La danza de los presos

Bailar detrás de los barrotes

Las cárceles de la antigua Ceilán no son sitios muy acogedores. La mayor parte de ellas datan de cuando los ingleses controlaban la isla -Sri Lanka formó parte del Imperio británico de 1815 a 1948- y las condiciones de vida de sus inquilinos dejan mucho que desear. No es por eso extraño que los presos accedan a participar en cuantas actividades organicen las autoridades penitenciarias. En este caso se trata de una fiesta folclórica que forma parte de uno de los programas de rehabilitación puesto en marcha por los responsables de la prisión.

Un paraíso que empieza a ver la luz

Sri Lanka, la 'lágrima de la India', ha empezado a salir del agujero negro de una guerra civil que desangró la isla a conciencia durante más de dos décadas. El enfrentamiento entre la mayoría cingalesa y la minoría tamil ha dejado un reguero de decenas de miles de muertos y una herencia que lastrará la convivencia durante muchas generaciones. El fin del conflicto en 2009 puso las bases para el inicio de una nueva etapa que se adivina luminosa.

HACINAMIENTO

2 baños es todo lo que tienen para asearse y hacer sus necesidades las 150 presas asignadas a cada sección de la cárcel femenina de Welikada, la más grande de Sri Lanka. La ONG Mujeres en Acción ha denunciado las condiciones de hacinamiento de las prisiones ceilandesas, donde malviven cerca de 30.000 reclusos, tres veces por encima de su capacidad.