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Hemen zaude: Hasiera Hemeroteka "La danza es cuestión de trabajo, constancia y de pensar que no hay nada imposible de realizar"

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"La danza es cuestión de trabajo, constancia y de pensar que no hay nada imposible de realizar"

María Eugenia Maisueche

Egilea
Aitor Jordana
Komunikabidea
Noticias de Gipuzkoa
Tokia
Donostia
Mota
Elkarrizketa
Data
2008/10/18

Defíname su taller. Danza, yoga...

Es un proyecto personal. Mi madre era comadrona y empezamos hace 40 años a desarrollar una gimnasia preparto, con un gimnasio evidentemente de mujeres. Desde que tenía cuatro años he bailado y empecé a trabajar con ella una gimnasia postparto, a partir de la danza, de lo que yo sabía. Apliqué la danza a personas que nunca habían bailado.

¿Qué dificultades encuentra a la hora de transmitir la danza a gente que nunca la ha practicado?

El temor de la gente, que se halla insegura y temerosa de que no lo va a hacer. Ahí está el trabajo del profesor de infundir la confianza de que todos podemos hacer absolutamento todo. Es una cuestión de trabajo y de constancia. Les animo y les digo que no hay nada imposible. Habrá quien tarde más o menos tiempo en hacerlo. Es voluntad de aprender.

Creí que la danza era también cuestión de equilibrio, fuerza y ritmo.

Por supuesto, pero no llega caído del cielo. Llega a través de trabajo. Es importante el oído, pero he tenido alumnas que han adquirido ritmo sin tener un oído perfecto. Milagros no hay. Hay que trabajar y admitir que no lo sabemos hacer y que tenemos que aprender. Aquel que considera que no tiene nada que aprender no es inteligente.

La metodología, sin embargo, habrá cambiado durante estos 40 años.

La danza ha evolucionado y existen distintos modos de trabajarla.

¿Cuál es la suya?

Siempre he trabajado en el estiramiento y la elasticidad. Otros métodos trabajan desde la fuerza y la musculatura. Personalmente considero que es nefasto. El músculo ha de estar duro pero ser elástico.

Dice que ha bailado desde los cuatro años. ¿De dónde le viene la afición?

Empecé a bailar porque tenía una vecina que lo hacía. Era mayor que yo y la solía esperar para que me enseñara lo que, a su vez, le habían enseñado. A mi madre le insistí hasta que me llevó a bailar.

¿Qué es lo que más le atraía de la danza?

Es una expresión de los sentimientos. Hay quien los expresa pintando y yo bailando. En momentos duros de mi vida me ha ayudado mucho. Es un arte. Decía Isadora Duncan que para danzar se debe sentir, para sentir se debe sufrir, para sufrir se debe amar. Sentir, sufrir, amar: eso es danzar.

¿Se inclina usted por la danza clásica o prefiere la contemporánea?

He hecho clásico, contemporáneo y jazz. Pero la base es la danza clásica. Mi opinión es que quien no hace clásico no puede bailar. La base es la barra. Son los cimientos y el resto, evoluciones, llamémoslo, rítmicas.

Dicen que la danza es el arte del siglo XXI. ¿Está de acuerdo?

Es verdad que la danza ha sido un arte menor y ahora existe un mayor conocimiento.

En la televisión, a todo el mundo le ha dado por bailar...

Lo de la televisión, en mi opinión, está bien en una parte porque se da a conocer la danza. Pero eso no es la danza. Hay que tener cuidado con cómo se hacen estas divulgaciones. La danza no se aprende en unos días. Es un aprendizaje continuo y yo misma me corrijo cada día.

El día que dijo en su casa que quería dedicarse a la danza, ¿qué tal cayó la noticia?

En mi casa no me dejaron. Me dejaban ir a clase y los castigos eran no ir a ballet. Yo quería un traje pero mi madre no me lo compró hasta que vio que había aprendido. Estaba convencida de que si me compraba el traje, no aprendería a bailar nunca. Mi padre, por su parte, no quería que su hija terminase en la revista. Era la mentalidad de entonces y me dediqué a dar clases. Lo mismo me hizo un favor porque abrirse camino en el mundo de la danza es muy difícil. Es una vida muy corta.

¿Y no le resulta difícil enseñar a gente adulta con todos los vicios adquiridos?

Parto de que me gusta el ser humano. Doy clase a personas, no a un grupo. A personas de las que también aprendo.

Lleva 40 años y ya le han hecho un homenaje. ¿Qué tal sienta?

Fue algo totalmente inesperado. Ni siquiera me enteré de los preparativos. Fue una sensación que no acierto a describir.

María Eugenia Maisueche posa en su estudio de la calle Idiakez.Foto: ruben plaza

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