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La danza guipuzcoana da traspiés

Profesionales consideran que esta disciplina artística se encuentra abandonada por las instituciones, especialmente en el aspecto formativo y de programación

Egilea
Teresa Flaño
Komunikabidea
Diario Vasco
Tokia
San Sebastián
Mota
Albistea
Data
2007/02/11

Gestionar una compañía

Filgi Claverie es el director del Ballet de Biarritz en San Sebastián y ofrece la visión del gestor y programador. Opina que la crisis de la danza no es algo que se enmarque sólo en Gipuzkoa: «La danza en España y en Europa tiene un panorama muy difícil», por la carencia de espectáculos.

Desde el principio constataron que en Gipuzkoa no existía una compañía profesional. El proyecto de una formación de ballet joven comenzó a gestarse en el año 2000. Se pusieron en contacto con Dantzaz Elkartea con dos objetivos: sensibilizar al público con espectáculos para no iniciados y que aquellos que se dedicaban al baile tuvieran una posibilidad de practicar a través de talleres y funciones. Así nació el Ballet Joven. «No somos ni un conservatorio ni una escuela, nosotros ofrecemos lo que sabemos: gestionar una compañía profesional. Puede que no sea el aspecto más urgente de solucionar en el campo de la danza, cuando falta un conservatorio superior, pero ésa no es nuestra competencia. Nuestro objetivo es que den sus primeros pasos en el mundo profesional y a más largo plazo que se queden aquí para formar su propia compañía».

El Ballet Joven ya ha superado su primera temporada. Está abierto a jóvenes entre 18 y 23 años con una buena formación clásica. Desde luego no es la solución, porque sólo cuenta con doce miembros como máximo, «pero es un pequeño paso».

Contra el decreto

La formación es uno de los puntos calientes en este tema. Mikel Mate, director de la Escuela Municipal de Música y Danza donostiarra, considera que «el panorma es parecido al que existe desde hace unos ocho años. En un propósito por mejorarlo este año hemos impugnado el Decreto de Escuelas de Música del Gobierno Vasco porque recoge que sólo es oficial la danza de raíz tradicional y no reconoce otro tipo de danza. Es algo ilógico. Viene a ser como si respecto a los instrumentos sólo se pudiera enseñar txistu y no violín. En resumen, a la gente se le están recortando derechos».

La LOE recoge dos vías: la profesional o reglada y la amateur. En la primera, los jóvenes con facultades acceden al conservatorio de grado medio y luego al superior. «En el tema de la danza la situación sigue tan penosa como siempre. Dentro de la enseñanza profesional sólo hay un centro reconocido en el País Vasco, el conservatorio del Ayuntamiento de Vitoria, de grado medio que no depende de Educación, cuando la LOE dice que la enseñanza profesional depende de quien tiene la competencia, en este caso el Gobierno Vasco. Detrás de todo esto hay un tema de financiación».

Por esta razón las escuelas de música vascas han elaborado un borrador donde se contempla que la enseñanza de danza tenga las mismas características que la música. «En casi todos los pueblos se enseña danza y no está regulado. La formación es muy diferente. Nuestro objetivo es apostar por la enseñanza amateur, pero también contar con los recursos para poder apoyar a quien despunte algo, que de momento, es imposible. Ahora un chaval entre 12 y 14 años se tiene que ir a Vitoria y a partir de los 16 a Madrid».

En el caso de la enseñanza no reglada no existe edad límite. En la Escuela de Música y Danza de San Sebastián en estos momentos acuden a las clases 250 alumnos, cuando hace ocho años eran 50.

Mate opina que la inauguración del Victoria Eugenia da un poco de esperanza al tema porque en Gipuzkoa hay muchos aficionados y en la capital sólo hay, de momento, un escenario para danza, el auditorio del Kursaal, que tiene un tamaño demasiado grande para muchos espectáculos de tamaño medio.

Último lugar

Coral López Castellanos -presidenta de la Asociación de Profesionales de la Danza, que cuenta con alrededor de 50 miembros- resume la situación de esta disciplina: «En todos los enunciados aparece siempre en último lugar». Pide una mayor atención desde el Departamento de Educación «porque hay un déficit muy grande de formación».

Una de sus reivindicaciones es la homologación de los profesionales que proceden del plan educativo antiguo. «Necesitan acudir a un conservatorio superior, que en el País Vasco no hay, de forma que tienen que abandonar su trabajo».

Desde la asociación abogan por un centro de formación -podría estar en el rehabilitado Victoria Eugenia- con biblioteca, talleres, programación de pequeño formato, y también por un instituto de la danza donde pudieran estudiar los bailarines entre los 14 y 18 años. «Además, si existiera una compañía profesional, los chavales verían que hay salidas en casa». También considera que falta una programación estable de gran formato- «la que hay es bastante cara y ahora es en la que estamos trabajando».

«Hay cantera»

El bailarín donostiarra Urtzi Aranburu es un ejemplo claro de la política que se ha llevado hasta ahora. En la actualidad es bailarín del Nederlands Dans Theatre en La Haya (Holanda). «En audiciones me suelo encontrar con muchos guipuzcoanos con un nivel muy alto, así que está claro que cantera hay. Otra cosa es que no tengan salidas en casa».

Sobre las becas señala que «toda ayuda se agradece. Si no fuera por ellas muchas familias no podrían financiar la carrera de sus hijos, pero tampoco creo que sea la panacea. Las opciones tendrían que ser otras. No quiero meterme en política, pero la última vez que estuve en Donostia en el homenaje a Mentxu Medel, tuvimos una recepción en la Diputación y todo eran palabras bonitas que se han escuchado muchas veces sin que al final se concrete nada».

