La danza gana terreno

Gala en Tolosa del día mundial

Como punto culminante entre sus actos se presentó la VII Gala del Día Internacional de la Danza, reuniendo en el escenario a bailarines de gran calidad y distintos estilos, como viene siendo lo habitual en esta gala. El teatro Leidor de Tolosa fue el marco en el que se celebró este espectáculo que mostró un importante nivel en el escenario junto a un importante afluencia de público.



Año tras año vemos como esta gala va creciendo en nivel e interés participando en ella en esta edición, figuras importantes y ya consagradas en el mundo de la danza como Lienz Chang, (primer bailarín del Ballet Nacional de Cuba, hoy retirado de los escenarios), junto con futuras e interesantes promesas.

El telón se abrió para dar lugar a la primera coreografía Feeling interpretada por Olga Clavel que interpretó con acierto un pieza de Lienz Chang demostrando importantes condiciones y bellas líneas.

Desde Madrid llegaban Jon Vallejo y Carla López con un clásico: El Pájaro Azul, pieza extraída del conocido Ballet de Petipa La Bella Durmiente, con arreglos de la mismísima Carmen Roche. Estos jóvenes realizaron una interpretación impecable. Una chispeante, cálida y precisa en extremo Carla López, fue acompañada por un templado Jon Vallejo. Ambos supieron imprimir una expresión fresca a este clásico.

Aldanza, compañía llegada desde Pamplona, presentó la pieza Mozartarabesque coreografiada por Antonio Calero e interpretada por cinco interesantes bailarinas que dejaron sobre el escenario un trabajo limpio, cuidado y armonioso. Itziar Mendizabal, bailarina hondarribitarra interpretó dos solos Bakhti, coreografía de M. Bejart, y El Cántaro, coreografía de Victor Ullate. En ambos trabajos vimos una profesional madura, de bellísimas líneas y gran fuerza interior.

La Cátedra de la Fundación Alicia Alonso aportó dos trabajos más. Por un lado, el excepcional bailarín y gran solista Lienz Chang junto a su valiente y audaz pareja, Maika Moral, danzaron Talismán, también de Petipa. Hermosa coreografía en la que ambos interpretes salvaron su diferencia de nivel. La tercera aportación del La Cátedra fue Studio 2, un solo compuesto por su propio intérprete en el que Enrique Pérez exhibió una contundente interpretación.

La compañía Verdini dantza Taldea propuso Bihotzetik con un emotivo trabajo enmarcado dentro del Año Europeo del Discapacitado. En él tres bailarinas con síndrome de Down se adentraban en el lenguaje contemporáneo de la danza para realizar una justa interpretación. Continuando con este estilo de danza la bailarina donostiarra y actualmente miembro de la compañía madrileña Aracaladanza, Adaia Martínez, ejecutó un trabajo propio con gran seguridad y presencia.

La novedad llegó con Helis Legorburu y Diana Gómez, compañía Acros, que planteó una composición a caballo entre la danza y la gimnasia acrobática. La compañía Aukeran cerraba el espectáculo con su nueva coreografía Ttanttakattan, una viva coreografía con la que conectaron abiertamente con el público.