Lucía Lacarra tiene por delante un fin de semana «muy especial». Vuelve a «casa» para presentar una nueva gala hecha para «el gozo del público» y que mezcla estilos y bailarines de diferentes países.

Para Lacarra la danza es mucho más que un mero «trabajo físico», es todo un arte, «y un arte sin emoción no es arte», añadió. La zumaitarra ha seleccionado tanto a los bailarines como las piezas que conforman el programa y el resultado ha sido una gala «variada, con muchos estilos». «Es un espectáculo hecho para el gozo del público que mezcla estilos y bailarines de países y compañías diferentes», añadió.

Dos partes

«Lucía Lacarra. Sentir la danza y bailar con el alma» consta de dos partes según aclaró la bailarina. La primera comienza con «Adagio for Strings» coreografiada por Gerard Bohbot y donde la propia Lacarra bailará junto a Cyril Pierre, una pieza que la pareja baila «desde hace muchos años». Le seguirán Beatrice Carbone y Andrea Volpintesta con «Le parc»; Antonio Márquez y Trinidad Artíguez con «Tientos»; y Luigi Bonino y La Muñeca con «Paso a dos de la muñeca». La primera parte acabará con Lucía Lacarra y Cyril Pierre con «Light Rain» «una pieza diferente a lo que hacemos normalmente. Mucho más exótica».

La segunda parte comenzará con «La dama de las camelias» de mano de Lacarra y Pierre. El resto de piezas son «Charlot y la silla» y «Charlot con las zapatillas de ballet» dentro de Charlot dances avec nous y bailado por Luigi Bonino; «La bayadera» con Beatrice Carbone y Andrea Volpintesta; «Zapateado» con uno de los mejores bailadores de flamenco según Lacarra, Antonio Márquez; y «Thais» una vez más con Lacarra y Pierre.

La bailarina aclaró que ha elegido estas piezas porque le transmiten «algo especial». «Lo siento así y por lo tanto lo podré transmitir al público», señaló. La gala en el renovado Teatro Victoria Eugenia tendrá dos pases, hoy y mañana domingo a las 19.30, y hay tres tipos de entrada: de 16, 22 y 30 euros.

Aunque según desvelaron los responsables de Donostia Kultura, casi la totalidad de las entradas se vendieron nada más ponerlas a la venta.

Lucía Lacarra lleva una vida de bailarina nómada desde hace muchos años. Empezó con 10 años en su pueblo, Zumaia, para pasar después a bailar en la academia de Mentxu Medel en Donostia.

En 1990 se fue a Madrid y en 1994 a Marsella a trabajar en el Ballet Nacional de Roland Petit. En 1997 se trasladó a Estados Unidos, donde se integró en el San Francisco Ballet como primera bailarina. Desde hace cinco años sin embargo, es la bailarina estelar del Ballet de la Ópera de Munich. Con 32 años Lacarra cuenta entre otros, con el premio Prix Nijinsky, el Oscar de la danza.