay una especie de estructura hecha con una red de pescar gigante que está suspendida y va cambiando de formas.

Hable de la experiencia de trabajar con el coreógrafo Jean Christophe Maillot, que ya lleva más de una década al frente de Les Ballets de Monte-Carlo. ¿El conocimiento mutúo es una ventaja?

Más que conocernos bien, en diez años él ha tenido tiempo de crear su propia compañía, guiarla a donde él ha querido artísticamente. En cuanto a los bailarines y a la gente que le acompaña, ha tenido tiempo para rodearse de la gente que realmente le interesa que trabaje con él. En los últimos dos o tres años la compañía ha tenido un subidón.

Tras ingresar en Les Ballets de Monte-Carlo en el año 2000 y ser nombrado bailarín principal en 2004, ¿qué balance hace de su trayectoria en la formación en lo personal?

Tuve la suerte de entrar aquí el primer día y empezar a hacer roles importantes como Romeo y Julieta o La Bella Durmiente. En El Sueño tengo el sitio de Dimitrius, que es uno de los humanos, y ahora que acabamos de hacer la creación de Fausto también desempeño este papel. Considero que en los años que he estado aquí he tenido una trayectoria fantástica, no me puedo quejar para nada, estoy muy contento.

Usted afirma que vive su tercera gran etapa, tras su experiencia en Inglaterra y Ginebra. ¿Qué aplica a día de hoy de sus experiencias previas?

Muchas cosas. Últimamente lo que más me sorprende es que todo es nuevo. Cada experiencia es nueva porque la vives desde otro punto de vista. Por ejemplo, me acaba de pasar, vamos a representar un baile que hice hace diez años en otra compañía y cuando vuelves a ello es como si fuera nuevo. Tengo tanta experiencia que he aprendido en otros trabajos que de repente parece que cada creación es nueva. Si lo tuviera que resumir en una frase diría que la danza me sigue sorprendiendo.

Vuelve a actuar muy cerca de casa. ¿Cómo se siente?

Bailar en casa es muy impresionante y bonito para todos los que somos de Euskal Herria. Es algo que tenemos muy poquitas oportunidades de hacer. Soy de los pocos que me siento privilegiado porque la compañía de Monte-Carlo ha hecho bastantes giras por Euskal Herria, pero sé que el resto de bailarines no tienen la suerte que he tenido. Es bonito poder enseñar a la familia, a los amigos y a la gente de nuestra tierra las cosas que estamos haciendo fuera y que llevamos también a otros sitios.

Usted se interesó por la danza desde niño y contó con el respaldo de sus padres para adentrarse en este mundo. ¿Considera que hoy en día un niño que quiera seguir sus pasos lo tiene más fácil?

No, todavía hay mucho camino por recorrer porque no hay una compañía vasca. Lo que sería muy bonito es que no todos los bailarines tengan que salir fuera, que por lo menos se pueda tener la elección de quedarse en casa o marcharse porque uno considere que para su carrera es más productivo y luego pueda volver. La experiencia de ir a trabajar al extranjero es personal y cada uno lo vive de una forma muy distinta.

¿Cómo espera que responda el público donostiarra?

Espero que al público donostiarra le guste. Es una pieza muy divertida, de hecho es una comedia y hay que tomárselo como tal. A veces se tiende a asociar el ballet y la danza con algo serio y dramático. Dentro de la seriedad de los temas que puede tocar, las parejas, la ruptura de parejas, los enamoramientos, está todo hecho para que sea una comedia.

Asier Uriagereka, ayer, momentos después de su llegada a Donostia.Foto: javi colmenero

Dokumentuaren akzioak