La falta de conservatorios de grado medio y superior es una de las razones por las que «los bailarines nos vamos fuera. La creación de conservatorios es clave para crear una base. No estoy diciendo que salir fuera de casa esté mal, sino que tiene que ser una opción tomada por decisión propia, no porque sea la única alternativa. Para mí no fue nada traumático. Cuantos más centros formativos tengamos más gente irá a ellos y saldrán más bailarines».

Las instituciones aportan becas y subvenciones
El Gobierno Vasco tiene un circuito y una muestra y la Diputación entra en la programación

La Diputación Foral de Gipuzkoa no tiene una política concreta destinada a la promoción de la danza. La dirección de Cultura mantiene en este área unos criterios similares a otros ámbitos que se resumen en las subvenciones y en la organización de distintas actividades. El año pasado, la mayor partida correspondió al Ballet Biarritz que recibió 24.000 euros para las actividades anuales del centro coreográfico transfronterizo y 51.000 para la compañía joven. La Asociación de Profesionales de la Danza de Gipuzkoa obtuvo 10.000 euros y 39.000 se destinaron a seis becas. Por último, otros 10.000 se invirtieron en el desarrollo de la web dantzan.com.

En Arteleku, el ente foral tiene un espacio preparado para la práctica de la danza, que es utilizado por compañías, agrupaciones o bailarines que lo soliciten para un tiempo limitado, con el objetivo de preparar coreografías, producciones o cursillos breves. También organiza todos los años el curso de danza de verano. Participa o subvenciona programas de formato grande en San Sebastián, como son la Fundación Kursaal y la Quincena Musical, y pequeño en Gazteszena. Por último participa en la Red de Teatros de Euskadi, junto con 19 locales de toda Gipuzkoa donde se desarrolla la programación de danza de formato medio.

El Gobierno Vasco está elaborando el Plan de la Cultura Vasca donde, entre otros propósitos se encuentra la revisión y desarrollo de todos los decretos y órdenes de ayudas, incorporando novedades antes poco contempladas como multimedia y danza. Entre tanto, el departamento de Cultura, además de la convocatoria anual de subvenciones, tiene un programa de difusión de la danza constituido por un circuito de contemporánea y por una muestra coreográfica, El primero presenta una programación especial durante varios meses en distintas localidades vasca, con locales integrados en la Red de Teatros Públicos Sarea.

También cuenta con la Muestra Coreográfica, una ayuda económica que se ofrece a los jóvenes coreógrafos y bailarines de Euskadi, con un nivel de formación contrastado, para que se enfrenten al reto de crear, producir y mostrar ante el público una pieza de danza. Se pretende que sea una oportunidad para experimentar y para introducirse en proyectos de mayor envergadura a nivel profesional. Una vez elegidas las piezas, se prepara un programa que se presenta en distintas capitales.

Algunos de los bailarines que trabajan en el extranjero

Lucía Lacarra Gurrutxaga: Bailarina Principal del Ballet de la Ópera de Munich. Antes en San Francisco Ballet. Antes en el Ballet de Roland Petit.

Urtzi Aranburu Adrada: Nederlands Dans Theatre en La Haya (Jiri Kylián).

Jone San Martín Astigarraga: Bailarina en The Forsythe Company de Frankfurt.

Iker Murillo Badiola: Bailarín Solista del Zurich Ballet.

Alicia Amatriain: Bailarina Principal del Ballet de Stuttgart.

Jon Vallejo: Ballet de la Ópera de Dresde (Alemania).

Jorge Nozal: Nederlands Dans Theater (NDT), La Haya (Jiri Kylián).

Iratxe Ansa Santesteban: Nederlands Dans Theater, La Haya (Jiri Kylián).

Itziar Mendizabal Escribano: Bailarina Principal del Ballet de Leipzig (Alemania).

Asier Edeso Eguia: Bailarín del Ballet de la Ópera Nacional del Rhin (Francia).

Cristina Garcia Fonseca: Bailarina del Ballet de la Ópera Nacional del Rhin (Francia).

Mónica Zamora: Georges Piper Dance, actualmente, bailarina freelance.

Asier Orbelzu Lakoste: Ballet de Viena.

Ion Munduate: Compañía Jerome Bell de París.

Mikel Irurzun del Castillo: Ballet de Biarritz.

Eneko Alcaraz: Bailarín, Coreógrafo y Profesor de Danza Contemporánea (Barcelona).

Amaia Dorronsoro: Bailarina, Coréografa y Profesora de Danza Clásica (Tarragona).

Amaia Lubeigt Orbe: Compañía de Danza de Bremen (Alemania).



Estudiantes de últimos años y cías pre-profesionales

Jon Agirretxe: Europa Danse (2006), compañía preprofesional de varios países europeos. Estudiante de último curso en el Real Conservatorio Superior de Danza de Madrid.

Irma Hoffren: Ballet Biarritz Junior), compañía preprofesional.

Miren Gómez:- Ballet Biarritz Junior), compañía preprofesional.

Erick Odriozola: Ballet Biarritz Junior), compañía preprofesional.

Karin Fouz Johansson: Estudiante de último curso en la Escuela de María de Ávila (Zaragoza).

Eneko Balerdi: Estudiante de danza en The Place School (Londres).

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