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Juan Antonio Urbeltz: "Es importante mantener el legado cultural recibido"

Egilea
Elisa Jimeno
Komunikabidea
ON
Mota
Elkarrizketa
Data
2009/10/24

Juan Antonio Urbeltz es un gran conocedor de la cultura vasca, y cuando habla sobre ella se nota que le entusiasma, que es su pasión y su especialidad. Y es que desde los 17 años (acaba de cumplir 69) no ha dejado de estudiar e investigar. En su mente hay infinidad de melodías, ritmos y danzas; por eso, a la hora de explicar una idea no duda ni un momento en entonar un pequeño fragmento para que quien le escucha entienda a la perfección sobre qué está hablando.

Usted habla mucho del mito y del rito.
 En la antropología en general, y sobre todo en la historia de las religiones, los teóricos han establecido un vínculo entre el mito y el rito. Digamos que el mito es la parte de la historia que se cuenta y el rito es la representación de lo que el mito está contando. En el mundo occidental tenemos ritos muy interesantes, pero el problema es que no tenemos mitos. Tenemos cosas próximas que son los cuentos tradicionales; digamos que es el mundo del mito pasado a un universo infantil.

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¿El patrimonio folklórico vasco es realmente tan rico y extenso como se dice?
Sí, pero con esto no hay que pensar que tenemos un patrimonio mundial... no se trata de eso. Nosotros tenemos un patrimonio suficientemente rico e interesante para el pueblo que lo ha hecho. Mantener un patrimonio con su personalidad es lo interesante, y en Vasconia lo hemos mantenido. Cuando ha habido guerras la cultura ha sufrido mucho, y por ejemplo, nos ha privado de los trajes civiles, salvo en Roncal, Salazar y Aezkoa (en Navarra), donde los hombres y las mujeres sí tienen sus propios trajes.

Y lo que se ha perdido ya no se puede recuperar.
A finales del XIX se debería haber hecho algún estudio para no perder las características de aquella indumentaria, pero en ese momento había otros intereses, por ejemplo la lengua, que yo creo que tenía un atractivo y un encanto especial para todo investigador. De hecho, en esa época casi todos los estudios se volcaron sobre la lengua y apenas sobre este otro tipo de elementos.

¿Le interesan más las danzas rituales que las sociales?
Me interesan todas. Cada una tiene lo suyo. Las danzas sociales tienen la complejidad real social de manifestarse, hay que bailar en una plaza, tiene que haber un criterio en el vestuario... Por su parte, las danzas rituales lo que tienen es la inmediatez.

¿La cultura vasca tiene parangón con otros países europeos?
Sí, se puede decir que Europa es una unidad cultural y nosotros somos una parte de esa unidad. En muchos casos se emplean los mismos elementos, pero cada uno con su propia personalidad. Hay bailes que se pueden encontrar de modo similar en muchos países. Por ejemplo, la melodía del Uno de enero es la misma que la de la Farandole de Tarascon (en Provenza), soka-dantzas hay cantidad en los Balcanes, o los bailes de espadas, aunque cada uno con sus variantes, se pueden encontrar en Alemania, Francia, Inglaterra... Hay un fondo de unidad cultural que yo creo que lo ha dado la agricultura, el modo de vida agrícola

¿Qué diría que ha contribuido al mantenimiento a lo largo de los siglos?
Lo que contribuye al mantenimiento es que todo este mundo de las danzas civiles y rituales está unido al modo de vida, eso es inseparable. Cuando los pueblecitos se despueblan es cuando se destruye todo, y cada vez quedan menos jóvenes.

Con la desaparición progresiva de la sociedad rural, ¿qué ocurrirá, puede llegar a desaparecer la cultura tradicional?
En realidad nosotros somos la primera generación que vive en una ciudad. Nuestros padres vivían en el campo y en Vasconia, en general, ha sido así, no hemos tenido ciudades grandes. Pero cada vez hay menos agricultores, menos gente, y por tanto menos creatividad. La llegada de la tecnología también ha influido en la desaparición de la gente del campo.

¿Por qué le atrajo a usted tanto investigar sobre la cultura vasca?
En los procesos creativos hay como una especie de válvula que de repente estalla. A mí esto me pasó con unos 17 años. Hasta entonces no había estudiado nada de fundamento.
Cuando llegaban los Sanfermines siempre tenía las matemáticas cateadas, y después del encierro metenía que ir a estudiar. En el colegio, el director ya le dijo a mi padre que a mí me iría bien estudiar algo de Historia, pero eran años muy difíciles y mi aita no acertó, porque me mandóa la Escuela de Comercio a estudiar contabilidad, y claro, eso no era lo mío.

2009-10-24_ON-Juan-Antonio-Urbeltz-3-rek.jpg¿Y cómo descubrió qué era lo suyo?
 En 1955 dejé los estudios y empecé a trabajar de mecánico en un taller, y un día de repente, con 17 años, estalló esa válvula y empecé a leer cosas que me interesaban. Me levantaba a las seis de la mañana y me ponía a leer y a tomar notas. Poco a poco empecé a montar mi propia biblioteca en casa y fue cuando mi padre se empezó a preocupar de nuevo: primero fue porque no estudiaba y después porque leía demasiado

Además, comparte esta pasión por la cultura vasca con su mujer.

Sí, siempre hemos tenido mucho en común. Ella siempre me apoyaba con el acordeón,meayudómucho, si no, hubiera sido muy difícil.

