Como no podía ser de otra manera, la danza y la diversidad han sido este sábado las protagonistas principales de la entrega del Tambor de Oro a una muy emocionada Isabel Verdini. "La diversidad es un gran valor y una gran riqueza que nos hace ser más personas", ha recordado la profesora de danza, alma mater de Verdini dantza taldea, compañía formada por personas con diversidad funcional.
En un acto de entrega cargado de emoción, Verdini ha recogido un Tambor de Oro de 2024 que ha querido agradecer a todos aquellos voluntarios que forman parte de la compañía, fundada hace 30 años, a su marido, Jesus, y a su madre, ya fallecida. "Me inculcó los valores más importantes de la vida: trabajo, esfuerzo, respeto e igualdad. Y también me enseñó a creer en mis sueños y ser perseverante con ellos", ha señalado la homenajeada.
Tampoco ha querido olvidarse de las personas que sufren algún tipo de discapacidad. "Los bailarines podéis llegar a dónde queráis hacerlo. Todo es posible", ha señalado diriguiéndose a sus compañeros, muchos de los cuales no han querido perderse la cita y han asistido al homenaje en el Salón de Plenos del Ayuntamiento donostiarra.
Antes, en el vídeo de presentación de la premiada, la propia protagonista ha señalado que "tener una discapacidad no es malo". "Es muy bueno porque aprendes a vivir cada momento", ha comentado, recordando que cuando su hermana le dijo que su hija tenía síndrome de Down le prometió que, si ella quería, podría llegar a ser bailarina.
Ese fue el germen de una compañía que en tres décadas ha llevado el nombre de Donostia fuera de la ciudad, incluso hasta la televisión. "Quiero hacer también un llamamiento a la sociedad, a las instituciones, a la cultura y a la danza, en especial, para que abracen a la discapacidad. Todos tenemos que tener las mismas posibilidades y tenemos que dar pasos por una Donostia inclusiva", ha manifestado.
"Ha conseguido derribar otras murallas"
El alcalde de Donostia, Eneko Goia, también ha apelado en su discurso a esa inclusión que ha derribado barreras, al igual que hace 160 años se echaron a bajo los muros de la ciudad. "Isabel ha conseguido derribar otras murallas aún más altas", ha indicado, al tiempo que ha asegurado que ella representa los valores y el compromiso de la ciudad. "Encontró en la danza su forma de expresarse, pero también como fórmula para dar una oportunidad a mucha gente", ha afirmado.
Asimismo, ha señalado que Verdini "fue capaz de encontrar lo que nadie vio" y ha recordado la cita que tienen para este domingo en el Teatro Victoria Eugenia, donde la compañía presentará el espectáculo Nuestra huella, nuestro grito.
Algunos de los bailarines de la formación han participado en el homenaje interpretando, junto al coro Landarbaso, el Txoriak txori. Aizpea Mujika, bailarina de Verdini dantza taldea desde hace 18 años, por su parte, ha sido la encargada de leer la glosa de reconocimiento. "Hoy es un día grande para todos nosotros. Estamos toda la compañía para decirte en voz alta que te queremos mucho. Gracias por todo lo que nos has dado y nos das", ha señalado.
Para Mujika, Verdini ha conseguido unir la danza y la diversidad para "atravesar las dificultades" de la sociedad y ha sido ella la que les ha recordado que "con trabajo e ilusión" todo se puede conseguir. "La única limitación está en las mentes de quienes no nos consideran personas iguales", ha agregado.
La ceremonia ha finalizado con la tradicional Marcha de San Sebastián, a la que se han sumado los integrantes de la compañía de Verdini, muchos de ellos incapaces de contener las lágrimas. "Queríamos demostrar a la sociedad sobre el escenario de que podían bailar", ha indicado la protagonista en el vídeo. Un reto que, una vez más, han demostrado estar más que superado.