«La danza contribuye al desarrollo musical, motriz y social de un niño»

Fueron muchas las horas dedicadas a su tesis doctoral, muchos meses de investigación tanto en el campo teórico como en el más práctico, a veces remando a contracorriente porque no todos confiaban en su propuesta. Ahora, varios años después de que la lazkaotarra Nerea Muruamendiaraz defendiera en Barcelona su tesis 'Educación musical y danza tradicional, un estudio descriptivo' -lo hizo en 2007- su trabajo ha sido merecedor de uno de los premios que otorgan conjuntamente el Orfeón Donostiarra y la Universidad del País Vasco.

Licenciada en Pedagogía Musical, Muruamendiaraz trabajó entre 1988 y 2011 en el área didáctica de la Expresión Musical del Departamento de Psicología y Pedagogía de la Universidad Pública de Navarra, compaginando las clases y la investigación. Ahora la vida le ha traído más cerca de casa, ya que ejerce de profesora especialista en música en al Herri Eskola Lardizabal de Zaldibia.

-Mi principal objetivo era describir el lugar que ocupa la danza tradicional en la educación musical, sobre todo en la etapa de 6 a 12 años, en Primaria. Por un lado, se trata de un trabajo descriptivo, pero también quería buscarle una vertiente práctica, ver en qué elementos nos tendríamos que fijar para sacar el máximo provecho a las posibilidades didácticas de la danza. He estudiado la danza en tres aspectos: el baile como expresión cultural, como capacidad intrínseca del ser humano para el movimiento, y también unido a la Educación. Y este último apartado lo he dividido en dos subapartados: por un lado, qué es lo que dice la propuesta de Educación y, por otro, cómo están las cosas realmente. Porque la danza está incluida en el marco curricular como contenido, pero luego eso no tiene un plasmación directa en las clases. La cosa se difumina y ahí es donde quería indagar yo.

-Para ello ha visitado numerosos centros escolares. ¿Qué se ha encontrado en el ámbito de la danza?

-Sí, en la parte empírica o práctica de la investigación visité todos los centros de Educación Primaria de la Comunidad Autónoma Vasca y Navarra. Y hablé tanto con los profesores como con los orientadores de los centros para ver su punto de vista, que no siempre era el mismo. La cosa también variaba si la danza se incluía como contenido en la asignatura de educación física o en la de música. Pero en general, me encontré con que los profesores consideran que la danza puede ser un elemento muy importante en la educación de los chavales, pero que en la práctica no se utiliza. Bien por falta de espacio y de tiempo, bien por falta de recursos, tanto materiales como de orientación. Porque muchas veces los profesores no saben qué tipo de danza es adecuado para cada edad, o cómo deben enseñarse en cada caso... Hay que tener en cuenta también que yo me he centrado en la danza tradicional y ésta está en posición de desventaja sobre otros bailes que llegan a través de los grandes medios de difusión, la tele, internet...

-Mi planteamiento es que bailar es algo más que interpretar una pieza. Aúna dos aspectos, la música y el movimiento, y por ello puede ser una variante importante en el desarrollo musical, motriz y social de un niño. Además, en ese sentido tienen dos variables. Es importante en el desarrollo personal del niño, pero también para establecer una serie de lazos entre él y su entorno cultural. Mi propuesta con este trabajo es que si se toma la danza como algo más que la mera interpretación se le podrá sacar mayor provecho didáctico.

-Cuando hice la tesis trabajaba en la UPNA, y la conexión que tenía con las escuelas era puntual. La información me llegaba a través de mis alumnos, que eran los que hacían prácticas en los centros escolares. Desde hace dos años soy profesora de música en la Educación Primaria y ahora sí puedo comprobarlo por mí misma.

-Lo que más me gustaría ahora es poder poner en práctica aquello sobre lo que he investigado, poder abrir un camino en ese aspecto, en el valor de la danza como elemento didáctico. Pero para ello necesitaría la implicación de más agentes. Sería muy positivo, por ejemplo, que se establecieron lazos entre diferentes entes como la escuela, la escuela de música, los grupos de danza... Tengo también más ideas en la cabeza sobre recursos y material para la educación musical pero ahora mismo lo que más tiempo me lleva es el día a día en la escuela. Cuando estaba en la universidad tenía más recursos para investigar, pero menos contacto con el día a día. Ahora es al revés. Lo que tengo claro es que no me gusta investigar solo por el mero hecho de hacerlo, si lo hago es con un objetivo.

-La verdad es que no me lo esperaba, pero ha supuesto un impulso para mí, de alguna forma rescatar un proyecto que tenía aparcado. Es curioso que me animó mi hija a participar, lo hice en el último momento. Ha sido, además, una doble satisfacción porque no se dan este tipo de premios a temas relacionados con la educación, y para mí de alguna forma ha sido un espaldarazo.