¿Qué parte del folklore vasco es a su juicio más rica, la musical o la coreográfica?
Es una pregunta que habría que meditarla previamente estudiando cada caso, pero pienso que son inseparables. En el campo musical tenemos cosas maravillosas, Baja Navarra y Zuberoa, por ejemplo, cantan muy bien. El fundamento de la jota también es muy interesante, y jotas existen por todo el Mediterráneo: las hay en Génova, Bulgaria, Grecia, en el Cáucaso... y en algunos casos hay unas polifonías muy interesantes. El mundo coreográfico también es muy importante y atractivo, por ejemplo la espatadantza de Bizkaia, de la zona de Durango, o los carnavales de Baja Navarra... Aunque hay que decir que hay modelos que se han perdido y que sería muy bueno recuperar

¿Cree que el folklore se puede seguir creando o evolucionando, o que se debe mantener exclusivamente el legado recibido?
Lo que hay que hacer es mantener el legado recibido, no entrar necesariamente en aventuras, pero si una persona se ve con la capacidad creativa suficiente y es respetuosa con el legado, lo nuevo puede funcionar. Para mí lo peligroso es entrar a crear sin sensibilidad suficiente, sin saber lo que se está jugando y lo que se está haciendo. Hay que tener en cuenta que tenemos dos marcos de interpretación, por un lado el de la cultura vasca y por otro el de la cultura europea.

Y hay que respetarlos
Podemos tener elementos muy originales, pero somos parte de la cultura europea y eso es muy importante. Creación e invento son la misma cosa, pero el invento no puede existir en la cultura popular, mientras que la creación puede existir en cualquier campo. Yo he visto muchas veces danzas en las que se ve de lejos que algo falla, y es porque los elementos que se utilizan no están adecuadamente seleccionados. Por ejemplo, es muy importante la música. Debe ser reconocida por aquel que ve la danza, porque si se prepara una música nueva para un baile nuevo, todo es nuevo y la gente no lo puede reconocer. Sin esa identidad no hay relación posible.

A la hora de crear una coreografía, ¿en qué se inspira?
Más que inspirarme en algo, tengo presente el modelo. Las canciones pueden ser otras, el ritmo también, pero el modelo ya sé cómo es, de modo que lo que tengo que adaptar son las canciones al modelo.

Dirige desde hace muchos años el grupo Argia, ¿qué papel debe asumir un grupo de danzas urbano actualmente?
Yo creo que no hay que diferenciar los grupos de danzas, porque tan urbano como yo es un chico de cualquier pueblo. Es un pico engañoso. ¿Por qué no somos urbanitas? Cuando monto un espectáculo y por ejemplo las chicas de mi grupo, que hay quien puede decir que son urbanitas porque son de Donostia, salen a bailar Jaurrieta, en ese momento son como de Jaurrieta, mantienen el tipo frente a los del pueblo, que son buenísimos. El papel que tienen los grupos urbanos, como sociedades que son afiliadas al folklore, es estudiar, trabajar y mantener lo mejor posible la tradición.

Usted es un pamplonés residente en Donostia. Hable de las dos ciudades
Cuando mi ama estaba esperando a que yo naciera se fue de Donostia a Pamplona, para estar con la familia, pero en Pamplona nunca he vivido; enseguida volvimos a Donostia, aunque también es verdad que hasta los 20 años Navarra en general la conocía mucho mejor que Gipuzkoa. En mi casa no llegaba ni para una bicicleta, entonces no salía de Donostia y de su entorno más cercano, en cambio a Navarra iba más, a casa de familiares. Iba a los Sanfermines a casa de la amatxi, iba a Linzoain a casa de los abuelos, me pasé dos veranos en Oroz Betelu... La primera vez que estuve en Bilbao, por ejemplo, fue con 21 años. Iruña a mí me gusta mucho, especialmente en otoño, que es cuando la ciudad se recoge. En San Fermín, en cambio, hay demasiado agobio de gente y por eso ya no suelo ir.

PERSONAL
Nacimiento: Pamplona, 20 de octubre de 1940.
Trayectoria: Antropólogo y folclorista, Juan Antonio Urbeltz es un clásico de la cultura tradicional vasca. Desde los 17 años se ha dedicado a su estudio, en especial de la danza. A lo largo de su trayectoria ha recibido numerosos premios, como el primer Gran Premio Internacional de Danza de Middlesbrough (Inglaterra, 1968), el Premio Internacional en Llagollen (Gales, 1974), o el Premio Jimeno Jurío. Desde el año 1966 dirige el grupo de danzas Argia, y desde 1987, ha desarrollado diversos espectáculos de danza tradicional: Irradaka, Zortziko, Muriska,  Alakiketan, Kondharian y Pas de Basque.

Próximos proyectos: El 4 de diciembre, el Teatro Victoria Eugenia de Donostia acogerá
el espectáculo Axuri beltza, que conmemorará el cuarenta aniversario de Jaurrieta.

Libros: Ha publicado varios libros, entre ellos: Notas sobre las danzas tradicionales de los vascos, música militar en el País Vasco: el problema del zortziko, Bailar el caos: la danza de la osa y el soldado cojo, Los bailes de espadas y sus símbolos, ciénagas, insectos y moros, Danza vasca: aproximación a los símbolos, Euskal Herria eta Festa, Danzas morris, origen y metafora. Próximamente publicará Gipuzkoa, tierra de moros y para el año que viene está previsto que termine Cromlech vasco y zorro japonés, de Oteiza a Kurosawa.

Fotos: Unai Beroiz

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