El carácter "tan abierto" de Eta orain, zer? hace que ni siquiera el director de la Quincena Musical, Patrick Alfaya, conozca el espectáculo final. Es más, según ha reconocido Gaigne, la partitura no está terminada, sigue evolucionando a medida que avanzan los ensayos -hoy comenzarán con la orquesta aunque ya se han hecho residencias y pruebas con 150 espectadores-, en los que los miembros de la EGO no tendrán un papel estático, sino que se moverán en escena, serán parte del conjunto coreográfico, lo que afectará a la propia interpretación musical. Maya, por su parte, ha querido lanzar una advertencia al público que desee acercarse a Lekuona: no habrá ni escenario, ni sillas. "El público, los músicos y los bailarines se enfrentarán a un espacio libre y vacío. Que la gente ocupe el espacio y que se sienta libre para moverse y tomar sus decisiones", ha dicho Maya.
Dos ideas sirvieron de germen para este espectáculo. Por un lado, el deseo de traer a un contexto propio una composición de música clásica moderna. Y por otro, reinterpretar desde un punto de vista actual una de las danzas más comunes en las distintas tradiciones coreográficas del mundo, la soka-dantza. Para ello, Kukai, además de contar con sus bailarines habituales que provienen tanto de la danza tradicional como de la urbana, ha invitado a otros de orígenes tan dispares como Etiopía o Suecia.
De Aaron Copland a Pascal Gaigne
La idea para este espectáculo surgió hace más de un año. En un inicio, la colaboración entre Kukai y la EGO se cimentó sobre una adaptación de la Appalachian Spring, de Aaron Copland, pero aunque el espíritu de este compositor estadounidense se ha encontrado presente a la hora de la escritura, no queda nada de aquello en la partitura de Gaigne. El director de la EGO, Rubén Gimeno, ha asegurado que para la orquesta este espectáculo supondrá "un reto", dado que los intérpretes serán "un elemento vivo más dentro de la coreografía". "Como EGO debemos ser más multidisciplinares, es algo que nos demanda el futuro", ha afirmado.
Gaigne, por su parte, ha asegurado que le gustan los retos y los límites, que los utiliza como "vector creativo", y entre risas ha comentado que después de abordar la propuesta de Kukai ha obtenido un "Máster en Problemas y Límites". En este sentido, se ha referido a los quebraderos de cabeza que le ha supuesto que los músicos se muevan y que no siempre estén juntos. "Después de esto habré tocado todos los palos", ha reído. Al compositor de Iparralde le atrajo la mezcla entre lo tradicional y lo moderno, al tiempo que le ha interesado cómo el tiempo ha ejercido un factor determinante sobre el proceso creativo. Así, la Appalachian Spring ha ido desapareciendo progresivamente y ha quedado "una materia viva" que se transforma mediante un ejercicio "de prueba y error". "No va a ser un espectáculo que se vaya a repetir, en cada función será distinto", ha concluido Gaigne.