La compañía Haatik Dantza presenta su nuevo montaje, 'Ilargiaren Malkoa'

El estreno será el día 6 en el Leidor de Tolosa. El grupo de Aiert Beobide espera repetir el éxito de 'Errimak Oinetan'

El nuevo espectáculo fue presentado ayer en el teatro Victoria Eugenia de San Sebastián en una rueda de prensa que incluyó la representación de algunos momentos del montaje. La compañía Haatik presenta esta vez «una obra distinta», explicaron sus responsables. Cuenta con la actuación de un total de ocho bailarines y está diseñada para teatros de aforo medio y alto. «Se trata de una obra creada con especial mimo, que pretende arrancar la ovación de los aquellos apasionados por la danza», apuntaron el director y coreógrafo Aiert Beobide, la directora artística Olatz Beobide y el bailarín Amaiur Luluaga.

El propio Beobide y Vitali Safronkineh son los autores de la coreografía. El espectáculo es en realidad la suma de tres creaciones distintas. La primera de ellas, 'Ilargiaren Sukar Galdua' de Aiert Beobide, está basada en la música y la danza vascas, y «trata de explicar la influencia que ha ejercido la obra y vida de Mikel Laboa en los componentes de la compañía, ya que todos y cada uno de ellos se sienten identificados con los pilares del trabajo del genial artista. A través de la expresión de los sentimientos evocados por sus canciones, se trata de ahondar en sus valores», dicen los responsables de la compañía.

«La segunda parte nos acerca al mundo audiovisual; impulsados por un movimiento social efectivo, la compañía creará una obra de arte alternativa a modo de video-danza», afirman los directores. Con música de Pascal Gaigne, recoge imágenes grabadas en la antigua fábrica Vitorio Luzuriaga, que se encuentra entre Pasai Antxo y Donostia. El objetivo de la iniciativa es dotar a la antigua fábrica, que cerró sus puertas en 1990, «del protagonismo que tuvo en el pasado como dinamizador social».

La tercera y última parte, titulada 'Malko Isuria', «es un estilo de baile completamente diferente y cuenta con una coreografía del bailarín y coreógrafo Vitali Safronkine, perteneciente a la compañía Bejart Ballet». Con música de Philio Glass, el relato se centra en la pérdida de un familiar en la montaña, así como el dolor de sus allegados.